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Situación actual del plumbismo en aves acuáticas en España.

(1199)

ÁREA DE TOXICOLOGÍA. UNIVERSIDAD DE MURCIA.
Se tiene evidencia científica incuestionable, de que la ingestión de perdigones de plomo es una de las primeras causas de intoxicación y muerte de aves silvestres en nuestro país, con la pérdida de biodiversidad que ello comporta y el riesgo que supone para el consumidor humano la captura e ingestión de los animales enfermos.

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El plomo y el plumbismo.
El plomo es el metal tóxico más abundante y extendido del planeta, siendo detectable en prácticamente todas las fases inertes del ambiente y en todos los sistemas biológicos. Su uso data de muy antiguo, hacia el año 4000 a.C., y su acción
tóxica fue descrita hace más de 2000 años por Nicander, médico y poeta griego, que describió una enfermedad conocida como plumbismo, causada por la intoxicación aguda por plomo.

El plomo, cuyo símbolo químico es Pb, tiene un peso atómico de 207.2 y se sitúa en el grupo IVa del sistema periódico. En la naturaleza se encuentra esparcido en forma de sulfuros, seleniuros, sulfosales, arseniatos y silicatos, mientras que en estado natural como plomo nativo es escaso.

Se denomina plumbismo a la exposición, ya sea aguda o crónica, a plomo.

Además de plumbismo, este fenómeno es también denominado intoxicación por plomo o saturnismo. El uso de cada término depende del idioma y de los países que lo utilizan, así en España y en los países de habla hispana solemos hablar de
plumbismo, mientras que en Francia se suele utilizar el término saturnismo (saturnisme).

En los países de habla inglesa, y por tanto también en la literatura científica, se utiliza simplemente la estructura “intoxicación por plomo” (lead poisoning).

A este respecto debemos decir que el término saturnismo también es empleado en los países de habla hispana, pero generalmente aplicado a los casos de intoxicación como consecuencia de exposición crónica.

A pesar de estas disquisiciones cualquier terminología citada es en principio aceptable.
El plumbismo es una intoxicación que puede afectar a cualquier especie animal, incluido el ser humano. Sin embargo, en el ámbito de la fauna silvestre, es inevitable asociar este fenómeno a la actividad cinegética propia de las zonas húmedas y a la pesca deportiva en muchos ecosistemas acuáticos, lo cual determina finalmente la ingestión de plomo metálico por parte de las aves acuáticas.

Las fuentes de exposición al plomo de aves acuáticas son en general las mismas que las descritas para la especie humana y animales domésticos. Sin embargo, son precisamente las características propias de las aves en relación a su
movilidad, alimentación o preferencia de hábitat, las que determinan la importancia relativa de cada fuente de exposición.

El plomo es un metal que se considera ubiquitario, ntendiendo con este término su presencia en todos los ecosistemas, y por tanto en todos los seres vivos.

Plumbismo en España.
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Esta presencia puede ser de origen natural o fruto de la actividad humana. Se estima que cerca del 96% del plomo presente en la atmósfera y disponible para los seres
vivos tiene un origen antropogénico. Podemos por tanto afirmar que, de cualquier forma, los seres vivos están expuestos al plomo ambiental durante toda su vida.

Entre las fuentes a plomo ambiental a las que están expuestas las aves acuáticas, al igual que cualquier otra especie animal, hemos de citar: la combustión de la gasolina, los ciclos geoquímicos de la tierra, las corrientes de agua
superficiales y subterráneas, las actividades mineras y de fundición, las pinturas, diversas actividades industriales, los residuos urbanos, etc. Todas estas fuentes determinan un tipo de exposición de base, la cual sigue un patrón que denominamos de “exposición ambiental”, y que se caracteriza por ser continua, durante toda la vida, y a muy bajos niveles.
La exposición ambiental o “de base” que siguen la mayoría de contaminantes ambientales suele ser única, sin que generalmente se produzcan exposiciones agudas, o al menos con la frecuencia e intensidad suficiente como para considerarlas como un problema grave.

Dentro de esta afirmación podemos incluir al plomo y a su exposición por parte del ser humano, los animales domésticos y los animales silvestres, con excepción de las aves acuáticas y los predadores de éstas.

Efectivamente, podemos afirmar que la exposición aguda al plomo como consecuencia de la ingestión de perdigones y plomos de pesca es un fenómeno que, por su frecuencia de aparición y por la repercusión que sobre la fauna aviar tiene, se ha convertido en un problema sobre el que ha sido preciso actuar de forma contundente y sobre el que hay que seguir actuando.

Referencias históricas al problema.
La intoxicación que sufren las aves acuáticas como consecuencia de la ingestión de plomo metálico no es un fenómeno nuevo, no ya en el sentido de su ocurrencia que se da desde que existe la caza en zonas húmedas, sino también en lo que se refiere a la literatura científica sobre el tema.

John Phillips y Frederick Lincoln, en 1930, son los primeros que, haciendo referencia a la intoxicación por plomo y su incidencia en el pasado, afirman “la intoxicación por plomo es común entre las aves acuáticas y parece razonable presumir que la enfermedad continuará y se incrementará”.

Cinco años después, en 1935, el Dr O’Rokc de la Universidad de Michigan sentencia que “considerando la enorme cantidad de plomo que hay en los alrededores de las ciénagas que durante
décadas han sido disparadas, es razonable concluir que el potencial riesgo de intoxicación por plomo es grande y debería ser considerado en cualquier programa de gestión de las aves acuáticas”.

En 1949, Clarence Cottam en un foro de discusión sobre la necesidad de investigación sobre temas relacionados con la fauna silvestre declaró que “los efectos directos e indirectos de los perdigones de plomo en el tracto digestivo de las aves podían ser un obstáculo sumamente importante en
la recuperación de las aves acuáticas”.


Este mismo autor en su defensa del estudio de las aves acuáticas continuaba afirmando que “Al término de la época de veda las aves vivas portan en sus cuerpos una alarmante cantidad de plomo, por lo que es urgente investigar los efectos de los perdigones de plomo utilizados en la actividad cinegética”.
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El problema necesitaba, ya por entonces, de una evaluación seria y de la búsqueda de soluciones.
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Fue entonces, a mediados del siglo veinte, cuando se reunieron por primera vez los oficiales de Illinois Natural History Survey, en representación del mundo científico, y la Western Cartridge Company en representación de la industria de la munición.
Como resultado de aquellas reuniones se fijaron los objetivos comunes que se pretendía desarrollar para intentar evaluar la magnitud del problema y proponer soluciones al mismo, y que son los siguientes:

1- Evaluar las pérdidas en aves acuáticas ocasionadas por la intoxicación por plomo como consecuencia de la ingestión de perdigones.

2- Investigar aleaciones de plomo y otros metales como materiales para su posible uso como perdigones no tóxicos.

3- Determinar los efectos que la intoxicación por plomo provoca en las aves acuáticas.

Revisión de los casos de mortandad.
Aunque la muerte de aves como consecuencia de la ingestión de perdigones y plomos de pesca es un hecho frecuente y común en todos aquellos lugares en los que existe una fuerte tradición cinegética y de pesca deportiva, es también cierto que solo son llamativas para la opinión pública aquellos sucesos en los que muere un gran número de aves en cortos períodos de tiempo.

Igual que no es común que se divulguen los casos aislados, sí es habitual que las mortandades masivas queden plasmadas en artículos científicos. Gracias a ellos podemos hacer una, incompleta pero suficientemente convincente, revisión de los principales episodios de mortandad masiva de aves acuáticas.

Podemos afirmar que, aunque entonces no se asumía como un problema serio, el plumbismo en aves acuáticas se conoce desde mediados del siglo XIX.

A partir de entonces una extensa relación de casos pueden citarse. La tabla 1 detalla la recopilación de Bellrose sobre casos de intoxicación por plomo en aves acuáticas descritos desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX en Estados Unidos. Aunque, lógicamente es una recopilación incompleta da idea de la trascendencia del problema.

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¿Cómo se produce la intoxicación en las aves acuáticas?
Mateo y Guitart han estimado que cada año se dispersan en nuestros suelos más de 3000 toneladas de plomo, a los que habría que sumar los de actividades como la pesca deportiva.

Concretando en zonas húmedas, se estima que cada año, unas 2000 toneladas de perdigones de plomo se depositan en los Iodos de las zonas húmedas europeas, mientras que en los Estados Unidos se superan las 3000 toneladas anuales.

En España la estimación es de l0 toneladas de plomo anuales, lo que representa unos 70 millones de perdigones. La deposición de estos perdigones en dichos humedales es consecuencia de la gran cantidad de disparos que se realizan
y que no dan en el blanco, cayendo así al suelo.

Las aves acuáticas en busca de alimento y principalmente gastrolitos encuentran en los perdigones de plomo la herramienta ideal para la trituración de semillas en la molleja. Así los perdigones permanecen aquí durante semanas,
realizando la función para la que fueron ingeridos, es decir, triturar semillas, pero por desgracia, por acción de los jugos gástricos, liberando iones de plomo.

Estos iones de plomo forman sales que serán absorbidas y, posteriormente, distribuidas por todo el organismo, alcanzado así los tejidos y órganos diana de la acción del plomo.

En los casos en que las aves no mueran como consecuencia de la exposición al plomo, éste se terminará depositando en el tejido específico de acumulación: el hueso.

Factores que influyen en la instauración de un brote de mortandad.
La frecuencia y magnitud de los brotes de intoxicación por plomo en un área particular está influenciada principalmente por los siguientes factores: el tamaño de las poblaciones de aves acuáticas, principalmente anátidas, con similares hábitos
alimenticios a finales de otoño y durante el invierno, la clase y cantidad de alimento disponible, la cantidad de perdigones presentes en los humedales como resultado de la presión cinegética, la disponibilidad de los perdigones para su ingestión determinada por las condiciones del fondo de los humedales, el nivel de las aguas, la cubierta de hielo, etc.

Estación del año:
La mayoría de los brotes suelen ocurrir durante los últimos meses de otoño y primeros meses de invierno, después del cierre de la época de caza.
Algunos brotes se han descrito en primavera, aunque esto es más bien raro.
Especies:
Individuos de la práctica totalidad de las especies de aves acuáticas han sido descritos como intoxicados por plomo. Entre las especies más frecuentemente implicadas en este tipo de intoxicación están las que se incluyen en la siguiente
tabla. En general, la enfermedad es menos frecuente cuanto más especializados son sus hábitos alimenticios.

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Principales especies descritas como víctimas de la intoxicación por ingestión de plomo metálico.

Nombre vulgar - Nombre científico.

Barnacla canadiense Branta canadensis
Cisne chico Cygnus columbianus
Ánade real Anas platyrhynchos
Ánade rabudo Anas acuta
Ánsar nival Anser caerulescens
Porrón bola Aythya affinis
Porrón americano Aythya americana
Cerceta común Anas crecca
Cisne trompetero Cygnus buccinator
Ánade friso Anas strepera
Silbón americano Anas americana
Cerceta aliazul Anas discors
Cerceta colorada Anas cyanoptera
Cuchara común Anas clypeata
Porrón coacoxtle Aythya valisineria
Porrón bastardo Aythya marila
Porrón osculado Bucephala clangula
Malvasía canela Oxyura jamaicensis
Polla de agua Gallinula chloropus
Porrón común Aythya ferina
Porrón moñudo Aythya fuligula
Pato colorado Netta rufina
Ánade silbón Anas Penélope
Focha común Fulica atra

Pato cuchara.
Intoxicado por plomo. No puede volar, no puede huir, no puede comer. Morirá.

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Presencia de perdigones y pesos de pesca en mollejas.
Determinar el número de perdigones o pesos de pesca presentes en las mollejas de las aves acuáticas ha sido usado por diversos autores como método para determinar la prevalencia de la exposición al plomo.

Entre los métodos que se utilizan para determinar este número se encuentran: la apertura de la molleja y la inspección visual, radiografía de la molleja sin abrir y la fluoroscopia del contenido de la misma.

El número de perdigones encontrados en las mollejas de las aves que se necropsian es variable, al igual que también lo es el número de aves que portan los mismos.

Molleja de un ánade real con perdigones.
Perdigones extraídos de las mollejas de dos ánades reales.
A) macho (42 p.);
B) hembra (6 p.)

La revisión realizada por Bellrose, en 1959, sobre ánades reales de diversos estados norteamericanos muertos en brotes de intoxicación por plomo puede dar una idea de la presencia del número de perdigones presentes en las mollejas de las aves, tal y como se aprecia en el siguiente cuadro.

Nº de perdigones - Nº de aves con perdigones - Porcentaje
0 132 11.45
1 284 24.63
2 195 16.91
3 155 13.44
4 98 8.50
5 78 6.76
6 53 4.60
7 27 2.34
8 25 2.17
9 20 1.74
10 18 1.56
10 68 5.90

Total 1153 100

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Efectos del plomo en las aves acuáticas.
Los efectos del plomo sobre las aves acuáticas dependen en gran medida del tipo de exposición (aguda, subaguda o crónica) a la que están sometidas. A diferencia de otras especies animales, e incluso el hombre, las aves acuáticas y las rapaces predadoras de éstas, suelen padecer intoxicación aguda por plomo. Sin embargo, las que, a pesar de todo no mueren, pueden ser también objeto de los efectos de una exposición crónica.

Los efectos que este tipo de tóxico es capaz de producir son diversos:
alteraciones digestivas, hemáticas, nerviosas, comportamentales, renales, hepáticas, reproductivas, y sobre el sistema inmune.

Entre las alteraciones digestivas más comunes en casos de intoxicación aguda se han descrito:

Diarrea verdosa, impactación de la molleja y proventrículo,
gastroenteritis, manchas de color verdoso en la mucosa gastrointestinal.

Todas estas alteraciones digestivas suelen llevar al ave a un estado de anorexia que termina con un estado de emaciación próximo a la muerte.

Plumas de la zona pericloacal teñidas de verde como consecuencia de la degradación del plomo en el
estómago.

Entre los efectos hemáticos de la exposición al plomo se describen:
anemia hemolítica e hipocrómica, reticulocitosis, punteado basófilo en eritrocitos, eritrocitos inmaduros, acortamiento de la vida media de eritrocitos, fragilidad de la membrana eritrocitaria, disminución de niveles de hemoglobina, inhibición de la -ALAD, aumento de protoporfirina IX eritrocitaria, disminución de la concentración celular de hemo.

Entre los efectos sobre el sistema nervioso destacan tanto los efectos a nivel central como periférico. Los efectos sobre el sistema nervioso pueden explicar síntomas como la paresia, atrofia muscular, atonía de la molleja e impactación del buche, los cuales se consideran como los primeros síntomas observables en las aves intoxicadas. La aparición de parálisis y las alteraciones de la locomoción pueden evidenciarse en las primeras 24 horas.

Brevemente podemos resumir estos efectos en una parálisis flácida que comienza en las extremidades posteriores, que asciende a las alas y termina por postrar al ave, incapaz por tanto de andar o volar.

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Algunos autores han centrado sus investigaciones en las alteraciones comportamentales como consecuencia de la exposición al plomo, observando que en las aves intoxicadas se observa un retraso en la aparición de la respuesta de huida
ante las agresiones.


Aunque el plomo no es especialmente nefrotóxico, sí provoca alteraciones a este nivel. Se ha observado degeneración de células epiteliales de túbulos contorneados proximales y presencia de cuerpos de inclusión intranucleares. Los
estadíos avanzados de la intoxicación provocan, cuando la muerte no aparece rápidamente, nefrosis y glomerulonefritis.

A nivel hepático es frecuente observar un aumento del tamaño de la vesícula biliar, degeneración y necrosis hepática.
Los efectos a nivel del sistema reproductivo suelen observarse en los casos de exposición crónica, aunque existen estudios contradictorios en este sentido.

Algunos autores han observado atrofia testicular y reducción o ausencia de la espermatogénesis.

Los estudios más modernos centran su atención en las alteraciones que la exposición al plomo pueden provocar sobre el sistema inmune. A pesar de que se asume que sí existen estos efectos, aún queda mucho por demostrar científicamente.

El plumbismo en España, presente y futuro.
Podemos decir que la situación en España es muy preocupante. Nuestro país se encuentra entre los países del mundo donde el plumbismo es más acusado.

Aunque a partir de 1980 se habían descrito algunos casos de intoxicación por plomo en España, no es hasta 1994 cuando se publica el primer estudio de prevalencia de perdigones de plomo en mollejas de aves acuáticas.

En este estudio se revela que el 25% de los ánades reales necropsiados portaban perdigones en la molleja. A partir de este estudio se estimó que cerca de 10.000 ánades reales del
Delta del Ebro podían estar padeciendo la intoxicación por plomo. Este estudio fue realizado por Raimon Guitart, Rafael Mateo y sus colaboradores.

A partir de éste, ICONA subvencionó el estudio de otros muchos humedales entre los que se encontraban los del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real), el Parque Natural de la Albufera (Valencia), el Parque Nacional de Doñana (Huelva-Sevilla) y el Parque Natural del Delta del Ebro (Tarragona).

A estos lugares se les añadió más tarde el Parque Natural de El Hondo de Elche (Alicante). Para la realización de este estudio se determinó la concentración de perdigones/m2 en los
lodos de estos humedales. Estos investigadores encontraron resultados diversos en los distintos parajes, desde ningún perdigón/m2 en la Punta de la Banya (Delta del Ebro) hasta los 287.6 perdigones/m2 en los arrozales de Sueca (Albufera de
Valencia).

Los estudios de Guitart y Mateo compararon los resultados obtenidos en los humedales citados con los descritos en otros lugares del mundo, y llegaron a la conclusión de que humedales como la Albufera de Valencia y el Delta del Ebro
arrojaban los máximos mundiales de concentración registrados hasta la fecha.

A los estudios de estos investigadores se han añadido en los últimos años los realizados por nuestro equipo de investigación. En la Universidad de Murcia, los estudios realizados han ido encaminados a la determinación de los niveles de plomo en tejidos y la prevalencia de perdigones en mollejas de diversas especies de aves acuáticas que habitan o frecuentan el Parque Natural “El Hondo” (Alicante). Una
mortandad masiva en este humedal ocurrida a finales de4 1997 fue investigada para determinar las posibles causas.

Tras años de estudio sobre los posibles factores etiológicos, finalmente se concluyó que la mortandad fue debida a la instauración de un brote de intoxicación botulínica que se originó a raíz de una mortandad previa debida a la intoxicación por plomo de diversas especies de aves acuáticas, entre las que destacaron por su frecuencia el porrón común (Aythya ferina), el flamenco (Phoenicopterus ruber), el ánade real (Anas platyrhynchos) y el ánade rabudo (Anas acuta).

El brote se dilató en el tiempo, desde primeros de septiembre hasta finales de noviembre de 1997.
Guitart y Mateo, revisando la prevalencia de perdigones de plomo en mollejas, elaboran una lista de especies de aves acuáticas de España incluyendo las siguientes especies: ánade silbón (Anas penelope), ánade friso (Anas strepera),
cerceta común (Anas crecca), ánade real (Anas platyrhynchos), ánade rabudo (Anas acuta), pato cuchara (Anas clypeata), pato colorado (Netta rufina), porrón común (Aythya ferina), porrón moñudo (Aythya fuligula), focha común (Fulica atra), ánsar
común (Anser anser). Esta lista es muy similar a la que nosotros hemos realizado, sin embargo, existen variaciones tales como el hecho de que nosotros no hayamos encontrado perdigones- en mollejas de pato cuchara ni de focha común, y por el contrario sí los hemos encontrado en polla de agua (Gallinula chloropus). Además una mención especial debemos hacer a los flamencos, ya que cuando frecuentan zonas húmedas cargadas de perdigones de plomo se convierten en auténticos
dragadores acumulando gran cantidad de ellos en sus mollejas.
Ante esta dramática situación, diversas han sido las acciones que se han llevado a cabo, desde investigaciones serias sobre el problema, escritos, denuncias, reuniones, implicaciones directas de órganos competentes, programas de radio, televisión, etc, que han concluido con la publicación en el Boletín Oficial del Estado del Real Decreto 581/2001 (B.O.E. 143 de 15 de junio) "por el que en determinadas zonas húmedas se prohíbe la tenencia y el uso de municiones que contengan plomo para el ejercicio de la caza y tiro deportivo".

¿Y ahora qué?
Por desgracia, aunque el Real Decreto ha supuesto un alivio importante, la situación no es en definitiva deseable. Ciertos sectores de los cazadores siguen pensando que la medida no es adecuada y continúan criticándola.

Nosotros también la criticamos, pero por excesivamente suave. Por este motivo la Asociación Española de Toxicología en nombre de los toxicólogos españoles redactó, días después de la publicación del Real Decreto, una nota de prensa en la que expresaba su opinión sobre el tema y que se adjunta en anexo.

De todas formas, solucionada en parte la continuación de la dispersión de nuevos perdigones de plomo, el problema sigue ahí. Los perdigones de plomo depositados durante siglos no desaparecen tan fácilmente.

Las teorías que defienden que el perdigón se entierra a gran profundidad cuando cae al fondo de los humedales y que por tanto deja de estar disponible para las aves acuáticas no son
ciertas. Baste como dato el hecho de que en El Hondo se dejó de cazar en 1995 y aún hoy, ocho años después, seguimos encontrando decenas de perdigones en las mollejas de las aves acuáticas que viven en este humedal.

Los perdigones siguen a disposición de las aves y siguen matándolas en elevado número.

Agradecimiento al Profesor Raimon Guitart.
Es este el momento de citar al Profesor Guitart una vez más, y no ya como profesor, toxicólogo e investigador, sino como el principal artífice de los avances sociales y legislativos en la reducción del uso de la munición de plomo en zonas
húmedas.

Aunque otros grupos en España hemos puesto nuestro pequeño grano de arena, nadie como él ha luchado, desde la ciencia y la conciencia, en la defensa de las aves acuáticas frente a su gran enemigo el plomo.
Vaya pues desde aquí para él mi consideración y respeto como científico y mi agradecimiento como ciudadano.

NOTA DE PRENSA DE LA ASOCIACION ESPAÑOLA
DE TOXICOLOGÍA.


Con motivo de la reciente aprobación en el Consejo de Ministros del pasado 1, de junio del Real Decreto 581/2001 (B.O.E. 143 de 15 de junio) “por el que en determinadas zonas húmedas se prohíbe la tenencia y el uso de municiones que contengan plomo para el ejercicio de la caza y tiro
deportivo” la Asociación Española de Toxicología (AET) -entidad que agrupa y representa la mayor parte de los investigadores, profesionales y docentes en Toxicología de nuestro país- desea hacer públicos los siguientes puntos:

1°.- Manifestar nuestro apoyo incondicional a la medida adoptada, en tanto que representa el abandono de un sistema de caza de gran impacto ambiental para la fauna y para el medio ambiente acuático.
Tal y como introduce el RD, se tiene evidencia científica incuestionable de que la ingestión de perdigones de plomo es una de las primeras causas de intoxicación y muerte de aves silvestres en nuestro país, con la pérdida de biodiversidad que ello comporta y el riesgo que supone para el consumidor humano la captura e ingestión de los animales enfermos.

2°.- Lamentar que la restricción de la munición tóxica se haya aplicado sólo a zonas húmedas de importancia internacional incluidas en la lista Ramsar (Convención relativa a los humedales de importancia internacional, especialmente como hábitat de aves acuáticas), y no a
todas ellas sin excepción, tal y como se acordó en la reunión conjunta promovida por el Ministerio de Medio Ambiente en Valsaín en 1998 con todos los sectores implicados, y en la que la AET participó activamente.

3°.- Consecuencia de esto último, manifestar nuestra extrañeza por el deseo expresado en algunos medios de comunicación por determinadas organizaciones de cazadores de impugnar la normativa ahora aprobada, dado el consenso que se alcanzó en dicha reunión de Valsaín.

4º.- Mostrar nuestro desacuerdo ante el hecho de que el Real Decreto establezca la posibilidad de exenciones de aplicación de la normativa, puesto que su ámbito de prohibición es ya de por sí muy restringido. Ha de tenerse muy presente que en las zonas húmedas se deposita apenas un 1% de las aproximadamente 5.000 toneladas de plomo que cada año son arrojadas y abandonadas en suelo español en la práctica de la caza y
del tiro deportivo.

5º.- Expresar nuestro deseo de que la ciudadanía española sea
consciente de que la normativa no va en contra de la caza (existen alternativas al plomo no tóxicas que ya se emplean desde hace años en muchos países de Europa, América y Oceanía), sino que tiene como principales objetivos -dada la extremada toxicidad del plomo y del arsénico empleados en la fabricación de perdigones- los de proteger el medio ambiente y velar por la salud pública.

6º.- Por último, alentar a los poderes legislativos y ejecutivos españoles a que con rapidez y firmeza den los pasos necesarios para ir extendiendo y ampliando paulatinamente el campo de prohibición del uso de metales tóxicos y contaminantes en actividades como la caza, el tiro
y la pesca, adoptando como modelo la actual legislación medioambiental que ya está en vigor en determinados países de nuestro entorno europeo.

En nombre de la Junta Directiva de la Asociación Española de
Toxicología, aprobado en sesión ordinaria celebrada en Murcia, el 11 de Junio de 2001.

Raimon Guitart Bas.
Antonio Juan García Fernández.
Eugenio Vilanova Gisbert
(Presidente).

Más información en Ibérica 2000:
* Jornadas sobre gestión y conservación de fauna silvestre en peligro de extinción.

Más información relacionada en Internet:
* SEO/BirdLife solicita la prohibición de los perdigones de plomo en los humedales Ramsar. 01/02/1999.

Insertado por: cipi-cpn (16/12/2003)
Fuente/Autor: Dr. Antonio Juan García Fernández. Murcia. ajgf@um.es
 

          


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