Ríos subterráneos en la Serranía de Cuenca. |
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CONOCIENDO CUENCA. ESPAÑA. EUROPA. |
Sobre las diversas ciudades encantadas que aparecen en esta Serranía. |
A las diversas Ciudades Encantadas que aparecen en la provincia de Cuenca, les unimos la gran riqueza espeleológica que esconden sus labradas grietas entre la caliza.
Imágenes de Ibérica 2000.
La presencia de importantes manantiales, en algunos casos, auténticos ríos nacen en el seno de las hoces o en la periferia de la Serranía, así como la presencia de simas y cavidades que en algunos casos comunican con esos ríos subterráneos, que llenan por completo el cuadro de estas zonas con enorme interés espeleológico.
***Imágenes aéreas entre la población de Cañada del Hoyo y Carboneras de Guadazaón. En la Sierra de Los Palancares. Choperas que aprovechan las surgencias de la Serranía. Y las grandes depresiones del río Guadazaón. Ruta realizada siguiendo la vía férrea desde Cuenca a Utiel.
Auténticos ríos como el Guadazaón, surgen de las entrañas de este pedazo del macizo de la Serranía de Cuenca, la Sierra de los Palancares.
Las aguas infiltradas en las rocas calcáreas de estas amplias plataformas han circulado y circulan subterráneamente por las múltiples fisuras de estas rocas a las que poco a poco han ido disolviendo. Hasta crear en ocasiones redes de galerías; unas con dominante vertical (pozos) que a veces entran en contacto con la superficie (simas); otras son preferentemente horizontales. Muchas de ellas no son activas, sino una herencia morfológica de tiempos pretéritos, por lo que en la actualidad no tienen corrientes hídricas salvo en momentos o casos excepcionales.
La profundización de las hoces también ha sido y es todavía un problema ampliamente discutido; un hecho innegable es la adaptación del trazado en amplios tramos de estos ríos, a las estructuras de plegamiento o a las importantes fracturas que los surcan.
En el fondo de las mismas, o en sus vertientes se ven oquedades que dan acceso a cavidades subterráneas y que el encajamiento del río ha dejado al descubierto; en otros casos, se podría tratar de las zonas de descarga de redes subterráneas al río, bien a favor de la presencia de rocas más impermeables, o bien por ser redes que, ante la profundización de las hoces, se han quedado colgadas, como la cueva de la Solana en el valle de Valdecabras, cuya longitud de galerías supera los 4 kilómetros.
Las principales resurgencias de dichas aguas subterráneas manan cercanas al lecho de los ríos como sucede con la del río Huécar en el pueblo de Palomera, o la de Fuencaliente en el río Júcar (embalse de la Toba). Otras muchas se quedan colgadas, y alcanzan al río principal mediante cascadas; así sucede con las fuentes que originan el río Valdecabras, y sucedía hasta hace muy poco tiempo en la laguna de Uña o con los manantiales de la cueva del Fraile en el hoz del Huecar.
Finalmente, se debe señalar la presencia de barrancos o torrenteras de cauce seco que, en los taludes y escarpes de las hoces, se quedan colgados; las aguas que en su día circularon por estos barrancos han acabado por infiltrarse en las rocas calcáreas y hoy circulan subterráneamente, por lo que no es extraño ver cómo en el lecho de estos aparecen a veces dolinas o simas.
Bibliografía de: Francisco Alonso Otero de “Serranía de Cuenca”.
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por: cipi-cpn (13/09/2002) |
Fuente/Autor:
Bibliografía de Francisco Alonso Otero. |
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