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Desde la época de la revolución industrial y a medida que hemos ido creando riqueza, han surgido en nuestra sociedad –especialmente en la clase política- tal cantidad de “vampiros” dispuestos a aprovecharse de la riqueza creada por una legión de trabajadores humildes, que si la justicia no pone coto a semejantes desmanes, llegará el día en que la única ley que prevalecerá será la ley de la jungla.

Hace unos días nos enteramos de uno de los escándalos más sangrantes: el caso de la familia Pujol, aunque, como todo el mundo sabe, no es el único en este país. Sin embargo, este último caso tiene unas connotaciones particularísimas, pues presuntamente todos los miembros de la familia –con el expresidente de la Generalitat a la cabeza-, están implicados en un fraude millonario a la hacienda pública, blanqueo de dinero, cobro de comisiones ilegales y un sinfín de ilegalidades más perpetradas durante más de 35 años.

Semejante escándalo pone de manifiesto cuán profundamente engañados han vivido durante todo este tiempo los ciudadanos de Catalunya, incluso respetando y admirando a su “honorable” presidente de la Generalitat, el cual, como dijo Cayo Lara, ha pasado de ser “honorable” a ser “lamentable”. El golpe ha sido tan fuerte, que muchos catalanes aún tardarán mucho tiempo en asimilarlo, pues para ellos Jordi Pujol fue poco menos que un “Dios”

Aunque el propio Pujol ha reconocido públicamente haber defraudado a hacienda durante todo ese tiempo, ahora es el momento de hacer justicia, si es que los poderes de la casta política no presionan demasiado a los jueces. Se tarda demasiado tiempo en ver a los corruptos entre rejas. Quienes se creen dioses buscan todos los recursos posibles para al fin parecer decentes ante los ojos de la sociedad y cuando pase la tormenta la gente se olvide de todo. En realidad tienen al gobierno entre la espada y la pared.

Los políticos de CIU tenían mucho interés en crear una hacienda propia en Catalunya, en que la riqueza se quede aquí, en crear la Banca Catalana y en demostrar a los ciudadanos que España nos roba; pero ahora la han “cagado”, pues si se demuestran las sospechas, resulta que los más ladrones han sido sus máximos dirigentes políticos en Catalunya.

Para colmo de males, parece que han convencido a muchos catalanes para llevar a cabo una consulta el día 9 de noviembre y, en caso de ganarla, declarar la independencia del país. Sin embargo, los dirigentes políticos catalanes saben muy bien que dicha consulta será ilegal desde el punto de vista de los malos de la película –los españoles-, con lo cual no harán más que aumentar el odio recíproco.

Si la riqueza de los pueblos ha de servir para esclavizar a los trabajadores honrados, robándoles sus contribuciones al erario público por parte de una clase dirigente avariciosa, viciosa y corrupta, entonces creemos que ha llegado el momento de sustituir esta mal llamada democracia por algún tipo de dictadura justa promovida por algún iluminado.

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