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En la misma guía farmacológica mencionada en el artículo anterior relacionado con los estrógenos en la menopausia, en el apartado de los llamados vasodilatadores cerebrales, vasorreguladores y “reactivadores” cerebrales, dice lo siguiente: pag 65 y siguientes: - Son generalmente recomendados para el tratamiento –y a veces incluso para la prevención- de la enfermedad arterioesclerosa y sus manifestaciones, para cuadros de insuficiencia circulatoria periférica o secuelas del ictus, para el tratamiento de vértigos, cefaleas o fatiga para la demencia senil” Prosigue más abajo:






No existe ningún ensayo clínico verdaderamente controlado que demuestre la eficacia de los llamados “vasodilatadores”, “vasorreguladores” 0 “reactivadores” cerebrales como...Sigue una lista de 34 principios activos.

“No se ha podido demostrar que ninguno de estos productos mejore el curso de la enfermedad
ni tampoco la calidad de vida de estos pacientes”

Los pretendidos ensayos no tienen ninguna validez, ya que han sido hechos durante poco tiempo; estamos en enfermedades crónicas en las que se postula tratamientos de años incluso décadas; no se comparan con grupo placebo, no se ha realizado el método del doble ciego ni tampoco se explican como se han valorado los parámetros medidos.

“En resumen, se trata de unos medicamentos –cada día más- en busca de una indicación.”

Pero ninguno de estos fármacos está exento de efectos secundarios como ejemplos pondremos algunos de los que actualmente están en el mercado: pentoxifilina nombres comerciales Elorgan, Hemovas, Pentoxifilina, Retimax, retorcijones, diarrea, cefaleas y mareo hasta en el 50 % de los casos; otra serie de efectos secundarios menos frecuentes pero mucho más graves, hemorragias, aumento de las transaminasas, colestasis, etc. Dihidroergotoxina; nombres comerciales Ergodilat, Hydergina, muy conocido y muy empleado en la década de los 80 y del que todos los médicos teníamos la impresión de ser completamente inútil; síntomas gastrointestinales, reacciones vasoespásticas, erupciones cutáneas; Nigercolidina, síntomas gastrointestinales, agitación, mareo y somnolencia, Cinaricina, nombres comerciales Stugeron, Cinaricina, puede provocarsomnolencia, mareos, síndrome de Parkinson o sintomatología Parkinsoniana y más rara vez alucinaciones, etc etc.

La lista es interminable. Lo curioso e interesante es que todas estas sustancias con frecuencia dan los síntomas no deseados que se pretenden combatir, así contra más medicación se toma más fácilmente aparecen los síntomas secundarios que se pueden interpretar como síntomas de la enfermedad con lo que la administración del medicamento continúa.

Otra curiosidad es que después de dos leyes del medicamento una bajo el gobierno del PSOE y otra del PP, estos medicamentos inútiles no han sido ni retirados, ni corregidas sus falsas indicaciones, pero se sigue haciendo efectos secundarios, porque se siguen administrando. Sin embargo medicamentos útiles, baratos y con escasos efectos secundarios como bobemcymal (mezcla de enzimas de utilidad digestiva y antiinflamatoria), caveds, con extracto de regaliz e indicado en las gastritis, estos han sido eliminados de las listas.

Cabe destacar que de este grupo de medicamentos hay uno que se salva y es el que está hecho con extracto de Ginco Biloba, (nombre comercial Tanakene, normocir o fitokey ginco) planta conocida de hace milenios con esa capacidad de actuar sobre el envejecimiento neuronal. A pesar de los resultados seguimos diciendo que la administración de esos principios activos es científica, y la administración de Ginco Biloba no lo es.

Estamos ante una nueva ley del medicamento con un planteamiento igual al de los anteriores, reducir el arsenal terapéutico biológico, retirar los medicamentos convenientes en razón de su precio o patentes acabadas y no realizar el más mínimo estudio racional sobre la utilidad de los medicamentos y un estudio comparativo con el tratamiento biológico paralelo. Tal vez porque el último estudio que vi fue uno comparativo entre los antiinflamatorios y el harpagofito y no salieron muy bien parados ya que a igualdad de actividad terapéutica e incluso menor por parte de los antiinflamatorios estos adolecen de un gran número de efectos adversos que en ocasiones ponen en peligro la vida del paciente, mientras que el harpagofito carece de ellas.

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