Un Rey en el paraíso |
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LAS NEFASTAS ACTUACIONES DEL HOMBRE SOBRE LOS ANIMALES INDEFENSOS |
-Los reyes siempre han sido grandes aficionados a la caza, sin importarles lo más mínimo si las especies que cazan están o no en peligro de extinción, como es el caso del elefante. |
- Botswana, situada al sur del continente africano, es uno de los destinos más frecuentes para los amantes de la caza mayor, y nuestro Rey Don Juan Carlos es uno de ellos. Pero el día 14 de abril, conmemoración de la subida al poder de la II República Española, nuestro Rey –quien, por cierto y por suerte- no lo es de todos los españoles amantes de verdad de la democracia y de la conservación de la naturaleza, tuvo la desdicha de romperse la cadera precisamente en este paraíso. Por tanto, no pudo seguir matando –para nosotros “asesinando”- animales en peligro de extinción.
Nos resulta incomprensible que Don Juan Carlos no fuera consciente, con su actuación, de la situación actual del elefante africano y no tuviera el menor reparo en realizar una cacería o safari, probablemente en la zona del Okavango.
Por encima de todas las consideraciones que se nos pudieran aportar para justificar la caza de un animal –y más si está en peligro de extinción, como es el caso del elefante-, como puede ser el control por un aumento desmesurado en los parques nacionales, para nosotros resultará siempre una inmoralidad matar por capricho o para enriquecer a los grandes traficantes del comercio del marfil. No se puede seguir practicando una actividad que pone en peligro la existencia de una especie única.
Como resultado de tanta codicia de los cazadores furtivos y no furtivos y de los caprichos de nuestros políticos, hemos puesto al elefante en la siguiente situación: a finales del siglo diecinueve había en África más de 1,3 millones de individuos. En la actualidad no superan los 470.000. En el último año la mortalidad de estos paquidermos ha aumentado un 8 por ciento, a pesar de estar prohibido el comercio del marfil desde 1.989. Según Samuel Wasser, de la Universidad de Washington, si sigue esta tendencia, los elefantes sólo existirán en áreas cercadas y bajo protección humana, donde se puedan preservar de los cazadores furtivos. Por tanto, en opinión de los expertos de dicha universidad, los elefantes podrían desaparecer como animales en libertad hacia el año 2.020.
La opinión pública debería presionar por todos los medios a su alcance para que se ponga coto a semejantes actuaciones, incluso cuando provengan del Rey de todos los españoles.
Insertado
por: ORGANIZACION ALTRUISTA PARA LA DEFENSA DE LA NATURALEZA (FAUNA Y (19/04/2012) |
Fuente/Autor:
-Sergio Reinaldo-OALDEFNA |
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