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Ley, sociedad y urbanismo

(1734)

VALENCIA. COMUNITAT VALENCIANA.
Pero lo crucial del plan del Cabanyal, aquello que realmente importa y que diferencia la sociedad actual de la del segundo Imperio, es lo imprudente hoy en día de acometer proyectos urbanos con un alto grado de rechazo social, un coste inaceptable para una sociedad democrática avanzada por mucha ley que ampare a las retroexcavadoras.

A propósito del plan del Cabanyal...

Levante EMV - Viernes, 17 Sep 2004.
JUAN LAGARDERA.

Casi todos los historiadores de la contemporaneidad saben que fue en el arranque de la segunda mitad del siglo XIX cuando el segundo emperador bonapartista, Napoleón III, encomendó al barón Haussmann la ordenación de un nuevo París, y que este último con ayuda de dos leyes instrumentales -una de expropiaciones, aventajada de la controvertida LRAU valenciana, y otra de carácter higienista- planificó una nueva ciudad de anchos bulevares, una ciudad que acabó con los callejones medievales del centro de París, pegados a los centros administrativos del poder.

En esos callejones vivían buena parte de los obreros y estudiantes que protagonizaron las barricadas revolucionarias de 1830 y 1848 -la primera, la del célebre cuadro de Delacroix que en nuestro MuVIM utilizan para ilustrar la Toma de la Bastilla de 1789.

Tanto el emperador como el urbanista tenían como objetivo acabar con aquel frenesí de levantamientos parisinos.
Ese y no otro es el origen, ideológico aunque pragmático, de las grandes avenidas actuales.

Cuestión distinta es que la ciudad surcada de amplios bulevares sea más funcional para los flujos actuales del tráfico que han multiplicado por cientos las necesidades de espacio viario desde los tiempos decimonónicos.

Sin embargo, entonces como ahora, las leyes se elaboraban para sostener los planes. Eso es lo que, además, había anunciado poco menos el Partido Popular cuando supo que en el Tribunal Superior de Justicia la causa de la prolongación de la Avenida de Blasco Ibáñez -otro higienista- podía sufrir un revolcón; de ahí su anunciado aunque non nato proyecto de ley para modificar la actual legislación sobre patrimonio, la misma que parecía proteger al Cabanyal.

No hará falta, sin embargo, ningún cambio legal porque el TSJ ha dado la razón, finalmente, a los partidarios de la prolongación, por un margen muy ajustado y con la incorporación de un voto particular por parte de los magistrados que han quedado en minoría, voto donde explicarán las razones para oponerse al plan del Ayuntamiento de Valencia.

Queda el Supremo, desde luego, y queda, probablemente, que el propio grupo popular del consistorio está cansado de un proyecto tan salpicado de emboscadas y problemas.

Pero lo crucial del plan del Cabanyal, aquello que realmente importa y que diferencia la sociedad actual de la del segundo Imperio, es lo imprudente hoy en día de acometer proyectos urbanos con un alto grado de rechazo social, un coste inaceptable para una sociedad democrática avanzada por mucha ley que ampare a las retroexcavadoras.

Ese es el meollo de la cuestión, el que distingue una época autárquica de un presente necesariamente plural, máxime cuando al lado de la causa del Cabanyal no sólo se han pronunciado afectados y agraviados, sino importantes figuras, algunas de talla mundial -Bohigas, Siza, Nouvel- en el campo del propio urbanismo.

No se niega a la administración la capacidad de programar cuantas avenidas guste, lo que se observa es la necesidad de tomar en consideración los síntomas de los administrados.

Mira també:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=4784
http://www.eltorrenti.com

El TSJ da vía libre a la prolongación de Blasco Ibáñez por El Cabanyal.
Una ajustada mayoría permitirá a Barberá partir en dos un barrio calificado como BIC

EL PAÍS - Valencia.
EL PAÍS - C. Valenciana - 17-09-2004

La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano permitirá a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, partir el barrio de El Cabanyal con la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar.

Una ajustada mayoría, en contra del criterio sostenido por el ponente de la sala, ampara una actuación urbanística que ignora las características específicas del barrio de El Cabanyal, declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

El pleno de la Sala Contencioso-Administrativo del TSJ, integrada por 18 magistrados, inició ayer su deliberación sobre los nueve recursos interpuestos contra el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del barrio de El Cabanyal-Canyameral.

Esa actuación urbanística proyectada por el Ayuntamiento que preside Rita Barberá supone la prolongación hacia el mar de la avenida de Blasco Ibáñez y atraviesa el barrio de El Cabanyal, declarado Bien de Interés de Cultural (BIC), partiéndolo en dos.

En la primera sesión de la discusión, en contra del criterio del ponente, la actuación urbanística logró ayer una ajustada mayoría, según confirmaron varias fuentes.

El amparo legal a la ampliación de la avenida de Blasco Ibáñez, que daría al traste con un conjunto urbanístico de características particulares que fueron consideradas de un valor específico como para que se estableciera sobre él una protección, dejaría sin efecto la paralización cautelar de las expropiaciones y los derribos planeados hace algo más de dos años por el Consistorio para llevar adelante su polémico proyecto.

A pesar de que en el Tribunal Supremo quedan por resolver algunos recursos planteados contra el plan del Ayuntamiento de Valencia, la paralización de los derribos dictada en el mes de febrero de 2002 quedaría invalidada.

Sólo podría volver a establecerse si, como ya han anunciado las representaciones legales de la plataforma Salvem El Cabanyal, del PSPV y de EU, el fallo que dicte dentro de unos días el TSJ es recurrido ante el Tribunal Supremo.

Petición que, en su caso, deberá ser estudiada. El Ayuntamiento pretendía iniciar los derribos con cuatro edificios cercanos a la estación ferroviaria de El Cabanyal, donde ahora acaba la avenida de Blasco Ibáñez. Una vía para la que Barberá pretende recuperar, siquiera simbólicamente, su antigua denominación de Paseo de Valencia al Mar.

La ejecución del plan de prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez a través del antiguo barrio marítimo de Valencia afecta a 6.000 unas viviendas.

En las distintas respuestas parciales que ha ido dando el TSJ a recursos anteriores presentados por vecinos afectados, por la plataforma y por los grupos de la oposición,los jueces incluían consideraciones sobre la situación de desprotección que sufre el barrio y que evidencian una clara contradicción entre su consideración de BIC y la nula actividad en favor del conjunto urbano por parte del Ayuntamiento.

El TSJ tuvo cuidado de aceptar la suspensión cautelar de las obras iniciadas por Barberá porque de ser rechazado el plan los derribos harían irreversible la situación. Las partes contrarias al plan se mostraban aún ayer confiadas en que la postura del TSJ fuera la anulación del plan, y así lo expresaron tanto Faustino Villora, portavoz de la plataforma Salvem El Cabanyal, como Blanca Blanquer, letrada del PSPV.

Sin embargo, la primera sesión de deliberación sobre el grueso del contencioso supone un contratiempo para los recurrentes, aunque queda por saber, una vez se redacte el fallo, si habrá alguna parte de los recursos que sea estimada por el tribunal. También es probable que haya votos particulares.

El criterio del ponente mantenía la línea de actuación que recogen los pronunciamientos del TSJ hasta ahora, en alguno de los cuales cargó contra el Ayuntamiento. Sin embargo, el presidente de la sección primera, José Díaz, defensor del criterio contrario, logró los apoyos suficientes para que una mayoría ajustada ampare el plan de Rita Barberá.

Insertado por: CERCLEOBERT (17/09/2004)
Fuente/Autor: LEVANTE - EMV - EL PAÍS.
 

          


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