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En unos tiempos en que la espera para encontrar un empleo y el esfuerzo son baldíos a lo largo de buena parte de la vida, en tiempos en que, según los organismos internacionales 1 de cada 3 jóvenes europeos no encontrará jamás empleo, lo que por lo visto quieren los entusiastas neoliberales (siempre bien blindada su vida) es que los ciudadanos tensen el esfuerzo hasta acabar pegándose un tiro tras agotar todas las posibilidades de encontrarlo y hasta de sobrevivir.

Los subsidios les suena a estos ingeniosos a comunismo. Y el comunismo, para ellos, es la peste bubónica. Esta gente que abandera la causa del esfuerzo incesante ajeno aunque sea todo inútil (pues el suyo fue fructífero gracias a distintas condiciones, algunas o muchas de ellas ajenas al esfuerzo) vive en otro mundo, y vive de consignas maliciosas que chocan frontalmente con la rabiosa realidad. Hablan estos charlatanes como si estuviésemos en tiempos de pleno empleo, en tiempos de abundancia, en tiempos donde los valores tradicionales de la burguesía que llamaba al orden de "esfuerzo" e iniciativa personal eran el motor de la teoría económica del libre mercado.

Tiempos en que eso se le podía oír a ellos, a gentes que lo tienen todo, a saber si con absoluta honradez, con cierta indiferencia. Pero hoy, en que conseguir un empleo digno (no se diga ya un quehacer gratificante) es como buscar pepitas de oro en un río que no existe; hoy, que por mucho esfuerzo e ingenio que me adornen, por muy novedosa y brillante que sea la idea para poner en marcha una empresa, necesito bienes por un valor cinco veces más que el importe del empréstito que todos los bancos me van a negar... son palabras que mueven a indignación y dan ganas de lanzarse a la calle con la hoz y la guadaña en ristre. Actitudes y palabras extemporáneas como éstas han activado revoluciones...

Otra cosa es que el poder actual se las pueda permitir porque cuenta, primero con las suficientes policías y recursos, y segundo con la voluntad inequívoca de descargarlo. En todo caso, hablarle hoy día a la ciudadanía de "esfuerzo" para sacar al conjunto del país de este marasmo económico y laboral, en lugar de dirigir las invectivas a los depredadores, los tiburones y los estafadores, todos ellos culpables de la situación en que nos encontramos, es una provocación propia de un necio o de una mala persona rehén de una ideología, la neoliberal, que, por nefasta, está llevando poco a poco al abismo a toda la humanidad.

Jaime Richart

* A todos los artículos alojados por este mismo autor, en Ibérica 2000... (A numerosos artículos de opinión...)

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