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El resultado es extrapolable a la población española, asegura su responsable, el doctor Joaquim Mullol, coordinador de la Unidad de Rinología del hospital Clínic. Las mujeres huelen mejor, explica, "por razones de anatomía y raíz genética. En todo el mundo animal las hembras huelen mejor para cuidar de las crías y como mecanismo de defensa".

Hasta aquí la noticia.

Menos mal. Yo estaba sudando mientras hacían el estudio. Y por si fuera poco el riesgo, el estudio ha sido hecho en Cataluña: una comunidad, una nación, un país, un territorio sospechoso de progresía que no se puede aguantar...

Estaba viendo que si el resultado hubiera sido el contrario, es decir, que si hubiese sido el hombre el que de los sexos dos tuviese más olfato, se hubiera armado la marimorena. Muchas de las Asociaciones de Mujeres de todas clases se hubieran podido lanzar a la calle culpando a la Generalitat, al Ministerio, a todos los ministerios, al gobierno y hasta al presidente del gobierno por haber permitido esos estudios horrendos. Los estudios hubieran sido tildados de gratuitos, por innecesarios, de inoportunos, por estar en fiestas, y de falsos, porque no es posible semejante prevalencia. (Lo digo, porque siempre, por defecto, son gratuitos, inoportunos y falsos los “estudios” que no compartimos o no nos gustan)

Porque hoy día no es posible que el hombre sea más que la mujer, en nada. Si acaso más estúpido, más débil, más calzonazos. Y tampoco estoy seguro de que no quieran acaparar muchas también esos rasgos bajo sospecha. La cosa es ser más en lo que sea... Pero lo que se dice más o mejor olfato, mejor vista, más tacto, más oído o más fuerza, nunca. Si se descubre mañana que el macho tiene mejor paladar, chitón, cállense la boca. Eso sería machismo. Todos somos iguales. Y hay que caminar hacia la identidad. Hay que proscribir el machismo: el machismo, en España, es como el comunismo en los USA en los tiempos de Mc Arthur. Hay que perseguir a los machistas: reminiscencias del pasado...

Estamos en el siglo ¡qué digo, en el milenio! de la mujer. Todo a su favor. El hombre está en regresión absoluta. Se empequeñece, se recoge, se encoge, se comprime, se retira... El modelo, el referente es la mujer. Quién nos dice que pronto no habrá de perder también la erección. Y luego que no se le atrofie el pene en sus esfuerzos estériles por no ser “diferente”. Tiene su explicación. Tantos siglos la mujer en la retaguardia, es demasiado... Antes, aunque reinase, no gobernaba. Ahora aspira, legítimamente, a las dos cosas...

¡Pobre de mí! después de que lean esta cuchufleta sin gracia, tontorrona y además rotundamente equivocada todas esas féminas –perdón, todas esas mujeres- que defienden los atributos de su sexo y reclaman también los del macho -perdón, del hombre... El hombre: ese bipedo in plume, ese ser con plumas, engreído, vacío y que encima ni siquiera es capaz de parir... ¡Al infierno con él!

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