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La sociedad histérica

(2446)

NO HAY REMEDIO...
Alguien ayer, en mi artículo "La sociedad perfecta", remató con su comentario la dulzura que nos esperaba en esa idílica sociedad que yo describía en él, y que no explicité en espera de que efectivamente ese alguien lo hiciera...

Así, queda constatado que vivimos en una sociedad tan abominable como nunca otra existió. Y no existió, no porque no existiera el mal que siempre hubo, sino porque, a excepción de quien lo sufría directamente, del mal el ser humano apenas tenía conocimiento universal. Estaba protegido del sufrimiento moral, a través de su ignorancia del mal generalizado. Pero hoy día, que al instante tenemos noticia de la maldad, de la mentira, de la manipulación y de la suerte que le espera al planeta sin poder hacer nada para evitarlo, es tal el esfuerzo psicológico que debemos hacer para obviar el informe puntual horrendo que a cada segundo nos martillea el seso, que ¿quién, a menos que se soborne súbitamente la consciencia, se atreverá a hacer poesía, a crear y a recrearse en el arte o a la imposible contemplación de una flor que se marchita antes de brotar?

No busquemos ya la belleza ni la bondad que sólo existen en la soledad inoperante. No ensayemos la amistad ni el amor sin sospechar que están contaminados. No tratemos de ser benefactores sin desconfiar del mal destino que habrá de darse a nuestro bien...

Contra esos que nos amargan la vida y nos impiden hacer poesía y arte, y contemplar ya las maravillas naturales que nos destruyen y arrebatan, nada de ofrecerles la otra mejilla: ser para ellos hienas es el dramático deber de los hombres y mujeres de buena fe en este siglo...

Insertado por: Jaime Richart (29/06/2005)
Fuente/Autor: -Jaime Richart
 

          


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