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Seguimos con la misma situación de siempre, niños muriendo por las calles de cualquier ciudad del tercer mundo, sin esperanzas, sin futuro, sin nadie que les de la oportunidad de contarnos que sienten dentro de sus pequeños corazones llenos de vida y que contienen la misma sangre que los niños de las poblaciones mas ostentosas del planeta, siento que somos incapaces de enmendar ni lo mas mínimo nuestra conducta humana ¿Quién nos dirige con tanta mala sombra? ¿Cuánto tiempo mas seguiremos midiendo el valor de la vida por los parámetros del puro y duro economicismo? La vida es intratable, no se puede pactar con las vidas humanas como si de un mercado se tratase: a tanto el peso de sentimientos, experiencias, cariño, amor, relaciones, soledad, pensamientos y un millón de cuestiones más. Estamos obsesionados con el hecho de no vivir en sintonía en comunión con este planeta tierra; nos come la avaricia de una manera insultante y no somos capaces de parar un poco esta maquina de consumir ¿Pero cómo podemos comprarle a un niño antes un arma de juguete que un libro que hable de la tortuguita Pérez y el ratón Antón? ¿Tan crueles podemos ser que somos capaces de quitarles hasta la ilusión de poder conectar con lo mas indispensable de nuestros orígenes que es amar lo sencillo y vivo?

Tendremos que retomar los viejos libros de conducta humana libre y esperanzadora, que este planeta no es un huevo que podemos chupar unos cuantos, mientras los demás miran como nos comemos lo poco que les puede servir, para poder seguir sobreviviendo, justicia social, ese es el nombre, no tengamos vergüenza a la hora de decir que la sociedad humana, desde el mas puro antropismo se ha dedicado destrozar este maravilloso planeta que tanto nos ofrece todos los días y que nosotros, toda la humanidad despreciamos con nuestra conducta insolidaria y mezquina.

Toquen las Trompetas de la Libertad, de aquellos seres vivos que mueren bajo el Yugo del "homo sapiens", ábranse las puertas del conocimiento para que ningún niño de este mundo le falte comida y un librito de la Tortuga lenta y el Ratón Antón, resquebrájense todos los cielos universales para poder dar de beber a miles de seres sedientos de justicia y de amor. Rompamos las cadenas que mantienen unidas todas la bombas nucleares y todas las armas, que únicamente sirven para dejarme solo. Es verdad que todos somos necesarios, que la vida nos ofrece la suerte de poder vivirla y que mejor forma que destrozando todo aquello que puede lesionarla... Pongamos el dinero en un baúl enorme y mandémoslo en nuestra mejor nave al espacio sideral por si lo encuentra E.T. y lo utiliza en alguna buena causa interestelar. Seguro que así seremos capaces de entender que la vida no es un móvil, un chalet en la sierra o en el mar... Y que los coches son meras maquinas de matar y que no podemos depender y entregarnos a un asesino con ruedas. Y es verdad que la vida es bella si somos capaces de hacerla bella, pero tenemos que ser capaces de aceptar nuestros errores y falta de tacto con nuestros semejantes y cuando digo semejantes son todos: plantas, animales, bacterias beneficiosas para la salud humana... y también entran en este cajón de vida, el agua, ese elemento que lo es todo. Y también es esencial el suelo que también, de cuando en cuando, tiene que tragarse mucha miseria humana.

Dejemos de sentirnos los Reyes del mambo, dejemos de vernos como los chicos guapos de la película... dejemos de hacer estupideces que cuestan y secuestran la vida entera de millones de seres vivos. No estemos a toda ahora pensando en nuestras ocupaciones con el único objetivo de ganar as dinero a cambio de que nos digan lo magníficos que somos, que guapos somos... Esos aduladores son los mismos que cuando no estemos en la cima del éxito "nos rechazaran 3 veces". Eso creo que le paso a determinado personaje muy famoso en la historia de la humanidad; creo que se llamaba Jesús el Nazareno, pero esa es otra historia que lleva muchos años en nuestra mente y retina.

Ahora la cuestión es: ¿seguiremos estando dentro de mil años con este modelo de vida? Algunos pensamos que no, y si seguimos será de manera diferente comiéndonos unos a los otros sin escrúpulos, sin temor, por que el será parte de nosotros, pero sigo pensando lo mismo

¿Seremos capaces de seguir viendo tranquilamente como se mueren miles de seres humanos de enfermedades, de hambre...

¿Seremos capaces de ver como se puede apedrear a una mujer con toda impunidad sin que nadie alce la voz y diga basta?

Tengo clara una cosa: estamos por cambiar las formas y normas que hemos construido a base de mirar hacia otro lado y dejamos de mirar 12 horas al día la televisión y de tocarle los bemoles al teléfono móvil o estamos abocados al fracaso como especie y como seres inteligentes.

Un abrazo a todos los que queremos vivir de otra manera, con mas sintonía y mejor trato planetario, pero solo pido un favor ¿hay alguien que me cuente un cuento de la tortuga lenta y el Ratón Antón?

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