El toro de la vega, otra tradición salvaje |
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LA ESPAÑA SALVAJE MUESTRA SU CARA |
-Cualquier país que de verdad se considere civilizado debería acabar con semejantes tradiciones, que sólo sirven para mostrar lo peor que hay dentro de nosotros: el placer por el sufrimiento de los animales. |
-Se llamaba “Vulcano”. Los habitantes de Tordesillas (Valladolid), entre los que se encontraban centenares de turistas del país y extranjeros, le habían preparado como cada año en este segundo martes del mes de septiembre, una terrible sorpresa poco tiempo después de ser liberado en el campo. Mucha gente estaba ya congregada para disfrutar a tope. Los lanceros alardeaban de su puntería y destreza en la persecución del toro, sus caballos espumaban por el esfuerzo, sin saber bien lo que sus dueños les exigían. El polvo y el griterío invadía la vega; la gente corría de un lado a otro para obtener una mejor visión, y las fuerzas de seguridad no daban abasto para contener la ira de los defensores de los animales y los ecologistas. En medio de toda esta algarabía salvaje, pronto aparecen los primeros heridos, uno de ellos en estado grave, al ser corneado por el toro. Éste, acorralado e herido por los lanceros, se vuelve cada vez más furioso, un cuerpo de unos 500 kilos de peso. Su mirada es terrible, con los ojos inyectados en sangre. ¡Si pudiera llevarse por delante a toda aquella gente, que reía y gritaba enloquecida, deseosa de ver correr la sangre...! Pero eso no ocurriría, por desgracia para “Vulcano”, pues uno de los lanceros, muy orgulloso de sus actos, logró una profunda estocada en el pobre animal, que le hace caer al suelo fulminado, con lo cual se acabó la “fiesta”. Pues bien, Tordesillas, en nuestra opinión pasa por ser el pueblo más salvaje del país. Pero el pueblo no nace, se hace. Esta tradición salvaje se tendría que haber abolido hace mucho tiempo, sino fuera por el apoyo de una legislación retrógrada que la ha permitido siempre. Todo el mundo sabe que los señores ministros de educación y medio ambiente de turno tienen una doble moral: por un lado dicen que se han de proteger las tradiciones populares –por muy salvajes que éstas sean- y, por el otro, abogan por una protección de los derechos de los animales. Por poner un claro ejemplo: no se puede permitir la caza y al mismo tiempo proteger los animales. Esto lo entiende un tonto.
Sin embargo, consideramos que el problema no es tan fácil de resolver, si falta, como se ve claramente, una auténtica falta de voluntad por parte de nuestras autoridades. En otros ámbitos y caiga quien caiga, se están tomando decisiones políticas que están afectando a casi todo el mundo, a pesar de las protestas. ¿Por qué no ocurre lo mismo con el toro de la vega? Cierto, también en este caso hay gente a favor y en contra, a pesar de ser una cuestión de sentido común y un poco de sensibilidad. Una parte de la población es bastante inculta, quizá incapaz de comprender que los animales también sufren. Pero cuando quienes deben tomar parte en resolver el problema resultan tanto o más incultos, nada se puede hacer.
¿Cómo nos están viendo aquellos países que tuvieron en el pasado idénticos o parecidos problemas de tradiciones salvajes? Francamente, creemos que estarán horrorizados y se plantearán concedernos ciertos privilegios en el terreno cultural y de medio ambiente. No nos los merecemos. Creemos que para avanzar en una sociedad libre de verdad y pacífica tenemos que erradicar de nuestra mente desde el colegio todo tipo de tradición salvaje. Y tratar de justificar, como hacen nuestras autoridades, lo injustificable, sólo lleva a perpetuar algo tan abominable como la diversión a costa del sufrimiento de los animales.
Insertado
por: ORGANIZACION ALTRUISTA PARA LA DEFENSA DE LA NATURALEZA (FAUNA Y (19/09/2013) |
Fuente/Autor:
-Sergio Reinaldo |
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