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LOS NACIONALISMOS EXACERBADOS
Trabajo,creatividad y constancia

-Hemos de convenir que ciertos trabajos-por profesiones que a nadie deben de avergonzar-, tales como camareros, lavacoches, barrenderos, empleadas/os del hogar, servicios auxiliares en hospitales...hoy por hoy no los desean realizar una gran mayoría de los españoles. (...)

-Estomago hambriento no escucha la razón.”
La Fontaine


Vemos con mucha frecuencia, por más que ambicionemos el evitarlo, que estamos tratando a los emigrantes con cierta desidia, arrogancia y, en cierto modo, mala educación: les abrimos unas puertas y les cerramos otras. [Me viene a la memoria el insigne escritor y sacerdote Pedro Calderón de la Barca(1600-1681), quien dejó escritas -entre muchas obras–una que se conoce por el titulo de «Casa con dos puertas, mala es de guardar»].Y existen miles de puertas en Europa que están mal abiertas y mal cerradas . La historia más triste de cualquier inmigrante está al orden del día…

Los flujos y reflujos migratorios son inherentes a la persona humana. Porque no debe existir ley, ni muro… que impidan la entrada de inmigrantes que, mediante el objetivo primordial de alimentar a sus familias, anhelen introducirse en país con mejores perspectivas económicas que el propio. Y, sin embargo, el miedo a la inmigración corre por los países europeos: esto es así de sencillo. Porque la pura y llana realidad consiste en que hemos establecido unos estereotipos que relacionan la inmigración con la delincuencia, mas hemos de convenir que no todas las personas que llegan a nuestras costas españolas y europeas son delincuentes: las Fuerzas de Seguridad de los Estados europeos guiadas por sus respectivos ministerios de justicia son los que tienen que diferenciar entre unos y otros: los emigrantes que vienen a delinquir y aquellos otros que portar en sus pensamientos más íntimos la idea del trabajo por el trabajo.

Y es que la Unión Europea debe canalizar la cultura democrática de todos los que formamos parte de ella, y conseguir respeto y comprensión para aquellos que, contra su voluntad, necesitan abandonar sus naciones de origen en busca de un nivel de vida mejor, en busca de un trabajo. L. Tolstoi (1828-1910) novelista, manifestó que «la condición esencial para la felicidad del ser humano es el trabajo». Debemos comprender que los emigrantes son seres necesitados y que, una vez conseguidos los dineros necesarios, regresarán a sus países de origen, pues aman la tierra donde han nacido.

El enigma de la inmigración es muy probable que vaya a más. Uno piensa que no tiene solución fácil en el juego de la política democrática, tal y como lo entendemos hoy en día. Es un asunto que se presta a la demagogia y al apasionamiento. Hace surgir los nacionalismos exacerbados e intransigentes, los cuales programan y conducen a las personas a conductas llenas de odio y desprecio al extranjero. Xenofobia, racismo, expulsión... son comportamientos a erradicar por los gobiernos occidentales-sus ciudadanos incluidos-, sobre personas que proceden de territorios económicamente débiles y, por tanto, poseen poderosos motivos para emigrar, legal o ilegalmente, hacia otros más ricos. «Si tienes un trozo de pan, da uno a los pobres; vende el otro y compra jacintos para alimentar tu alma» (poema indio).

Y, sin embargo, también influye en la inmigración, por supuesto, la huida de la violencia, la represión, la mal llamada limpieza étnica, que atormenta la vida de hombres, mujeres y niños. Muchas veces, los inmigrantes son personas inteligentes, de gran inventiva y con esfuerzo y voluntad para el trabajo, a fin de ganarse la confianza de los pueblos donde se asientan. De esta manera, conseguirán la documentación necesaria para poder vivir en paz y en regla con la actual Ley de Extranjería.

Entrar ilegalmente por mar y tierra es fácil, como difícil es el prevenirlo. La inmigración seguirá siendo un tema controvertido y problemático y de no sencilla solución. ¿Tienen los extranjeros derechos, digamos moral, a emigrar a un país de su elección, a un país democrático? Un entiende que derecho a emigrar lo tenemos todos, pero cada nación puede poner sus propias limitaciones aunque no es ético ni humano el realizarlo. Y es que la historia siempre se repite para bien de unos pocos y mal de muchos. Esto es así: el comienzo del siglo XXI marcará diferencias económicas abismales entre personas, y dentro del mismo hábitat. Quiera que Dios inspire los cerebros de ciertos políticos que, sin ningún tipo de escrúpulos, se llenan sus bolsillos con los cuartos-por dineros-, que se generan con la « Hambruna» de la mayoría.

Pero nuestra Ley de extranjería actual (Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero) y en su Art.25, nos dice: 1. El extranjero que pretenda entrar en España deberá hacerlo por los puestos habilitados al efecto, hallarse provisto de pasaporte o documento de viaje que acredite su identidad, (...). Y, sin embargo, las Islas Canarias se encuentran al borde del colapso total para poder recibir a más seres humanos- conocidos por los “sin papeles.”

Y esto se viene haciendo desde África abordo de los tristemente conocidos con el nombre de cayucos-cárceles de muerte-, y por los Pirineos -antaño frontera que nos parecía infranqueable-, llegan en coches también ilegales rumanos, búlgaros, serbios, bosnios...Todos ellos en busca de lo mismo: trabajo para no morirse de hambre, pues en sus países de residencia sufren el abandono y la desnutrición completa. Y es que la economía sumergida quiere contar con ilegales, poco cualificados y manejables, a fin de pagarles poco y que trabajen muchas horas. Es el Ejecutivo de turno- el PSOE-, quien ha de vigilar-pues estamos en un país civilizado- e integrar a estos desheredados de la fortuna, para que puedan participar en el proceso productivo español- cotizando-, y así alcanzar y utilizar el Estado de bienestar. El último discurso de Mariano Rajoy (el PP y el PSOE son culpables del mal funcionamiento de la Ley de extranjería, unos ahora y otros antes) en el debate parlamentario sobre el estado de la nación, y tocante al problema inmigratorio, fue crítico con el proceso de regulación de los emigrantes. Uno entiende que se equivocó, ya que la incorporación de los últimos al mundo laboral-por los cauces oficiales-, será bueno para la arcas de la Seguridad Social, al tributar por las horas trabajadas con el salario que en justicia les pertenece.

Nicolás Sarkozy, hábil político, se atrajo a la extrema derecha francesa arguyendo que existía una “crisis de identidad nacional”, cuando todos sabemos que, en Francia, conviven hace ya muchos años distintas sangres mezcladas de seres humanos, que formaron la nación actual. Ahora, y arrimando el ascua a su sardina, publica a los cuatro vientos que- aquellos emigrantes que no respeten los derechos humanos y los valores republicanos-, sobran en el país: primero, levantaron Francia; ahora, ¡qué se vayan por donde han venido!

Hemos de convenir que ciertos trabajos-por profesiones que a nadie deben de avergonzar-, tales como camareros, lavacoches, barrenderos, empleadas/os del hogar, servicios auxiliares en hospitales...hoy por hoy no los desean realizar una gran mayoría de los españoles. Han de ser desempeñados por oriundos de la Comunidad Europa y de los países hispanoamericanos. Hagamos que la economía sumergida representada por un sin número de avispados comerciantes- sin escrúpulos de ningún genero...-, no se aprovechen de unos y otros, ya que necesitan trabajadores sin papeles para sus pingues beneficios. La ética de una profesión cualquiera consiste en desarrollarla bien: entrega y diligencia. Después se ha de recabar un salario justo.

Debemos pagar un peaje de agradecimiento, peaje que es inherente a los países ricos. Porque cada país europeo debe recordar su propia historia migratoria, y que gracias a los emigrantes, hoy por hoy, son países ricos algunos de ellos: Alemania, Suiza, Holanda…Los españoles hemos sido emigrantes en nuestra segunda patria de Latinoamérica, y al objeto de progresar fuimos en busca de fortuna para no pasar hambre y enviar dinero a nuestros para su subsistencia.

España no debe olvidar nunca: Los descendientes celtíberos tuvieron que emigrar a Cuba (años 1908 a 1937) como consecuencia de la pobreza reinante en España: pues bien, estos emigrantes dejando tierras, familias y amores–con su trabajo, creatividad, constancia y amor propio–hicieron de la isla afortunada una nación próspera y rica. La “elite” de los negocios cubanos estuvo en manos de gallegos y asturianos, quienes dejaron en buen lugar el pabellón español. “El sementeiro de Cuba/ hermoso jardín de flores/ donde allí están enterrados/ la flor de los españoles”, así quien mejor escribió poesía gallega hasta la fecha, Rosalía_de_Castro , reflejó el dolor de sus hermanos emigrantes gallegos en el siguiente anatema (imprecación): “Castellanos de Castilla, / tratade ben a los gallegos: / cando van, van como rosas; cando vén, vén como negros”.

La Coruña, 08 de junio de 2008
© Mariano Cabrero Bárcena es escritor


>> Autor: Mariano (08/06/2008)
>> Fuente: -Autoría propia/ Mariano Cabrero Bárcena


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