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Cada vez que nos "llega" una noticia con funciones pretendidamente catárticas sobre torturas y atrocidades en Irak y Afganistán; cada vez que el Pentágono o cualquier otro estamento yanqui "reconoce" y “descubre” una barbaridad, más se nos eriza el cabello. Pero no tanto por el relato en sí de la truculencia (que leo muy por encima pues detesto la morbosidad) como por la intencionalidad indudable que subyace a esas noticias tratadas científicamente como "recordatorios". Pues todo lo que se publica sobre abyecciones en esos dos desgraciados países asiáticos —sabiendo como sabemos que nada escapa al control de esta canalla— es algo que forma parte de su plan y se transmite por orden de la “superioridad”. Pero en todo caso, no es más que la punta del iceberg de lo que se ha cometido y se comete...

Sabemos hastá qué punto puede llegar el ser humano disoluto, sin freno, abandonado a su pulsión de muerte y crueldad. Pero además,

a) si el Poder alienta esa pulsión como parte de su estrategia general;
b) si la propia difusión del horror es un ingrediente para infundir más temor al resto del mundo;
c) si los cerebros que manejan el universo neocons, como Moisés Naim, director de la revista Foreign Policy, y sus teóricos atizan la corrupción política, económica y mediática;
d) si los dirigentes imponen a las naciones la inmunidad para sus tropas, que actúan impunemente... aunque de vez en cuando, como atrezzo de la comedia, a algún sargento le den un tirón de orejas en público y por la puerta de atrás una medalla;
e) si las monstruosidades que ahora a dosis nos comunican los medios y agencias cómplices, ya desde el principio de las invasiones se habían enseñoreado de esos dos países;
f) si el mentor principal se apresuró a instalar en el mundo la guerra permanente y dijo que él mismo era el “presidente de la guerra”;
g) si ya antes se habían puesto a la ONU por montera y ahora el “orden” del mundo depende sólo de sus dictámenes e iniciativas;
h) si amenazan de muerte a Chávez y a tantos otros que no les siguen la corriente, occidentales o no;
i) si la aberración, en política y en todo lo demás, es el espíritu y motor de su presencia y potencia en el globo...

Si todo eso es así, y creo que no hay ni un apice de hipérbole en esta apreciación, ni las pinturas de El Bosco ni las descripciones de los infiernos del Dante bastan para imaginar lo que han hecho y están haciendo por allí unos y patrocinando otros en materia de crueldad y horrores, inspirado todo por el cerebro putrefacto neocons...

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