Municipio de 1500 habitantes a unos 600 metros de altitud, a las mismas puertas del Pirineo aragonés en Ordesa. Es la entrada al Monte Perdido, a la Sierra de Guara y al Valle de Benasque. Una recopilación de vídeos que te empujarán a llenar la mochila para salir de viaje... a esta parte del techo de la Península Ibérica.
Dos partes importantes en el casco urbano. Una la comercial, y otra llena de historia medieval, de calles empedradas, arcos que te hacen pasar la flontera del tiempo. Torres bien conservadas con ámplias esplanadas como la plaza mayor, pulcra, llena de detalles arquitectónicos, con panorámicas espectaculares frente al Pirineo y sobre la confluencia de sus 2 ríos.
Un viaje al pasado -cuando era el Reino del Sobrarbe y Ribagorza-, teniendo los pies en el presente para disfrutar de sus paisajes, de sus deportes desde las profundidades mediante la espeleología y el montañisto hasta las altas cumbres de nieve, casi todo el año.
Esencial la visita a la Iglesia y a su entorno, con la cámara fotográfica bajo el brazo y los prismáticos al pecho. Bellos portalones, rincones a los que se abren curiosas ventanas. Terrazas de geranios y de tardes soleadas, calentitas al sol de primavera.
Inviernos crudos, para disfrutar las curiosidades que forman las aguas con el hielo, con sus deportes de la nieve y también del esquí de fondo. Veranos frescos para poder disfrutar de impresionantes rutas, enormes barrancos y labrados desfiladeros de aguas bravas, herederos de una época climática más salvaje que curtía hombres robustos que defendieron su cultura, sus tierras y sus familias. Hoy podemos disfrutar de una lucha, a la que ha llegado la paz. Montes de rebaños de ovejas, de quesos, de sana carne de vacunos con embutidos de todos los sabores.
A vuelo de buitres, sobre Ainsa, recorriendo el Sobrarbe.
Pasajes por los ríos Cinca y Ara, curioseos por sus plazas, fiestas medievales entre sus gentes que envuelven al visitante... para invitarle a degustar los sabores de antaño.
Callejuelas estrechas entre las murallas de Sancho El Mayor de Navarra, donde se respiran los olores de nuestros abuelos en los viejos pueblos de Aragón, de una vieja cultura pirenaica que quiere continuar viviendo para disfrutar conservando las tradiciones de su propia identidad.
Desde Ainsa podemos acercarnos a visitar pueblos tristes que desean resucitar del letargo de las njustas políticas hidráulicas que se ensañaron en ellos hace tan solo 100 años, como Jánovas. Pueblos que merecen pasearse a pie como Boltaña, Alquezar... Pueblos reconstruidos con manos modernas de ilusión como Morillo de Tou, Liguerre de Cinca, etc.
Y Griébal, cedido al Movimiento Scout de Aragón... En 1960 el embalse de Mediano inundó las tierras de Griébal, un pequeño municipio de Huesca situado en el Pirineo Aragonés, y durante tres décadas el pueblo, con vestigios de origen medieval, permaneció abandonado. Hasta que en 1990 la Confederación Hidrográfica del Ebro concedió a Scouts de Aragón este lugar.
Ordesa y Monte Perdido.
Un recorrido por Bielsa, Valle de Pineta donde nace el Cinca, Monte Perdido, circo de Gavarnie con su cascada, Cilindro de Marbore, Brecha de Rolan, gruta de Casteret, cascada del Sorrosal en Broto que alimenta el río Ara, municipio de Torla, Valle de Añisclo para finalizar en la cumbre del Vignemale...
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