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Es un motor termodinámico en donde aparece la interacción entre los fluidos que son el aire y el agua de los oceanos, controlados por un termostato que es el hielo en las zonas árticas y antárticas. En los motores termodinámicos hay una entrada de energía térmica que se convierte en movimiento en el motor, y debe haber siempre una salida de energía hacia un foco frío.

La entrada de energía se realiza en forma de radiación solar de onda corta y la salida de energia en forma de radiación solar de onda larga en el rango del infrarojo.

La entrada de energía varia muy ligeramente con las variaciones de la actividad solar y de los parámetros orbitales del planeta, mientras que la salida de energía depende esencialmente de la concentración en la atmósfera de gases traza cuyas moléculas tengan más de dos átomos (en particular, el vapor de agua, el CO2 y el Metano).

Las oscilaciones en la temperatura del motor se deben, como en la temperatura del agua de la refrigeración de los coches antíguos, a la capacidad del radiador para expulsar energía.

La superficie del planeta expulsa energía por radiación, pero las moléculas de los gases traza capturar parte de esa energía y la devuelven a la superficie. Cuanto mayor es la concentración de gases traza, mayor es la energía devuelta y más sube la temperatura de esa superficie.

Desde 1980, aproximadamente se realizan modelos matemáticos del clima, cada vez más complicados y cada vez más fiables. En la actualidad se integran las ecuaciones del movimiento de atmósfera y oceano, se acoplan estos dos subsistemas, haciendo que la atmósfera arrastre al oceano mediante el viento, y el oceano caliente la atmósfera a partir de la diferencia entre la temperatura superficial de sus aguas y la temperatura del aire.

El hielo sirve de termostato o válvula de control, por dos razones:

1. La meteorología de las regiones templadas del planeta se rige por la circulación de la corriente en chorro:
Existe un río de aire que circula intensamente de América hacia Europa a 11.000 metros de altura, con velocidades entre 100 y 300 kms/hora. En los meandros de ese río, cuelgan las borrascas que dejan lluvias en España. Si esos meandros son suaves las lluvias también lo son, mientras que meandros pronunciados traen lluvias o nevadas intensas.

Sin embargo, el polo es otra historia distinta. Su temperatura invernal es de unos 30 grados centígrados bajo cero, de manera que puede subir su temperatura 30 grados centígrados sin que se produzca el cambio de fase de hielo a agua. Así que la temperatura del polo esta subiendo y mucho, por que es pequeño: Calentar una olla pequeña con el mismo calor que una grande, produce en la pequeña mucho mayor aumento de temperatura.

Al calentarse el polo, el chorro se desplaza hacia el norte, de manera que disminuyen las lluvias suaves. Al mismo tiempo se debilita el poder de control del polo sibre el chorro, de manera que el termostato atmosférico empieza a funcionar mal y se producen estas tremendas oscilaciones de grandes nevadas seguidas de caldeos que producen las inundaciones en España, oscilaciones que ya hemos visto reflejadas en las temperaturas superficiales del mar.

2. Pero el polo, sobre todo el polo norte, tiene otro papel esencial en la dinámica climática, en la presente etapa del cuternario (Pleistoceno y Holoceno) y su distribución de mares y continentes: La corriente del Golfo de Mexíco es la rama cálida entre el cabo de Hatteras en América y el norte de Escocia y Noruega en Europa de un río gigantesco de agua que circula por todo el glogo y se suele denominar "circulación termosalina".

Esta corriente se mantiene circulando hasta Noruega porque el mar Ártico se vacia constantemente mediante una cascada gigantesca de agua muy salada que cae hacia el fondo del mar en el estrecho de Dinamarca, entre Groenlandia e Islandia:

El agua puede bajar hacia el fondo porque al formarse el hielo este expulsa la sal que queda en el agua haciendo a esta pesada y llevándola al fondo.

Pero en el momento en que deje de formarse hielo el agua se mantendrá poco salada, ligera, formándose un tapón en el estrecho de Dinamarca. El resultado podría ser según algunos modelos, el desvio de la corriente del Golfo hacia Portugal, y el comienzo de una glaciación. Parece ser que esto ha pasado varias veces en el último millón de años.

Más información desde Ibérica 2000:

* Noticias del Clima.
* Ibérica 2000 cubrirá las jornadas del Cambio Climático. Madrid.

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