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El qué, quién, cuánto, cuándo, dónde y por qué de los transgénicos.

(1372)

LOS TRANSGÉNICOS EN EL MUNDO. WORLD WATCH INSTITUTE. ESPAÑA.
Los cultivos transgénicos están muy concentrados en apenas 6 países, en unos pocos cultivos y en unas pocas características. Aunque hay muchas plantas transgénicas, sólo unas pocas se cultivan.

¿Qué?
La soja transgénica, con 41,4 millones de hectáreas en 2003, representó el 61% del área transgénica mundial; el maíz, con 15,5 millones de hectáreas, el 23%. El resto corresponde al algodón, con 7,2 millones de hectáreas y el 11% del total mundial, y a la colza, con 3,6 millones de hectáreas y el 5% del total mundial.


La Plantación de Soja, no deja que el agua de las lluvias penetre en la tierra, por lo que provoca mayor escorrentia. (Argentina)

En el año 2003 el 55% de los 76 millones de hectáreas de soja cultivadas en el mundo correspondió a la soja transgénica, el 21% de los 34 millones de hectáreas cultivadas de algodón, el 16% de la colza de los 22 millones de hectáreas cultivadas en el mundo, y el 11% de los 140 millones de hectáreas de maíz cultivadas en el mundo correspondió al maíz transgénico.

Si se suman los cuatro cultivos citados, el 25% de los 272 millones de hectáreas correspondió a los cultivos transgénicos.

Esta película es una denuncia sobre la contaminación por pesticidas y la defensa de los alimentos biológicos.

Cerca de Cévennes, en un pequeño pueblo francés, los padres han decidido convertir la comida del comedor escolar en biológica. Aquí como en otros sitios, la población vive angustiada por la polución industrial y la polución agro-química. Con esta película "Nuestros hijos nos acusarán" empieza una lucha para no convertir el mal en irreversible, una lucha para que el día de mañana nuestros hijos no nos acusen. El primer paso es tomar conciencia, como padres de los graves riesgos para la salud de nuestros hijos que entraña la comida que habitualmente comen, podemos creer que les ofrecemos una dieta saludable, pero no conocemos la sucesión de sustancias nocivas que actúa sobre los alimentos que consumimos.




¿Quién?
Monsanto tiene el 80% del mercado de las plantas transgénicas, seguida por
Aventis con el 7%, Syngenta (antes Novartis) con el 5%, BASF con el 5% y
DuPont con el 3%. Estas empresas también producen el 60% de los plaguicidas y el 23% de las semillas comerciales.

¿Cómo?
La práctica totalidad de los cultivos transgénicos han sido manipulados para
reemplazar a sustancias químicas de amplio uso, sobre todo insecticidas
(Bacillus thuringiensis) y herbicidas (glifosato o glufosinato, fabricados
también por las mismas empresas que venden las semillas).

La mayoría de las plantas transgénicas incorporan un gen de resistencia a los antibióticos (gen marcador).

Cerca del 18% por ciento de los cultivos transgénicos mundiales son variedades Bt (Bacillus thuringiensis), sobre todo de maíz (9,1 millones de hectáreas, 13% del total mundial en 2003), manipuladas para producir una toxina contra los insectos (12,2 millones de hectáreas en total), y el 73% son cultivos transgénicos de soja (41,4 millones de hectáreas, 61%), maíz, colza y algodón diseñados para resistir a herbicidas como el glifosato o el glufosinato (67,7 millones de hectáreas). El resto llevan ambas características, Bt y resistencia al glifosato.

¿Dónde?
Estados Unidos (63%), Argentina (21%), Canadá (6%), China (4%), Brasil (4%) y Suráfrica (1%) representan el 99% de la superficie plantada con
transgénicos en 2003, aunque en el resto del mundo, afortunadamente, no
pasan de ocupar un lugar marginal.

No obstante, ha aumentado el número de países con cultivos transgénicos, 6 en 1996, 9 en 1998, 13 en 2001, y 18 en 2003.

Los transgénicos se cultivan en 7 países industrializados (Estados Unidos, Canadá, Australia, España, Alemania, Rumania y Bulgaria) y en 11 países en desarrollo (Argentina, China, Suráfrica, México, Indonesia, Brasil, India, Uruguay, Colombia, Honduras y Filipinas).

El ISAAA prevé que en los próximos cinco años 10 millones de agricultores de 25 países sembrarán 100 millones de hectáreas de cultivos transgénicos, y el valor del mercado mundial de transgénicos pasará de los actuales 4.500
millones de dólares de este año a 5.000 millones en el año 2005.

Estados Unidos sembró 42,8 millones de hectáreas con cultivos transgénicos, un 10% más que en 2002, representando el 63% del total mundial (básicamente maíz Bt y soja tolerante a herbicidas). Argentina plantó 13,9 millones de hectáreas, un 3% más que en 2002 y un 21% del total mundial (maíz Bt, y casi el 100% de la superficie de soja). Canadá cultivó 4,4 millones de hectáreas, el 6% del total mundial y un 26% más que en 2002 (colza, maíz Bt y soja tolerante a herbicidas).

Brasil, que en 2003 sembró soja transgénica legalmente por primera vez (ya
se importaban semillas de soja transgénica de contrabando, procedentes de
Argentina), a pesar de las promesas electorales del presidente Lula y de la
oposición de buena parte del PT, plantó 3 millones de hectáreas, un 4% del
total mundial (en su totalidad soja resistente al herbicida glifosato, que
vende Monsanto, al igual que las semillas transgénicas).

China plantó 2,8 millones de hectáreas de algodón transgénico (58% del
cultivo nacional de algodón), con un aumento del 33% respecto a 2002 y el 4% del total mundial. Suráfrica sembró 400.000 hectáreas, un 33% más que en 2002 y un 1% del total mundial (maíz Bt, algodón y soja).

En Australia disminuyó la superficie cultivada, que fue de sólo 100.000 hectáreas de algodón transgénico. India plantó algodón Bt por segundo año, llegando a 100.000 hectáreas en 2003. Uruguay plantó 60.000 hectáreas de soja y maíz Bt, y Rumania sembró 70.000 hectáreas de soja transgénica.

España siguió siendo el único país de la Unión Europea que sembró una
superficie importante con cultivos transgénicos, 32.000 hectáreas de maíz
Bt, con un aumento del 33% respecto a 2002, aunque deberá dejar de
cultivarlo, por la utilización de antibióticos, que inducen a resistencias,
tras la resolución del Parlamento Europeo.

En el resto de Europa, Alemania sembró una pequeña superficie con maíz Bt, y Bulgaria siguió cultivando unos pocos miles de hectáreas de maíz tolerante a herbicidas.

Filipinas sembró por primera vez cultivos transgénicos en 2003, unas 20.000
hectáreas de maíz Bt.

En Indonesia los agricultores sembraron una pequeña superficie con algodón Bt en Sulawesi.

Colombia aumentó las plantaciones de maíz Bt hasta unas 5.000 hectáreas, y Honduras plantó 2.000 hectáreas de maíz Bt en 2003 (500 hectáreas en 2002).

México cultivó 25.000 hectáreas de maíz Bt y 10.000 hectáreas de soja tolerante al herbicida glifosato.

¿Cuándo?
La progresión ha sido espectacular, desde el primer cultivo transgénico de
tabaco en 1992 en China, y las primeras plantaciones comerciales en Estados Unidos en 1994. En 1995 se cultivaron apenas 200.000 hectáreas, en 1996 se pasó a 1,7 millones de hectáreas, en 1997 a 11 millones, en 1998 se cultivaron 27,8 millones, en 1999 se plantaron 39,9 millones, 43 millones en 2000, 52,6 millones en 2001, 58,7 millones en 2002 y en el año 2003 se alcanzaron los 67,7 millones de hectáreas, con un crecimiento mundial del 15% (11% en los países industrializados respecto a 2002 y un 28% de aumento en los países en desarrollo).

¿Cuánto?
En 1983 se creó la primera planta transgénica, y en 20 años los cultivos
transgénicos, impulsados por unas pocas multinacionales, pasaron de la nada a más de 67,7 millones de hectáreas en el año 2003, sin que aún se conozcan sus consecuencias sobre la salud y el medio ambiente, y en contradicción con el más elemental principio de precaución. Según el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA), el área mundial de cultivos transgénicos se multiplicó por 40 desde 1996.

¿Por qué?
Las plantas transgénicas son mayoritariamente resistentes a los herbicidas,
y se venden formando parte de un “paquete de tecnología” que incluye la
semilla transgénica y el herbicida al que es resistente.

Los dos productos principales son actualmente el “Roundup Ready” de Monsanto que tolera su herbicida “Roundup” (glifosato), y el “Liberty Link” de AgrEvo que tolera su herbicida “Liberty” (glufosinato).

Puede parecer contradictorio y demagógico, pero un objetivo declarado de
tales plantas transgénicas es reducir el uso de herbicidas.

Al diseñar cultivos tolerantes a niveles muy altos de exposición a un herbicida (que es un producto químico tóxico para la mayoría de las plantas), las empresas ofrecen a los agricultores la opción de usar potentes aplicaciones de herbicidas en la estación de crecimiento, en lugar de la práctica normal que requiere una serie de aplicaciones de varios compuestos diferentes.

A pesar de lo que pregonan las empresas fabricantes, en la práctica aumenta la cantidad de herbicidas aplicados, al no afectar a las plantas cultivadas, pero su simplicidad facilita el trabajo de muchos agricultores.

Otro beneficio potencial pregonado por Monsanto es que pueden permitir “el
mínimo laboreo”, las técnicas de cultivo que reducen la necesidad de arar o
incluso lo eliminan completamente.

Una de las razones para arar es eliminar las malas hierbas, pero al dejar la tierra desnuda, el arado agrava la erosión del suelo fértil.

Las plantas transgénicas resistentes a los herbicidas, al igual que los
cultivos Bt, son una extensión del modelo actual basado en los plaguicidas.
Pueden permitir una reducción del uso de los herbicidas a corto plazo, pero
su adopción generalizada promoverá la dependencia de los herbicidas.

En muchas partes del mundo en desarrollo, donde hoy apenas se usan herbicidas, el hábito de su uso podría agravar la crisis ambiental: los herbicidas son tóxicos para muchos organismos del suelo, contaminan las aguas subterráneas y pueden tener efectos a largo plazo en las personas y en la fauna.

Y, por supuesto, la resistencia aparecerá, pues se favorece la dependencia de unos pocos herbicidas de amplio espectro (glifosato y glufosinato), por lo que la resistencia se desarrollará más rápidamente, y la agricultura será más
vulnerable.

En EE UU el uso generalizado de Roundup (glifosato) en la soja Roundup Ready ha promovido varias especies de malas hierbas resistentes a
ese herbicida.

El Bacillus thuringiensis (Bt) transgénico reemplaza a un insecticida, que
antes se rociaba sobre las plantas, por otro dentro de la misma planta.

La resistencia de las plagas al Bt podría aparecer en pocos años, afectando no sólo a los cultivos transgénicos, dado que el Bt también se usa en los
cultivos convencionales.

Los agricultores verán cómo uno de los plaguicidas más benigno ambientalmente dejará de ser útil. Los cultivos Bt son un retroceso a los peores días del empleo masivo de plaguicidas químicos, cuando se animaba a que los agricultores rociaran sus campos con plaguicidas cuya toxicidad no tardó en aparecer.

El Bt está programado para atacar a la plaga durante todo el periodo de crecimiento de la planta, aumentando la probabilidad de resistencia, al aumentar al máximo la exposición.

En 1997, un año después de su primera plantación comercial en Canadá, un
agricultor informó, y las pruebas de ADN confirmaron, que la colza Roundup
Ready se había propagado, por polinización, a una especie silvestre cercana,
que crecía en los márgenes del sembrado, produciendo una mala hierba con
resistencia al herbicida.

El gen con resistencia al herbicida había “escapado.” Había aparecido una grave contaminación, la genética, al abrir la caja de Pandora transgénica.

Si un cultivo transgénico es capaz de reproducirse sexualmente (y
generalmente lo es), la fuga de “transgenes” es inevitable, lo que puede
tener graves consecuencias en las zonas de gran diversidad agrícola. El
algodón de Monsanto, mezcla de Roundup Ready y Bt, está en el mercado desde hace varios años.

En el futuro podría difundir una amplia variedad de potentes genes en la naturaleza.

Todas las semillas transgénicas están patentadas. Hasta ahora los
agricultores podían comprar las semillas, incluso las patentadas, y podían
usarlas posteriormente en sus propios cultivos e incluso cambiarlas por
otras semillas.

Pero con las nuevas leyes de patentes, todas esas actividades son ilegales; el comprador paga por usar una sola vez el germoplasma.

El derecho a poseer genes es un fenómeno nuevo en la historia mundial y sus efectos en la agricultura, y en la vida en general, todavía es muy incierto.

Las multinacionales argumentan que la propiedad intelectual es esencial para
que prospere su industria.

Para otros se trata de un nuevo neofeudalismo, que convierte a los agricultores en los nuevos siervos de las multinacionales, que les venden semillas y plaguicidas y les compran la producción a muy bajos precios, sin dejarles ni oficio ni beneficio, con el único consuelo de la propiedad formal sobre la tierra que cultivan.

En la práctica, una especie de franquicia de Monsanto. Las multinacionales de las semillas transgénicas han iniciado una nueva era, cuyo fin es controlar la industria más importante y básica (todos comemos todos los días, y la mayoría tres veces), una industria que factura más de 2 billones de dólares, la industria alimentaria.

Las patentes son un ingrediente importante en la expansión de la industria.
Las ventas globales de plantas transgénicas crecieron de 75 millones de
dólares en 1995 a 4.500 millones en 2003. Se espera que las ventas alcancen los 5.000 millones en 2005 y 25.000 millones en el año 2010.

Las patentes dan a las multinacionales un enorme poder sobre los
agricultores.

Para defender sus derechos sobre las patentes, las cuatro o cinco multinacionales del sector exigen a los agricultores que firmen “contratos de semillas”, un fenómeno totalmente nuevo en la agricultura.

Los contratos pueden estipular qué marca de plaguicidas debe usar el agricultor, una especie de mercado cautivo para algunos herbicidas en estos “paquetes tecnológicos.”

La lucha para reforzar las patentes no se detendrá con este tipo de
contratos. La llamada “tecnología de protección de los genes”, popularmente
denominada “terminator”, puede hacer que los contratos sobre las semillas
sean una realidad biológica, al igual que los actuales desarrollos
tecnológicos.

La tecnología terminator o similares (traitor) impiden que las semillas recolectadas vuelvan a germinar. La tecnología terminator aumentará la uniformidad de los cultivos al restringir la práctica de guardar y cruzar semillas de un año para otro por los agricultores.

Y en cuanto al potencial de la biotecnología para alimentar a la población
mundial, las tendencias actuales no son muy alentadoras.

El problema del hambre, que afecta según la FAO a 842 millones de personas, es un problema de distribución y de desigualdades, y no de falta de alimentos, que sobran.

Las plantas transgénicas están hechas para dar beneficios a las 4
multinacionales que las fabrican, y no para alimentar a los pobres del
mundo.

Pretender adornar con el supuesto altruismo de alimentar a los
hambrientos lo que es una apropiación y un oligopolio sobre la alimentación,
es uno de los mayores escarnios contemporáneos.

La agricultura ecológica, con mezcla de cultivos, sin empleo de herbicidas y
otros plaguicidas ni abonos químicos, con mezcla de ganado y cultivos de
leguminosas, permite obtener mejores resultados a largo plazo, y es el nuevo
paradigma agrícola de la sostenibilidad, muy diferente al enfoque
tecnocrático que hoy domina el pensamiento.

El rechazo de los consumidores y de los fabricantes y grandes
comercializadores de alimentos en Europa ha reducido el consumo de los
alimentos transgénicos. Las exportaciones estadounidenses de soja y maíz a
la Unión Europea han caído estrepitosamente.

Los consumidores podemos y debemos rechazar los transgénicos, por razones de salud (alergias, resistencia a los antibióticos), de la calidad de los
alimentos, de los riesgos ambientales (contaminación genética, pérdida de
biodiversidad, resistencias) y de los riesgos económicos y políticos que se
derivarían de poner nuestra alimentación en manos de cinco grandes
multinacionales.

El rápido lanzamiento de los cultivos transgénicos es muy parecido al del
DDT y a las centrales nucleares, hoy en crisis. La combinación de oposición
pública y crisis financiera forzó a la paralización del desarrollo de estas
tecnologías, después de que sus efectos en el medio ambiente y en la salud
humana demostraran ser más complejos, difusos y duraderos que las promesas que acompañaron a su rápida comercialización. En un esfuerzo para evitar este mismo ciclo con la introducción de cada nueva tecnología
“revolucionaria”, se ha propuesto la adopción del principio de precaución,
al que se oponen las multinacionales citadas.

La transición a una agricultura y ganadería ecológica es una necesidad
imperiosa, y así empiezan a entenderlo los consumidores y los propios
agricultores.

En 2002 la agricultura ecológica certificada se extendió por
23 millones de hectáreas, aunque una cantidad muy superior no etiquetada se cultivó sin agroquímicos ni transgénicos.

Los transgénicos tendrán consecuencias mucho más graves y prolongadas que los plaguicidas tóxicos, y suponen el último eslabón de un modelo
insostenible, que empobrece a los agricultores y perjudica a los
consumidores, beneficiando sólo a unas pocas empresas multinacionales, con un enorme poder de manipulación e influencia sobre algunos gobiernos, como el de Estados Unidos, que a su vez presionan a la Unión Europea y a otros países donde el rechazo a los transgénicos es cada vez mayor.

Referencias:
* Isaaa.org
* Grain.org
* Biodiversidadla.org
* Etcgroup.org
* Ecoportal.net
* Tierra.org/transgenicos
* Vidasana.org

Información facilitada por:
José Santamarta.
Director de World Watch.
worlwatch@nodo50.org

* Worldwatch
Teléfono: 650 94 90 21

* Toda la información sobre los alimentos manipulados genéticamente, en Ibérica 2000...

Insertado por: Redac.Ibérica2000 (28/02/2004)
Fuente/Autor: José Santamarta. World Watch.
 

          


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Comentarios

Realmente el descubrir lo que hay tras un "avance tecnologico" es muy bueno y valiente,muestra la verdadera intencion de esas acciones, que a la luz , no es el aplacar el hambre mundial,que como lo muestra la FAO es asunto de distribucion mas que de produccion,son intenciones puramente economicas monetarias y de dominacion. Me gustaria que se incluyeran los avances que se tengan en cuanto a las consecuencias nocivas para la salud del hombre como para el medio ambiente la practica de este cultivo y ademas difundir con que marcas comerciales se venden los productos en los mercados para contribuir a un bloqueo de su consumo. Gracias Dios los Bendiga.
Nombre: Miguel Cabanillas B.  (29/02/2004) E-mail: cabanillasmig@hotmail.com
 
Sería interesante dar a conocer en qué productos/alimentos nos podemos encontrar la utilización de transgénicos. La gente no es consciente que en la dieta diaria podemos estar tomándolos. En la bollería que utiliza distintos azúcares, la glucosa puede provenir de maíz GMO.
Nombre: ASC  (01/03/2004) E-mail: ascastello@terra.es
 
Creo que además se podría abordar el impacto ambiental y de recursos naturales que provoca éste cultivo. Tal es el caso de la tala indiscriminada de los montes nativos; sobre todo en al zona del gran Chaco argentino. Además la degradación de los suelos, provocada por la soja y demás monocultivos. Asimismo cómo se drenan las ganancias que genera esta actividad, hacia los bolsillos de las grandes multinacionales, quedando el productor local con una pocas migajas y los recursos naturales (Monte, Suelos y Aguas) cada vez más depredados
Nombre: Luis Nocenti  (01/03/2004) E-mail: nocenpitu@hotmail.com
 
E.F.Sshumager, decia que los grandes problemas ambientales, no se deben a los fracasos de la ciencia, sino precisamente a los supuestos exitos de la misma.

El articulo en mencion, llama la atencion sobre un tema que va mas alla de lo meramente ambiental y se pone en la esfera de la seguridad mundial, pues el el futuro de la humanidad estara en manos de CINCO (5) empresas.

Nombre: -  (02/03/2004) E-mail: -
 
Muy interesante esta investigación y alarmante.
Pero que podemos hacer con la pobre gente que año tras año siembre sus campos para poder sobrevivir con la venta de sus productos (por cierto a bajísimos precios) y luego las transnacionales las revenden al resto de paises con precios exorbitantes??
Hay todavía una larga caminata para enfrentar el reto de demostrar a los campesinos o agricultores del mal usop que se les este dando a sus productos y el perjuicio que conlleva la siembra de los mismos.
Estos informes de investigación debemos de divulgarlos mas abiertamente y esto es una obligación de quienes tenemos la suerte de leerlos.
Nombre: Manuel Solano  (04/03/2004) E-mail: msolano_59@yahoo.com
 
el articulo es bueno, pero me gustaria saber que son y como se realiza el preoceso transgenico en las plantas, como se realiza paso a paso.
Nombre: diana  (01/08/2004) E-mail: arenas_ch@hotmail.com
 
NOTA DE PRENSA. 16-marzo-2010
* Frente al neocolonialismo de los transgénicos, la Coordinadora Verde se moviliza para “salvar nuestras semillas”.
La Coordinadora Verde se ha adherido hoy a la campaña "Salvar nuestras Semillas" ("Save our Seeds"), que intenta movilizar a la sociedad para conseguir una Europa libre de transgénicos. Se concreta este apoyo en la petición enviada a los comisarios europeos Dalli (Salud) , Potočnik (Medio Ambiente) y Ciolos (Agricultura), para que se frene el descontrol social sobre los transgénicos y para que, paralelamente, Europa proteja sus semillas.
El coportavoz de la coordinadora, Florent Marcellesi, ha explicado que su organización defiende una agricultura “que optimice la nutrición y la salud, y que garantice que el patrimonio genético que hemos recibido en las semillas tradicionales de nuestros territorios pasará también a manos de la siguiente generación”. Añade Marcellesi, que “una agricultura sostenible no debe resultar tóxica o esquilmadora para el suelo y debe ser otro instrumento más para la extensión de la justicia social y medioambiental, por lo que está claro que hacemos una apuesta decidida por la agricultura ecológica y que consideramos a los transgénicos como una amenaza creciente que hay que detener”.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), durante el siglo XX han desaparecido el 75 por ciento de las variedades tradicionales utilizadas en la agricultura a nivel mundial. Una pérdida de biodiversidad y de recursos para la humanidad, cuyas causas hay que encontrar en la paulatina sustitución de variedades de semillas locales por las llamadas “mejoradas”, además de otras causas como la deforestación, la presión demográfica o los conflictos bélicos.
Ante esta trágica pérdida de variedad de semillas, la Coordinadora Verde opta por defender ante los organismos nacionales y europeos que aumenten los recursos técnicos y económicos destinados a la recuperación de variedades tradicionales e impulsa la participación de agricultores y consumidores en órganos de decisión y en la elaboración de reglamentos y normas que protejan la alimentación humana de las industrias de producción de semillas modificadas genéticamente.
Sonia Ortiga indica que “las grandes corporaciones de la industria agrícola mundial buscan maximizar sus beneficios y les es indiferente la salud de la ciudadanía o la contaminación genética que puedan sufrir otros cultivos tradicionales. Por otro lado, sus beneficios económicos serán más cuantiosos cuantas más semillas de uso agrícola queden cautivas de sus patentes, sometiendo de esta manera a productores y consumidores a un nuevo feudalismo”. Defiende la coportavoz verde que los gobiernos y las administraciones deben proteger, promocionar y apoyar a la agricultura tradicional y ecológica, no solo por su vital importancia para la salud humana, sino para evitar una agricultura dependiente de estas corporaciones transnacionales. “Se puede y se debe, además, producir y distribuir regionalmente, lo que supone una recuperación de centenares de miles de puestos de trabajo en toda Europa”
Concluye la portavoz con un llamamiento: "200.000 personas de la UE ya han firmado esta petición a título individual, junto con 300 organizaciones que representan a 25 millones de personas. La Coordinadora Verde se une a estas voces pidiendo que se protejan las semillas, y anima a toda la ciudadanía a hacerse oír ante los comisarios europeos."
Campaña “Salvar nuestras Semillas” : www.saveourseeds.org/int/spain/
Nombre: Coordinadora Verde  (18/03/2010) E-mail: komuniko@hondarribiaverde.org
 
* Mapa secreto de los 63 pueblos donde se experimentan nuevos cultivos transgénicos.

Amigos de la Tierra ha hecho pública la localización exacta de los campos donde se ha solicitado experimentar con cultivos transgénicos en España en 2010, unos datos hasta ahora secretos. Son en total más de cien parcelas repartidas en 63 municipios donde multinacionales como Monsanto, Syngenta, Bayer o Pioneer tienen planeado realizar experimentos con maíz, remolacha y algodón transgénico para ver qué tal funcionan.

Amigos de la Tierra considera que los agricultores, vecinos y ayuntamientos tienen derecho a conocer su localización exacta, aunque resulte imposible poder protegerse de una contaminación genética e invisible cada vez más generalizada.

Decían que iban a respetar los espacios protegidos, pero era mentira. Varios experimentos de Monsanto con maíces transgénicos se encuentran en la Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda, en Daimiel, mientras que Syngenta pretende probar fortuna con remolacha transgénica en una ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves) de Castilla y León.

Según la asociación ecologista, España acoge el 42% de todos los experimentos con transgénicos al aire libre realizados en la Unión Europea en los últimos años. Dicho de otra manera, nuestro país se ha convertido en el campo de pruebas favorito de las multinacionales.
--------------------
Hasta ahora la localización de los campos experimentales con transgénicos era confidencial. Pero una reciente sentencia del Tribunal Europeo de Justicia ha amparado el derecho a que esta información esté a disposición pública.

* A continuación puedes ver un listado y un mapa de los municipios en los que se ha solicitado experimentar, el transgénico que se quiere cultivar y los datos para localizarlo (provincia, municipio, polígono y parcela).
http(-)://maps.google.es/maps/ms?source=embed&hl=es&geocode=&ie=UTF8&hq=&hnear=Nuez+de+Ebro,+Zaragoza,+Arag%C3%B3n&msa=0&msid=110511989309199444785.000485db095bfe2f56bd5&ll=39.944458,-3.751831&spn=6.345132,8.983384
----------------------
Si quieres situar la parcela exacta en un mapa, sólo tienes que introducir estos datos en el programa de identificación de parcelas agrícolas del Ministerio (SIGPAC)
* Importante: "El Ministerio facilita las parcelas propuestas inicialmente por las empresas, pero advierte de que luego suelen elegirse sólo algunas de ellas. Por lo tanto, lo que se recoge en este mapa son las previstas, no las finalmente utilizadas".

¿Aparece tu pueblo en la lista?
Además de estos ensayos experimentales, España sigue cultivando 76.000 hectáreas del maíz transgénico MON 810 de forma comercial, sin que tengamos posibilidad de saber dónde se cultivan ni dónde acaban. Otra razón más para que no me gusten los transgénicos.
¿Cuántas más hacen falta para poner fin a esta irresponsabilidad?

* A toda la información recopilada desde Ibérica 2000, en estos últimos 10 años sobre los transgénicos: (A numerosos reportajes...)
www.iberica2000.org/Es/Busquedas.asp?Palabra=transgenicos

* Quitar el (-) del enlace al mapa.-
Nombre: Silvia Pons Oliver  (21/12/2011) E-mail: Ibérica 2000
 

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