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Es muy expresiva y está demasiado arraigada para ponerla en cuestión. Pero vale en sentido figurado, como figura retórica; no en sentido estricto. Porque con rigor y salvo en incidentes puntuales, los medios de Internet no contrainforman nada, pues sencillamente no disponen de recursos ni conexión directa con otros centros informativos que no sean los generalistas dominados por los poderes mediáticos.

Salvo la Réseau Voltaire, Red Voltaire, cuyo director Thierry Meyssan cuenta con un equipo de periodistas que se introducen en los entresijos de la política, principalmente la internacional, e incluso en la médula de las mismísimas instituciones norteamericanas, en España al menos no existe en absoluto contrainformación en el sentido de "contraespionaje". No podemos considerar suficiente bagaje, para llamar así a los medios alternativos, la aportación incidental de una noticia, de puntos de vista de los trabajadores en conflicto o porque se hacen cálculos paralelos de los asistentes a una manifestación, por ejemplo.

Los periódicos digitales no pueden básicamente aportar nada de cosecha propia. Todos, a excepción del señalado periódico digital francés, se nutren de las mismas fuentes de información que los periódicos impresos y las cadenas de radio y televisión. No nos engañemos. Lo que aquí llamamos “noticia” no es más que la reproducción de la publicada ese mismo día por los periódicos de aquí y de allá pero todos oficialistas. De manera que si se leen éstos, la lectura aquí está de más, salvo en lo que se refiere al ahorro del coste del periódico. Esos medios cuentan además con sus corresponsales.

En suma, todos beben de las mismas fuentes de información: agencias norteamericanas (la Reuter alemana ya está abducida), agencias nacionales y gabinetes de prensa de partidos políticos, de policías, de ministerios, de hospitales, de ayuntamientos... La "verdad", por defecto, es siempre la comunicada por dichas fuentes. Lo demás, según la convención compartida por todos ellos, es rumor o infundio "sin fundamento". Ni aun aportando pruebas fehacientes –fotografías, por ejemplo, del apaleamiento de un detenido a manos de la policía, o de la entrada de un cura en un prostíbulo se empañará la "verdad" contada urbi et orbe por los medios oficiales.

Así es que todos, ellos y nosotros, nos basamos en las mismas noticias y en las mismas versiones de los hechos. Todos hablamos y opinamos a partir de lo mismo. Todos enjuiciamos la realidad desde los mismos datos, visibles o invisibles, reales o falseados, facilitados por las mismas fuentes.

Por eso es aquí, en la logorrea que no cesa en los medios, donde debemos buscar el punto de apoyo para contraatacar desde los alternativos de Internet.

Con sagacidad, tirando de hemeroteca, asociando y disociando lo tanto dicho y lo tanto comunicado, se pueden extraer multitud de contradicciones, falsedades, verdades a medias y mentiras que les pueden poner a todos ellos -medios y políticos que son quienes detentan el poder visible- en la más despreciable de las evidencias. Como en las artes marciales, aprovechando la fuerza del contrario, las noticias de agencia, los artículos de editorial de los periódicos y los puntos de vista de sus colaboradores y columnistas, tanto en política imperialista como nacional o local y puesto que ofrecen el disparate, la mentira y la sandez sistémicos, podemos poner en evidencia a políticos y medios y hacerles ver su ridículo proceder y su desprecio por el pueblo al que dicen todos cínicamente servir...

El discurso general de medios y partidos muestran constantes grietas. Apelando a la lógica formal, a la lógica popular y al sentido común, al discurso general sobre cualquier materia, con un poco de pericia se le puede diluir como un azucarillo en un vaso de agua.

Aquí, en este apartado, mientras los periódicos digitales no cuenten con recursos propios para organizar equipos de investigación paralela, es donde encuentro la gran ventaja de Internet y las más atractivas posibilidades de la Red.

Por todo ello, hasta que no llegue ese momento, estos medios son "medios de opinión", de opinión contraria, "medios de contraopinión”; sitios donde la misma noticia, al pueblo le merece opiniones diferentes basadas en enfoques distintos a los difundidos por los medios ordinarios; medios éstos, todos al servicio del establishment y del modelo democrático ultracapitalista.

Distingámonos por eso, por mantener posturas y criterios en prácticamente todo diametralmente opuestas a las suyas. Hagámoselo saber. Ellos están pendientes de las corrientes de opinión que circulan por estos medios, incluso para salir al paso de ellas. Tarde o temprano calarán también. En esto, a mi juicio, se basa la esperanza en los impropiamente pero sonoramente llamados “medios de contrainformación”.

* A todos los artículos (de opinión) que este mismo autor ha alojado en Ibérica 2000... (A más de 200 artículos de Jaime Richart...)

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