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-No ha pasado mucho tiempo con el nuevo gobierno para darnos cuenta de sus mentiras. Incluso quienes le votaron se habrán llevado una gran decepción al comprobar que casi nada de lo prometido se cumple. Todos tienen la desfachatez de presentarse ante los ciudadanos como los salvadores de la crisis, pero en realidad sólo son salvadores de sus bolsillos.

Ahora todos podremos comprobar cómo nos suben el IVA y el RPF y eso sí, afirmando con todo el descaro del mundo que nos subirán las pensiones. Y que la culpa de todos los males es de los socialistas –por supuesto, tan inútiles como los del PP a la hora de gobernar-, pues no les han dicho la verdad sobre el déficit. ¿Seguro que no lo sabían?

Mientras, el país se hunde en la miseria y los recortes van en aumento por todas partes con el único fin de sentar las bases para acabar con la crisis económica. En nuestra opinión, se trata más de una crisis de espíritu de nuestros dirigentes, que no se resignan a vivir como simples obreros, que de una crisis económica. Mucho tendría que cambiar en su conciencia para que la crisis se acabara.

Si los economistas que tenemos –educados en la idea de acumular capital para crear bienestar-, nos están dando esta solución, aliados con un gobierno neoliberal para llevarla a la práctica, podemos asegurar desde nuestro punto de vista que este país, por no decir la totalidad de la U.E., se encaminan hacia el abismo, hacia la conversión de los trabajadores libres en esclavos de los empresarios ricos. Con la reforma laboral que pretenden hacer está claro que ya casi no será necesario el Estatuto de los Trabajadores. Muchos de sus artículos ya no serán de aplicación. Las normas se dictarán desde las altas esferas para someter a los trabajadores a acatar las órdenes de los empresarios, no importa lo discriminatorias y arbitrarias que éstas sean.

En cuanto a la sanidad, acabará toda en manos privadas –lo cual nada tiene de extraño en un país capitalista, que echa pestes contra la iniciativa pública, acusando a los funcionarios poco menos que de vagos-, y entonces quines no puedan costearla se morirán por falta de ayudas. De todos modos, y dentro de la desgracia de nuestra sanidad, sea bienvenida una única sanidad, pero que realmente funcione.

En este estado de cosas, la gente ya no cree en nada y entonces se recurre al fatalismo del “sálvese quien pueda”. Con un gobierno que se ha rendido a las exigencias de los países que tienen la hegemonía de los mercados y que utiliza todo tipo de mentiras para justificar sus actos, a pesar de ver cómo irremisiblemente se hunde el país, no sería raro que se produjera una revuelta social de gran envergadura. ¿Cuándo se van a dar cuenta que la solución está en la redistribución de la riqueza? Que no podemos seguir así, que no se puede admitir bajo ningún concepto que el número de ricos siga aumentando, mientras en los últimos años el número de desahuciados alcanza ya los 130.000. Por favor, cuenten la verdad a los ciudadanos y busquen soluciones reales a la crisis; empiecen por expropiar a casi la mitad de España.

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