COLABORADORES

BUSQUEDAS

DIRECTORIO

Que levante la mano quien se crea que la nueva ley del agua fomentará la moderación de su consumo. Personalmente soy de las que creen que ésta es una ley más a añadir al sistema de leyes que favorecen la división social, la marginación y la desigualdad.

Primero nos dijeron que cincuenta metros cuadrados son suficientes para vivir dignamente (quién no quisiera saber cuántos metros de vivienda más que digna habitan toda clase de políticos) – siempre que te los puedas pagar claro. Ahora nos dicen que con 60 litros por persona y día debería ser suficiente para una vida digna.

Nos dicen que si consumimos más de 60 litros por persona y día nos cobrarán más a fin de mes. Me pregunto si aquellos que tienen las arcas llenas se cuestionarán el agua que consumen mientras sus aspersores mantienen verde el césped de sus jardínes, campos de golf, etc.

Me pregunto si esos de arcas llenas serán más conscientes de la necesidad global que existe de agua potable, si se darán alguna vez cuenta de que los grifos no existen en todo el mundo y que – allí donde existen, no siempre llevan agua. Me pregunto si aquel que siempre llega holgado a fin de mes se concienciará a partir de ahora cuando en su factura del agua añadan más por cada litro por encima de los 60 o siquiera si se dará cuenta de la subida.

Aquellos que no tienen problemas para llegar a fin de mes, que no se preguntan qué será de ellos si el euribor sigue subiendo y la hipoteca también, aquellos que no se ahogan en la mierda cada vez que les toca el turno en la caja del super ni se desesperan pensando en el poco dinero que les queda para vivir; aquellos no se van a concienciar ahora, gracias a la nueva ley del agua, que conseguirá únicamente hacer más sedientos a los pobres.

El ciudadano medio, está claro, siempre tiene las de perder, aunque ya esté concienciado y su consumo medio de agua sea menor del que dice esta irrisoria ley.

La conciencia no se paga, por mucho que los políticos se empeñen en hacernoslo creer y pensar que por rascar más en el bolsillo del que ya lo tiene vacío vamos todos a ser más conscientes de la suerte que tenemos y más solidarios con los que no tienen no es más que una utopía y una estratagema para que nadie que no la tiene ya bien arriba levante cabeza.

Personalmente, soy de las que piensan que esta sociedad apesta y que terminaremos haciendo colas kilométricas para llenar garrafas de agua de un solo pozo como antaño se hicieron para llenar los depósitos de gasolina durante las huelgas.

Huelga decir que me avergüenzo, me avergüenzo de los que producen estas leyes, de los que opinan que funcionan cuando se consigue reducir el consumo:
¿y qué esperan si casi no nos queda para pagar la comida del mes después del huracán de la hipoteca? ¿qué otra cosa podríamos hacer? Mientras tanto, los campos de golf no amarillean y los parques de las urbanizaciones de lujo tampoco; la agricultura utiliza la mayor parte del agua que se consume en el país en gran parte por no cambiar sus sistemas de riego a uno más efectivo y el que paga el pato, el estanque y la batida de caza es el ciudadano medio, que en breve y de seguir así dejará de serlo para pasar a ser bajo.

¿Cuándo vamos a dejar de ser borregos? ¿qué nos tienen que hacer para que nos hagamos oir? ¿no somos acaso la fuerza trabajadora que permite que ésto siga girando?

Nosotros somos la clase obrera, dejémos de engañaos. Somos el que madruga para ir a trabajar, la que hace horas extra para poder ir de fin de semana dos veces al año, los que con la nómina y la hipoteca generamos la dudosa riqueza del país. En definitiva, los que engordan las arcas de cuatro innombrables que se aprovechan y viven el cielo en la tierra. Ciudadano medio ¿cuándo vas a despertar?
al_banos@hotmail.com

Valoración

Comentarios