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El cultivo del apio

(4413)

UNA AGRICULTURA DE ANDAR POR CASA... (CONSEJOS Y DETALLES)
Su uso durante siglos se limitó a ser una más de las llamadas hierbas aromáticas, y no fue hasta la Edad Media que consiguió incorporarse en la lista de verduras y hortalizas.

Esta hortaliza que en la antigüedad se usaba como planta ornamental, en especial en ritos funerarios; los egipcios ya lo cultivaban mientras que los griegos la consideraban, al mismo tiempo, una hierba que traía suerte, además de considerarlo como afrodisíaco por las alabanzas que de él hacía Homero. Asimismo solían adornar sus tumbas con guirnaldas de apio como símbolo de duelo y tristeza, en la Odisea de Homero es citado como "selinon", del que han tomado el nombre los franceses y los de habla anglosajona como "Selery, Sellerie o Celeri".


Hay quien afirma que el apio es la antigua "mirra", aunque no es así, pues la mirra es la resina de un arbusto que pertenece a la familia de las burceáceas y que crece en el cercano Oriente y noreste de África. Quizás se pensaba así por el hecho de que los griegos solían perfumar sus templos y palacios quemando ramas secas de apio, incluso se llevaba como amuleto.

También es conocido como panul, apio acuático, apio palustre o apio bravío. Se le puede encontrar en forma silvestre en las costas y tierras salitrosas del sur de Europa.

El apio es una planta procedente del Mediterráneo, existiendo otros centros secundarios como el Caúcaso y la zona del Himalaya.
Se conocía en el antiguo Egipto. Su uso como hortaliza se desarrolló en la Edad Media y actualmente es consumido tanto en Europa como en América del Norte.


El apio pertenece a la familia de Umbeliferae; se distinguen dos variedades botánicas: Apium graveolens var. dulce y Apium graveolens var. rapaceum; este último es el apio-nabo. Tiene raíz pivotante, potente y profunda, con raíces secundarias superficiales. Del cuello de la raíz brotan tallos herbáceos que alcanzan de 30 a 80 cm de altura.


Las hojas son grandes que brotan en forma de corona; el pecíolo es una penca muy gruesa y carnosa que se prolonga en gran parte del limbo. En el segundo año emite el tallo floral, con flores blancas o moradas; el fruto es un aquenio.


* Diversas imágenes para entender el fruto y la semilla... (Enlace...)

La semilla tiene una facultad germinativa media de 5 años;
en un gramo de semilla entran aproximadamente 2.500 unidades.


Necesidades de temperatura:
Es un cultivo de clima templado, que al aire libre no soporta los fríos del invierno en las zonas del interior: cuando la planta está en el periodo de desarrollo, si ocurre una disminución fuerte de temperatura durante algunos días, puede dar lugar a que la planta florezca antes de tiempo; este problema se ve disminuido cuando el suelo está acolchado con lámina de plástico.
Necesita luminosidad para su crecimiento.

Las temperaturas depende de la fase de cultivo:
• Fase de semillero: siembra entre 17 y 20ºC. Se debe garantizar una temperatura mínima de 13-15ºC para evitar la inducción floral prematura.
• Fase de campo: durante el primer tercio del cultivo la temperatura ideal está en torno a 16-20ºC. Posteriormente se acomoda a temperaturas inferiores a éstas, pero superiores siempre a 8-10ºC. Temperaturas mínimas frecuentes próximas a 5ºC producen pecíolos quebradizos.
El apio no es demasiado exigente en suelos, siempre que no sean excesivamente húmedos. Requiere un suelo profundo, ya que el sistema radicular alcanza gran longitud vertical. El pH debe estar rondando la neutralidad. Es exigente en boro, por lo que este elemento no debe faltar en el suelo.
Soporta mal la salinidad, tanto del suelo como del agua de riego.
Este cultivo es exigente en humedad del suelo, pero sin que llegue a ser exagerada; los riegos deben permitir que el suelo esté en un estado perfecto de humedad de tempero. Si el suelo sufre sequedad da lugar a un embastecimiento de los tejidos y, por tanto, a una pérdida de calidad.


* Foto extraída de... (Enlace...)
Según Thompson y Kelly, la floración en el apio se motiva principalmente por la acción
de temperaturas vernalizantes durante un cierto tiempo (normalmente temperaturas por debajo de 7ºC a 10ºC,
actuando por un período comprendido entre 14 y 28 días), cuando la planta ya tiene un cierto tamaño,
momento en que es capaz de recibir el estímulo vernalizador.



Desde que se planta hasta que se recolecta tiene una duración aproximadamente de unos 4 meses.
Recolección: De julio a diciembre.



Las variedades de apio.
Hay que diferenciarlas en dos grandes grupos: variedades verdes, que necesitan la práctica de blanqueo si se quieren obtener pencas blancas, y variedades amarillas que no necesitan de esa práctica.
Dentro de estas dos modalidades hay que distinguir las características siguientes: resistencia a la “subida” a flor, grueso de las pencas, altura de las pencas, peso medio de la planta, número medio de pencas por planta.

• Variedades verdes: son variedades rústicas, de fuerte crecimiento vegetativo y más fáciles de cultivar. Entre las más utilizadas destacan: De Elne (raza Isel), Pascal, Repager R. (raza Istar), Florida 683 y Utah-52-70 R.
• Variedades amarillas: su cultivo resulta más dificultosa. Son más apreciadas en los grandes mercados. Estas variedades se blanquean por sí solas: Celebrity, Golden Spartan, Light, Dore Chemin y Golden Boy son las más comunes.


Existen unas 6 variedades de apio hortelano, amén del silvestre, completamente verde,
del cual descienden todos los apios cultivados, desde el apio Pascual, el apio blanco lleno, el apio dorado,
o el de Tours, hasta el apio blanco americano de tallos y hojas blancas.


Detalles para la siembra.
Existen dos épocas de siembra en función de los dos ciclos productivos (invierno y primavera). Las siembras para la campaña de invierno se realizan desde primeros de julio a finales de agosto, efectuando los trasplantes desde últimos de agosto hasta final de octubre.
El trasplante en primavera obliga a una siembra en semillero durante las primeras semanas de noviembre, teniendo lugar los trasplantes durante los meses de enero y febrero.

Cuando la plántula alcanza los 15 cm de altura y a desarrollado 3 ó 4 hojas verdaderas, con una longitud de pecíolo de unos 10 cm y de limbo de hoja de 4 a 5 cm, está lista para el trasplante, siempre que tenga una adecuado crecimiento radical. Si la plántula alcanza un desarrollo excesivo de la pare aérea en las primeras fases de semillero, hay que practicar una poda a unos 10 ó 12 cm de altura, para evitar descompensaciones en la planta entre la parte aérea y subterránea.


Las ensaladas completas no pueden ir sin el crujiente apio.
En solitario puede ir acompañado de queso, de paté, de jamón, de mayonesas, de frutos secos, de frutas, etc.
Un abanico de posibilidades se abren para poder utilizarlo en variados platos; calientes o fríos.



Preparación del terreno.
Es necesario realizar una labor de desfonde profunda, y a continuación dos pases de rotovator, seguida de una labor de acaballonadora, la cual deja el terreno con surcos de 50 cm de anchura y caballones de igual medida. Si la parcela ha tenido cultivos con recolección mecanizada se recomienda realizar un pase de subsolador y romper la posible suela que se puede localizar más profundamente.


Antipasto a la griega.


* Imagen extraída en... (Enlace...)
Receta: 1 manojo de apio blanco, 4 calabacines, 1 cebolla, 2 cucharadas de pasas, 2 limones, 1 cucharada de concentrado de tomate, 1 vaso de vino blanco, 6 hojas de albahaca, consumé, aceite de oliva, sal, pimienta.
Separar el tallo de las hojas de apio, lavar y quitar lo filamentos de los tallos. Saltear en tres cucharadas de aceite de oliva. Mientras tanto pele los calabacines, córtelos en rodajas. Cortar la cebolla muy fina. Añadir la cebolla y los calabacines al apio. Diluir el concentrado de tomate en un vaso de agua. Añadir el vino y el tomate a la verdura. Agregar las pasas y poner el zumo de los limones sobre la verdura. Cocinar durante 30 minutos. Sazonar. Servir con unas hojas de albahaca por encima.


Detalles importantes durante la primera etapa de crecimiento.
Cuando se inicia el crecimiento vegetativo no conviene que el “corazón” de la planta se recubra con tierra, ya que se puede producir una parada vegetativa del crecimiento. Por esta razón, cuando se den al cultivo las labores de bina que sean necesarias, se evitará que caiga tierra en el centro de la planta; también en este estado de crecimiento no se harán labores de recalzar las plantas. En cambio, cuando el cultivo esté en pleno desarrollo, es conveniente aporcar las plantas; con esta operación se aumenta la longitud de las pencas.


El apio no admite competencia con las malas hierbas al principio de la vegetación,
ya que su crecimiento es lento; es necesario mantener limpio el suelo con labores de escarda.



Exigencias en el riego.
Cuando está en las primeras fases de su desarrollo, el riego debe ser abundante y regular, ya que la plántula debe tener un crecimiento continuo. En todo su ciclo, este cultivo sufre estrés si hay escasez de agua en el suelo. Se puede regar tanto por gravedad como por riego localizado como por aspersión (el riego por aspersión resulta interesante en este cultivo).

Es un cultivo exigente en agua de buena calidad. Si la conductividad eléctrica del agua de riego es elevada se frena el desarrollo vegetativo, provoca aperturas de la planta y favorece los problemas de "corazón negro", debido a una deficiente asimilación de calcio. En este ciclo es necesario el uso de cubiertas flotantes para evitar la inducción floral, acortándose el ciclo en unos 10-15 días si se emplea además acolchado negro debajo de la cubierta.


A continuación se expone la sintomatología de carencias de macroelementos en el apio, para que las podamos identificar:
Nitrógeno: los primeros síntomas son una reducción del crecimiento vegetativo, amarilleos y decaimientos de las hojas. Si la deficiencia es muy acusada el crecimientos se paraliza, tiene lugar un amarillamiento en toda la planta y se pueden observar manchas cloróticas internerviales en los limbos que evolucionan a moteado necrótico.
Fósforo: al principio provoca una disminución del vigor de la planta, las hojas jóvenes se debilitan y las muy desarrolladas tienen un crecimiento muy erguido. Si la deficiencia es muy acusada los limbos foliares se reducen, apareciendo necrosados el borde de algunos foliolos.
Potasio: se manifiesta inicialmente por una reducción del crecimiento vegetativo y la aparición de amarillamiento ocre en las hojas más adultas, especialmente en la periferia de los foliolos. También pueden aparecer en los foliolos puntos de color marrón rojizo.
Calcio: los síntomas iniciales son: reducción del crecimiento, clorosis en la periferia de foliolos y nervios, color marrón de las hojas del centro de la planta y zonas necróticas en el pecíolo. Cuando la carencia es severa las hojas centrales evolucionan a necrosis "corazón negro " o black heart.
Magnesio: se manifiesta inicialmente con la aparición de clorosis internervial que va desde el centro del foliolo hacia los bordes. Si la deficiencia es acusada la mayoría de los foliolos se tornan amarillos con el nervio central de color verde claro y desecación de los bordes del foliolo.


Plagas y enfermedades que sufre el apio.
* Mosca de la zanahoria (Psylla rosae (Fab))
El adulto mide 4,5 mm y presenta cabeza parda y abdomen alargado y negro. La larva es de color blanco amarillento brillante, de 7-8 mm. de longitud y ápoda. Inverna en el suelo en estado pupario, haciendo su aparición en primavera.

Biología: ovopositan en el suelo u otros cultivos (zanahoria, etc.). A los diez-doce días, salen las larvas que penetran en el interior de la raíz del apio, excavando una galería descendente que llega hasta casi el final de la raíz. Transcurrido un mes, se transforman en ninfas. Los adultos hacen su aparición a mediados o finales de julio para después convertirse en ninfas.
Daños: las larvas penetran en la raíz, donde practican galerías sinuosas, sobre todo en la parte exterior, que posteriormente serán origen de pudriciones, si las condiciones son favorables se produce una pérdida del valor comercial.
Control químico: desinfección del suelo y/o desinfección de semillas.

* Mosca del apio (Phylophylla heraclei L.)
Esta segunda especie se diferencia de la anterior en que la hembra pone sus huevos en las hojas de los apios y también en otras umbelíferas.

Biología: las larvas excavan galerías en el interior de las hojas, entre la epidermis, con lo que pueden secarse los tejidos. Tienen dos generaciones: en primavera y a finales de verano.
Daños: en primavera los daños pueden ser más graves en las plantaciones jóvenes. En otoño, los apios ya están suficientemente desarrollados para que las larvas diseminadas ocasionen estragos.
Control químico: solo está justificado ante el ataque importante en las plantas jóvenes. Entonces al aparecer los daños, se puede intervenir efectuando una pulverización con lo que destruirán las larvas que se encuentran bajo la epidermis de las hojas. las materias activas recomendadas son: Dimetoato, Diazinón, Fentión , Flucitrinato, etc. (Valorar si es permitido en los métodos de la agricultura biológica)

* Pulgones (Aphis spp., Myzus persicae)
Además del daño directo que ocasionan, los pulgones son vectores de enfermedades viróticas, por tanto son doblemente peligrosos.

Daños: los pulgones se alimentan picando la epidermis, por lo que producen fuertes abarquillamientos en las hojas que toman un color amarillento.
Control biológico: existen numerosos depredadores de pulgones como Coccinella septempunctata, Chrysopa y algunos parásitos himenópteros que desarrollan sus larvas en el interior del pulgón.
Control químico: se emplearán aficidas de contacto en el caso de que los pulgones no estén protegidos en el interior de las hojas abarquilladas,


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Insertado por: Redac.Ibérica2000 (29/06/2010)
Fuente/Autor: Recopilaciones para Ibérica 2000.
 

          


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