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Por una regeneración posible
Por Xesús López Fernández

La intervención de Pilar Manjón en el Parlamento ha sido positivamente valorada por los ciudadanos que se sienten víctimas de la política-basura de todos los días, al entender que la Democracia sigue secuestrada. El discurso fue aceptado como una demostración de que la regeneración es posible. Porque el ciudadano, limitado a votar cada vez que lo convocan, sabe que su deber, su obligación moral, va más allá y que su voto no puede ser utilizado como aval para la traición sempiterna de los políticos, aparentemente entregados a otros poderes, dispuestos a servir a los grupos de presión que todo descomponen.

Es necesario luchar por la defensa del Estado de derecho, velar por el cumplimiento de las leyes o por la conversión de la Justicia en un sagrado independiente de todo envilecimiento partidario. Mas, por lo que sabemos, podemos concluir que "cuentos no valen" y que en el Congreso precisarían con relativa frecuencia de lecciones de Democracia en estado puro como la magistral que acaba de darles Pilar Manjón, la madre de un niño asesinado el 11-M que, fiel a su promesa de no consentir las risas por su muerte, ni por la muerte de las otras víctimas, compareció ante la Comisión del Parlamento y habló como presidente de la Asociación de Víctimas del 11-M, mientras que Francisco J. Alcaraz lo hizo como presidente de otro colectivo, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, indignados ambos porque desde la Comisión habían intentado dejar su voz a puerta cerrada, para así preservar su intimidad.

Después de tantos meses de debate infructuoso, de burla parlamentaria, de exhibición de florete, los ciudadanos estábamos cansados de oir el permanente sonsonete descalificatorio....¡hasta que habló Pilar Manjón y contó, en una verdadera explosión, su dolor!. Y fue su brava intervención tan descalificatoria para la clase política que mismo puede marcar un hito en Democracia.

Porque como bien recordó "los políticos hablaron, esencialmente, de si mismos, ausentes ella y los familiares de las víctimas de esa casa, el Parlamento. Y algunos quisieran mantenerlos alejados para seguir usando las víctimas".

Habló de personas de carne y hueso que no son recurso para medallas en un discurso largamente estudiado y debatido. "Meses sin ser escuchados, pero hoy, por unos minutos, la palabra es nuestra, porque ustedes se apropiaron de la Comisión para hacer política de patio de colegio".Proseguiría para afirmar: "Tenemos la obligación de hacer vivas ante ustedes a las víctimas, que para nosotros tienen nombre propio". Y citó a varias de las criaturas asesinadas el 11-M. ¡Pero es que la tropa política incluso intentó vetar los discursos de estos representantes!, " privar de voz a los afectados, adscribirlos a una u otra opción política, pero ésa no es nuestra guerra, algo que quisieran los enemigos de la transparencia democrática. "Las víctimas solo somos víctimas aunque para ustedes todo se torne política y partidismo, pero fuera...aún queda aire fresco". También enrarecido algunas veces, diríamos, dormido el pensamiento y la voluntad ciudadanas, aparcada su alma con la colaboración mediática que el poder maneja para la creación del súbdito zombi y sin ideas.
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La lección de la mujer fue por delegación la de una ciudadanía que mismo considera al Parlamento como una especie de "corral bufo de comedias", o de gran tanatorio en el que el oscurantismo de salón procura mantener inertes los resortes de la Democracia y que muera la transparencia.

"Se nos intentó usar como arma de un juego político entre partidos y no podemos permitir que se use a las víctimas como causa primera de la derrota electoral de unos o de la victoria de otros". Los muertos, vidas segadas, no votaron y, contra el debate de los partidos, a echarse recíprocamente las culpas, la mujer solicitó la intervención de la justicia para yugular así las contínuas alegaciones. Las víctimas quieren saber quién se equivocó antes que mantener la frivolidad con la que se alardea sobre autorías, porque si los autores no están lejos y se sabe de ellos, habrá que aportar pruebas. .

¿Que aconteció entre el 11 y el 14 de marzo? Pilar Manjón fundamenta su pregunta en que no vivió esas fechas, sola con tantos familiares acompañados del dolor por la desaparición de sus seres queridos, a los que intentaban dar entierro. "Pero sobre todo nos interesa saber qué pasó antes de la masacre", advirtió.

La mujer aún tuvo el coraje de decir: "Son ustedes mi Parlamento, porque el 14-M, cuando aún no me habían entregado el cuerpo de mi hijo, fuí a votar". Sí, aunque los votos puedan no valer nada, porque lo que sí vale en Democracia es poder hablar como ella hizo, conseguir disculpas de los políticos --¿avergonzados?-- tantas veces poco responsables u olvidados de sus deberes.

Pero, ¿qué se puede hacer para enmendar, enderezar la Democracia que nos ha tocado vivir o poder intervenir en el Parlamento y en otras instituciones, practicar la acción ciudadana que, aunque la Constitución tenga prevista, parece se trata de un simple adorno?. Ya se sabe, la Constitución, se ha dicho más de una vez, parece de chicle, y no resulta muy convicente sin un desarrollo cabal.

(Alguien apuntó estos días la necesidad de actuaciones del tipo de la que comentamos, por ejemplo, en el Parlamento Vasco, donde los familiares de las víctimas, hablando como lo ha hecho Pilar Manjón, podrían acabar con los soportes y esquemas de ETA.)

Y la acción ciudadana puede acabar con otros horrores de los que son responsables los partidos despreocupados por la defensa de los derechos humanos, escándalos urbanísticos que muchas veces hasta promueven, y medio ambiente, bandera que asumen al tiempo que vilipendian; partidos rehenes muchas veces del poder económico, en cierto sentido son como apéndices del mismo. La citada acción ciudadana tendría un valor cierto como factor de regeneración de una Democracia en descomposición, necesitada de ese aire fresco del que habló Manjón.

xesuslopez@terra.es
xesús lópez fernández

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