SÍ A LA CONSTITUCIÓN EUROPEA
En todo caso, NO a la española

-Yo comprendo que en los contramedios, posturas a favor de la Constitución europea como la mía resultan de todo punto impopulares. Pero me siento en la obligación de ser coherente con mi convicción, nada gana con ello y respeto tantas razones de peso para la opción opuesta...

La Constitución española de 1978 fue un desastre. Y sin embargo ahí está. Nos la tragamos. Una Constitución impuesta por un grupito de albaceas testamentarios de Franco, que fue aceptada por un pueblo entonces todavía anestesiado, adormilado, agilipoyado. Después de cincuenta años de franquismo sólo aquellos pocos "tenían ideas". Pero aquí sigue. No se han oído desde entonces voces de protesta contra ella, ni visto manifestaciones exigiendo su reforma a la medida de las grandes mayorías. Y sin embargo el pueblo, un cuarto de siglo después, ha alcanzado la mayoría de edad y tiene otras ideas al respecto. El caso es ques si no nos la hubieran impuesto y de nosotros hubiera dependido, aún estaríamos en la bizantina labor, erística, de discutir, una vez tras otra, cuantos proyectos de Constitución nos hubieran sometido a nuestra aprobación...

En efecto. Salvo unos cuantos vascos y otros cuantos catalanes que siguen beligerantes frente a ella, el resto del país pasó por el aro de una Constitución que, dígase lo que se diga, poniendo de parapeto al pueblo y bien directamente o por los resquicios de las trampas legalistas, cerró las puertas al federalismo, por ejemplo. Una Constitución que está puesta al servicio de los poderes fácticos: de la Iglesia católica, de la monarquía, de la plutocracia, del ejército, de las policías y de las clases dominantes. Como siempre... Una Constitución que nos gobierna y nos impone un sistema económico y social que muchos detestamos; que nos oprime y nos engaña. Pero ahí está, sin voces, sin protestas...

En el caso de la Constitución Europea, puesto que el proyecto de Tratado que ahora se propone parte del sustrato constitucional de cada país miembro de la Unión Económica (que es más o menos el de la española), ¿qué pinta ahora esta inusitada resistencia, si aceptamos de grado o por fuerza la plataforma constitucional, nacional y reaccionaria que tenemos?

Más que hacer campaña para no aprobarla, creo honradamente que la pregunta capital debiera ser ¿qué ganamos con el NO? ¿Seguir donde y como estamos es mejor?

Pero es que, además, hay dos cosas a mi juicio fundamentales. Una es que no es nada probable que los promotores principales europeos, Francia y Alemania, vuelvan a proponer otro texto en mucho tiempo. Tienen su propio proyecto si ahora todo esto falla. Y otra, que el fascismo y los enemigos de una Europa unida y fuerte, aunque sea la Europa del capital —inevitable, que yo sepa— se frotarán las manos si la Unión no se consigue. Bush, los fascistas y los ventajistas continuarán su labor de zapa para seguir sacando partido de la “NO Constitución”.

Por último, me da el pálpito que si no somos "europeos unidos", acabaremos siendo estadounidenses, y los españoles, de segunda o tercera fila...

Creo que es para repensarlo....

>> Autor: Jaime Richart (16/01/2005)
>> Fuente: -Jaime Richart

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