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Pedagogía, razón y Alzheimer

(2366)

UNA TRILOGÍA QUE DA QUE PENSAR...
Ya que toca alguien el tema del Alzheimer en uno de mis últimos artículos, y también a propósito de la posición de Toni Negri respecto a Europa, que comparto, voy a detenerme un poco en el asunto.

Me apena mucho ver que en el modo de entender y practicar la pedagogía actual, se encuentra una de las semillas de muchos desbarajustes e insatisfacciones que a unos más y a otros menos nos causa esta sociedad (aparte la precariedad generalizada: la otra causa). Pero si se acepta que la anomia, es decir, la falta de normas y de referentes, y la ausencia de valores no materiales son signos crepusculares de los pueblos, no cabe duda de que la sociedad occidental en su conjunto ha entrado en franca decadencia. Y la española, que en tantas cuestiones siempre ha caminado siempre a trompicones y a contrapelo precisamente del resto de Europa, se lleva el trofeo de las sociedades en que sus generaciones más activas se dedican a poner un palo entre las ruedas complicando más el equilibrio y la estabilidad, dos valores precisamente siempre difíciles y deseables, creo yo, para todo.

Pero desmitificarlo todo: primero las creencias, luego la religión, luego la Etica, luego la Filosofía, luego las Humanidades... y al final la sabiduría que pueda encerrarse en la experiencia vital, es decir, en la senectud, es el recorrido que sigue en general el estragado instinto de las generaciones punteras de este país (tan dado actualmente a imitar casi lo peor del norteamericano), desde el "Dios ha muerto" hasta hoy. Hoy, tiempos en que algunos pésimos pero ruidosos pedagogos se han suicidado moralmente, han acribillado la Etica que enseñaron y hacen alarde de su hazaña... Y también todo sin ofrecer suplencias. Todo sin normas ni valores de recambio. Lo que se propone es el puro vacío, y la pedagogía no encuentra el modo de encajar fórmula alguna eficaz que pueda orientar a padres, a educadores y a maestros, para ponerse de acuerdo con el educando. Los logros de una buena, aunque imprecisa en su bondad, "educación" suelen ser siempre aventuras individuales de padres, instructores y maestros con suerte, más que por pericia o aptitudes —tan difícil es el asunto. Para colmo, teorías como la preventiva o anticipatoria tarde o temprano enlazan en la psicología común con la de la competitividad feroz como única fuerza propulsora vital y creativa; creativa, claro está, exclusivamente de dinero... Las bellas artes están en regresión, el amor ha pasado a ser asunto de la zoología, la amistad se ha convertido en amiguismo, la prudencia y el recato son debilidad, y el tono sereno, discreto, pausado y respetuoso del antiguo régimen axiológico, valorativo moral, un recurso personal que está llamado a ser fuente de fracaso y depresión. Una prueba de lo que digo es la acusación que hace Chávez a Aznar cuando le ofreció (seguro que como mandado del otro) el oro y el moro... porque "los pueblos pobres y oprimidos estan condenados a desaparecer" (y él y sus compinches se encargan de hacer buena la jactancia contribuyendo a precipitar esa condena). ¿A quién se le puede ocurrir semejante aberración, como tantas que nos llegan de los indignatarios norteamericanos, si no a prototipos de 45 á 50 años, la edad a que pertenece la mayoría de los que forman parte del poder?

Es cierto, lo sabemos bien, que la mayor edad no garantiza, efectivamente, sabiduría. También se babea... Pero si para debatir asuntos ha de invocarse el peligro del Alzheimer que les acecha cuando razonan los mayores como arma arrojadiza para desautorizarles, no hay más remedio que invitar a consultar las pavorosas cifras y tasas que publica la OMS sobre enfermedades nerviosas, principalmente asociadas a la ansiedad y a la depresión hoy día, que alcanzan cada año a edades más tempranas. Algo que, por sí mismo explicaría por qué en lugar de aferrarse a Noes y a enrocarse en Noes acompañados de exigencias programáticas que se saben inutiles sin ofrecer alternativas a cambio, las poblaciones más jóvenes, juveniles y activas en materia política, para enfrentarse decididamente al capitalismo feroz, no van a las barricadas, que sería el espacio saludable y natural de la contienda y se contentan con vociferar en la Red...

Les aseguro que nosotros, es decir, el espíritu de los mayores, los contestatarios, para luchar contra el capitalismo hubiéramos preferido sumarnos a la algarada permanente que al cómodo Internet... De hecho, los que estamos en la brecha a pesar de vivir materialmente acomodados, exponernos a la constante refriega en estos foros no nos da vida: a diferencia de lo que les ocurre a muchos, nos cansa o nos aburre. Por eso agradecemos los filtros que cada Colectivo editorial pone a los inútiles provocadores que no ofrecen nunca recetas positivas...

"Cuando los dioses quieren castigar a un pueblo entregan su gobierno a los jóvenes", reza un proverbio de la antigua Grecia. Y aquí, entre nosotros, no tenemos más que ver la irrelevancia del Senado, la institución política que debiera encargarse de velar y validar, de manera vinculante, lo acordado por los gobernantes y parlamentarios "jóvenes"... y que sin embargo no es más que decorado destinado a fingir que sirve para algo.

Yo tengo la impresión de que los pueblos que no tienen en cuenta para nada a sus mayores, están condenados a derrumbarse moralmente con estrépito.

Pero insisto en mi optimismo personal. Confiemos en que yo esté equivocado o en que aletee sobre mi pobre cabeza el Alzheimer. Aun así, téngase en cuenta lo que digo muchas veces: más que presumir de ser muy inteligentes o de intentar por encima de todo tener razón, los mayores pensantes preferimos mil veces encontrar la razón y la lucidez en los demás, y siempre asociadas ambas a los valores humanistas. Aquí está el punto de inflexión entre una edad y otra, entre dos concepciones del mundo y de su devenir, entre la temeridad, la pretenciosidad y la insolencia sin dar nada propio, sino lo tomado de otro, y la verdadera madurez.

Insertado por: Jaime Richart (21/05/2005)
Fuente/Autor: -Jaime Richart
 

          


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