POR LA COSTA DE LA COMUNITAT VALENCIANA, EN AUTO-CARAVANA.
Entre la Albúfera (de Valencia) y Les Rotes de Dénia (En Alicante)
En los meses no veraniegos las playas son todas para los que conquisten sus arenas. Están solitarias, libres al viento, sin bullicios y de fondo, respira el mar abiertamente entre suspiros. Entre las arenas y el cielo, solo está el azul intenso de un horizonte sin barreras.
¡Atrévete a soñar..., y vente con nosotros en este atractivo viaje!
Por la Costa de la Comunitat Valenciana.
Llegar a la costa y empezar a planificar que podemos ver en pocos días,
no es tarea fácil; hay mucho que disfrutar... y mucho que ver.
Hay que calcular el tiempo, para no quedarnos cortos aprovechando cada minuto.
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Para los que no estéis acostumbrados a convivir con las vistas frente al mar,
os recomendamos veniros a recorrer los rincones de esta parte de la costa levantina,
donde a algunos puntos discretos, pocos saben llegar.
Llegar a Valencia para tomar la pista del Saler junto al río Túria.
Tomaremos como referencia la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, y al pasar, podremos admirar el gran monumento a la obra faraónica valenciana. Espectaculares... las curvas y las líneas que ofrecen tan sólo la primera impresión sobre este tipo de arquitectura de última generación. Vale la pena parar y pasear entre estas pirámides del "Egipto más Moderno". Una colosal obra, como debe ser su deuda económica que ya va casi por el incontable presupuesto para las arcas públicas valencianas y españolas. Un paisaje de hormigón, que en estos momentos ya nos hace reflexionar si merece la pena en realidad tanta ostentosidad. Y que no hay forma constitucional de saber que cuesta y que costará realmente.
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La Albúfera es una curiosidad natural que merece la pena saborear con reposada tranquilidad;
detener el paso freno en mano, saboreando sus luces mientras vemos como el día se apaga.
Un abanico de dorados-rojizos engalanarán la estampa, y en ella nosotros estaremos inmersos.
Campos de arrozales y acequias entre cañizales se pierden en el horizonte.
Los miradores a orillas de la carretera hacia El Saler, invitan a degustar nuestra primera puesta de Sol, extrañamente, tierra a adentro. Puertas y compuertas junto a la Albufera de Valencia vemos al pasar sobre la autocaravana.
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Pasadizos para barcas de pesca que se recrean entre el vuelo de cormoranes, garzas y gaviotas.
Grandes pinares cargados de madurez a ambos lados, sombrean a lo largo de toda la carretera hasta el poblado del Perellonet,
en que aparecen más canales de aguas que dan libertad al Mediterráneo desde la Albufera, un pequeño mar cerrado.
La Devesa del Saler, esta formada por diferentes ambientes, bosque mediterráneo, selvático e impenetrable en muchos lugares, con gran presencia de plantas del tipo liana, salpicado de lagunas (mallaes) y lagos tanto de agua dulce como salobre, así como interminables arenales y playas.
* Más detalles de esta Devesa... (Enlace...)
* Mapa para movernos en ruta por la Dehesa...
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Entre estos pinares, tenemos rutas para recorrer a pie o en bicicleta.
Numerosos senderos que confluyen también en un lago artificial junto a la conocida "Gola de Puchol".
Podemos hacer un alto en el camino en el lago de la Dehesa de El Saler. Un espacio entre pinares y playas abiertas al mar. Un sin fin de sendas, senderos, pasarelas, indicados y semi-indicados que podemos recorrer a pie o en bici.
* Vídeo de la laguna de la Dehesa de El Saler... (Enlace...)
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Entraremos en la población de El Palmar, una pedanía de la ciudad de Valencia
perteneciente al distrito de los "Poblados del Sur" y situada a orillas del "Parque Natural de la Albufera".
Es una de las pedanías más conocidas y características del lago, emplazada en medio de zonas de regadío,
y conserva algunas de las tradicionales construcciones de la zona, las barracas.
La novela "Cañas y barro" de Vicente Blasco Ibáñez está ambientada en El Palmar y sus alrededores.
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Desde el aire el paisaje cambia totalmente a como lo conocemos los valencianos, a nuestro paso en coche habitualmente.
Podemos apreciar el sistema dunar, los campos de golf y la grandiosidad de este gran humedal
a las puertas mismo, de la ciudad de Valencia.
Seguimos hacia Les Palmeres de Sueca, Mareny de Barraquetes, Mareny de San Llorenç y Cullera, entrando por la zona del Faro junto al mar, se nos abre un abanico arqueado de playas, de hoteles monumentales apoltronados entre las rocas, invitándonos a paseos junto al mar abierto.
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Las escolleras cumplen una función para encauzar las aguas que descienden de los ríos al entrar al mar,
pero a lo largo de la costa hemos creado toda una serie de muros artificiales
que han alterado el curso natural de las corrientes marinas y ahora,
donde habían desde siempre espacios de playa que acumulaban arena
aportada como sedimento por esos ríos, no se deposita.
E incluso el mar roba esos sedimentos en otros puntos donde siempre la hubo,
ganando los correspondientes espacios a la tierra. Desequilibrios que nos están pasando factura
y que son evidentes en cuanto a la falta de calidad y transparencia de las aguas,
y en cuanto a la baja biodiversidad y escasez general de pesca.
Los argumentos de que las aguas de un río se pierden en el mar ya suena a aquellos ridículos años de ignorantes, de épocas de fiebres de pantanos y embalses que llenaron de hormigón todos los ríos ibéricos. Las aguas de los ríos aportan nutrientes al Mediterráneo como mar cerrado. Ello hace que la pesca entre por el Estrecho de Gibraltar si hay alimentos. Hemos acabado con casi todos los caudales de los ríos Mediterráneos que ya no aportan ni sedimentos ni arenas para las playas. Afirmar argumentos de cambios climáticos por la ausencia de pesca o aumento de temperaturas es absurdo, cuando las plagas de medusas son bio-indicadores de que algo va mal, al saturar las aguas costeras de nitratos y fosfatos por el sobre-abonado agrícola. Muchas depuradoras dejan mucha efectividad por desear; que nadie se llame a engaño, ni deje que le vendan burros con 4 ruedas.
Las cuñas de la salinización por la penetración subterránea de las aguas del mar en la costa por sobreexploración de los acuíferos son un problema que cada año están siendo más pronunciadas, y ya penetra dicho efecto hasta a 3 km del interior, en zonas arroceras como en el término municipal de Sueca. Antes en ciertas zonas se extraía agua de pozos de riego a determinados metros de profundidad, y ahora se han alcanzado límites de bajos niveles freáticos insospechados.
* Situación Ambiental de la Cuenca Hidrográfica del Júcar (Enlace...)
Tenéis una visita obligada por las vistas que presenta, al Castillo de Cullera, y también a la zona del Punto Metereológico, arriba del macizo rocoso de la población de Cullera, últimas estribaciones rocosas aisladas de la Sierra de les Agulles, que se eleva sobre los campos de naranjos y de arroz junto a La Albufera.
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Desde el Castillo de Cullera tenemos vistas sobre la línea de la costa hacia el Sur,
que nos muestran la desembocadura bien abierta del río Júcar en primer término,
impresionante bocana que desagua al río sobre las arenas del golfo de Cullera.
* La calidad del agua del Júcar en Cullera (Enlace...)
Vistas panorámicas que pueden invitar a pasar la noche en lo más alto, con la comodidad de nuestro vehículo, donde las salidas del Sol no tienen igual, mar hacia donde los ojos se pierden, en un horizonte a 360º vista que se refleja sobre las aguas.
Desde aquí podemos contemplar la belleza de las Ribera del Júcar que llega de las tierras de Alzira, y de fondo, como telón la Sierra de la Murta donde se esconde un Monasterio, el Cavall Bernat y el Puntal del Masalari, y las últimas estribaciones de la Sierra de les Agulles sobre Tavernes de la Valldigna. El macizo del Montdúver es todo un símbolo de esta parte que limita con la Comarca de La Safor: Tavernes, Gandía y Oliva.
El Valle de Valldigna es el conjunto que reune tres poblaciones: Tavernes, Benifairó y Simat. Entrando por Tavernes de la Valldigna, arropada entre el monte de las Cruces y el rincón de la Cova del Bolomor, se abren rincones que merecen un alto en el camino, a una y otra parte de este paisaje engalanado de naranjales. El Clot de la Font, el Castell de Marinyent, el Racó de la Fontarda, la Font Gran de Simat, el Monestir de Simat con la antigua mezquita de Xara adjunta. Y por la otra vertiente, el Mirador de Tavernes, la ermita de Sant Llorens, el senderismo al Alt de les Tres Creus con panorámicas especiales sobre los arrozales de Cullera, la Font de la Sangonera, el Plá del Barber, el Pic de la Ratlla, la Font del Garrofer con el Valle de la Casella con vistas a la ciudad de Alzira.
* Testimonios del uso del fuego, en la cueva del Bolomor (Enlaces...)
* Por La Valldigna y La Murta, en auto-caravana...
Subir hacia el vallecillo escondido de Barx, sobre la población de Simat de la Valldigna, nos abrirá otro espacio de vistas desde la Font del Sirer. Desde la Font de la Puigmola al Plá de Corrals, se abre una estrecha carretera asfaltada que aún conserva la belleza perdida de muchas montañas arrasadas por el descontrol forestal.
Siguiendo por esta ruta de costa, las arenas se extienden hacia el poblado de El Brosquil, sigue hacia la playa de Tavernes de la Valldigna, playa de Xeraco con la transición dunar de Xeresa hasta la playa de Gandía, donde destaca la escollera del puerto del Grao de Gandía. Preside allí en todo el paisaje de Marjal, el pico Montdúver
Más allá de lo que la vista alcanza, tenemos Dénia, con el macizo rocoso del Montgó, y el cabo de San Antonio que se pierde con la bruma marina.
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Un espacio silencioso donde el viento curva los plumeros de las altas cañas,
acariciando la superficie de unas aguas que ya están en calma.
Un lugar que no deja que los ruidos del tráfico cercano, lleguen y prostituyan los cantos de pájaros
en este bello paraje natural; un oasis de respiro entre tanto urbanismo desaforado, muy poco respetuoso con el pasado.
Un espacio de tranquilidad donde pasar nuestra primera noche, en un mundo a parte.
Rodeados de ternura y romanticismo natural del bueno.
Buscamos la salida desde la población de Cullera al Camí Real -junto a los puentes del río Júcar-.
Carretera que transcurre entre campos de naranjales hacia el Estany de Cullera y la playa de Tavernes de la Valldigna.
Haremos un alto de la ruta entrando al Estany, por el camino de El Cordobés y Casa Salvador.
* Al paratje del Estany Marenyet, en Cullera... (Enlace...)
Un lugar apartado, como si entrásemos en un mundo dentro de otro mundo.
Un espacio por donde tienen salida las aguas de los arrozales del término municipal de Favara.
Un lugar de aves acuáticas -de Anade real, de gaviotas, de cormoranes, de garzas reales...
Un espacio de pescadores silenciosos que se concentran junto a sus aguas; todo un ecosistema entre cañizos, con senderos adornados de árboles llorones, con vallados de madera en todo su curso, que nos acompañará en el paseo y la excursión por el entorno. Aguas semi-salobres que cobijan a la Tenca, al Llobarro, a la Llisa, y a la Anguila... entre muchas más especies.
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Estamos entre la playa de Tavernes y la playa de Xeraco.
La bocana de las aguas salen al mar que se recogen en el valle de La Valldigna procedentes de Benifairó,
de Simat y de Barx, pasando por los espacios abiertos de "la marjal de la partida".
La segunda parada obligada, es esta zona dunar que aún se mantiene virgen, entre la playa de Tavernes y la playa de Xeraco. Por donde podemos acceder cómodamente, es continuando por la recta de caminos entre los naranjales.
Atentos al canal donde desemboca la "Séquia de la Bova" que recibe las aguas del río Vaca después de haber pasado la carretera que nos cruzará desde Tavernes a su playa. Esta desembocadura, es un buen lugar para disfrutar de buenos paseos por sus salvajes arenas que se pierden en la distancia. Arenas un poco abandonadas por los servicios de limpiezas, que por otro lado, dan un aspecto salvaje y muy especial a un sistema dunar que no ha sido invadido por el momento por campos de golf y por edificios amenazantes. Mantiene aún el bello atractivo de antaño, con las típicas casitas escondidas de veraneo, donde algunos disfrutamos mucho en la niñez. Siempre con el buen tiempo, aparecen salpicados pescadores con red manual en busca de cebos vivos para sus cañas plantadas, donde pasan serenas tardes de pesca, y rastrilladores artesanos de tellinas, que cada vez son más escasos.
Aquí se concentran, igual que en numerosos de los puntos que vamos a recorrer, pescadores que lanzan sus cañas por las noches, creando entre la penumbra de la Luna todo un ambiente familiar y acogedor, para la tertulia, para compartir y para aprender sobre los secretos de los aparejos para capturar en estas aguas.
Lástima que a veces, desaprensivos domingueros, abandonen basuras por doquier, pareciendo en algunos puntos, que nos encontremos en un país subdesarrollado. Las playas no urbanizadas, se mantienen apartadas del cuidado de limpiezas y recogidas de basuras; parece ser, como presión política para forzar el seguir llenando de hormigón las líneas de playa aún naturales. El panorama a veces deja entrever, la despreocupación por estos parajes naturales, imagen de unos pueblos y de una Comunidad Valenciana poco responsable... y coherente con la política de turismo desbocado que ha llevado en las últimas décadas.
Seguimos hacia la Playa de Gandía entre caminos abrazados de vegetación.
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Playa de Gandía. Frente a la población de Xeresa, que ha sido acondicionada de pasarelas para conservar la vegetación autóctona de sus arenas.
Un espacio tutelado por el Ayuntamiento de Gandía. Han dedicado gran atención a su paraje dunar, haciéndolo más atractivo y acondicionado con servicio de duchas y basureras de playa que se recogen cada día.
Un punto muy apartado al que hay que saber llegar. No hay construcciones, no hay edificios ni apartamentos ni indicadores. Si campos de cultivo, si cañizales salvajes y naranjas colgadas de las ramas entre huertos y huertos de cítricos.
Arenas extensas y limpias en un espacio frente a la marjal donde se pierde el horizonte a derecha e izquierda. Instalaciones que dan al espacio un cuidado más esmerado.
La entrada se abre desde la carretera Xeraco-Playa de Gandía, a un km. y medio aproximadamente antes de llegar a los altos edificios que asoman de la Playa de Gandía. Un camino asfaltado, pero sin ninguna señalización -tan solo una señal de stop-, que accediendo entre un estrecho pasadizo de cañizales, y alguna casa de veraneo, llegamos a un parking campestre, que en las fechas de finales de octubre se encuentra aún visitado, pero descongestionado de tanto coche visitante que frecuenta en los meses de verano.
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La Playa de Gandía tiene un paseo junto al mar interminable, es verdad que ha quedado magnífico, cuidado, que cada vez tiene más vida durante más fechas del año, cada vez más gente se anima a vivir y a acomodarse en esta parte de la costa. Desde que se gestionan las arenas finas hacia Xeraco, limpias y con atentos servicios, las miradas se extienden hasta la inmensidad con el macizo montañoso de Cullera de fondo. Gandía en el interior, y su playa, se encuentran separadas a unos 2 km. de distancia.
Los meses de verano, julio y agosto se multiplica el tráfico rodado, por lo que si deseáis tranquilidad, paseos solitarios y sol menos abrasador, os recomendamos la segunda quincena de septiembre, octubre, noviembre y hasta diciembre, para saborear estos paisajes y sus colores. La primavera a finales del mes de marzo ya ofrece días calurosos para disfrutar sus aguas, de sus humedales y de sus campos de naranjales.
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El puerto de mercancías y las vistas a las extensas vistas hacia el norte, de arenas con las playas que miran hacia el montículo de Cullera.
El puerto de Gandía fue construido entre los años 1886 y 1893 por una compañía ferroviaria inglesa. El principal fin del puerto de Gandía fue conectar la ciudad con Alcoy para facilitar el transporte de carbón y abastecer su industria. En los años 60 el puerto fue usado principalmente para la exportación de naranjas con lo que se convirtió en uno de los puertos exportadores de cítricos más importantes de la Comunidad Valenciana. En la actualidad la principal actividad del puerto es la importación de grandes rollos de papel para ser usado en las rotativas de la prensa española.
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Font Salada a poca distancia de la población de Oliva.
A la salida de la población de Oliva, entre caminos y caminales, podemos llegar a un manantial de aguas salobres que afloran a una temperatura templada. Son aguas declaradas por los aldeanos como medicinales y buenas para ciertos tratamientos reumáticos. Un espacio apartado y tranquilo entre sencillas casitas para el veraneo.
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Paraje de Les Rotes, a 8 km. de Dénia.
RESERVAS MARINAS, LLENAS DE TESOROS SUMERGIDOS...
Ya estamos en Alicante.
Para los amantes del submarinismo sin arpón, será impresionante bucear entre los cortados del paisaje de la Reserva Marina del Cabo de San Antonio. Los alcatraces y las gaviotas, serán un magnífico espectáculo entre el contexto de acantilado y montaña, a los pies del macizo del Montgó.
* La Cova Tallada, en les Rotes de Denia... (Enlace...)
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Desde el cabo de San Antonio. Sobre la población de Xábia.
Tomando la carretera que parte de Dénia en dirección a Les Rotes, nos desviaremos a la derecha para tomar la carretera de Xábia Una retorcida calzada que trepa entre cortados con un panorama de primera línea, el Macizo del Montgó, convertido en Parque Natural. Entraremos en espacios de especial protección y una vez donde la carretera hace cumbre y antes de empezar el descenso, tomaremos la indicación hacia la izquierda, hacia el Cabo de San Antonio. Costas declaradas "Reserva Marina". Una carretera que entre un puñado de casitas y terrenos antiguos de veraneo, circula con buen asfalto y entre grandes pinares hacia el Cabo (Cap de Sant Antoni); donde el viejo y apartado faro, se eleva esbelto sobre una vegetación peleada constantemente con los vientos marinos, una zona acosada por las inclemencias, por los duros y pobres suelos calizos, que se enorgullecen pese a todo, de estar situados frente al gran azul del Mediterráneo.
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Cortados impresionantes sobre paisajes majestuosos sobre la costa,
que merecen un sentarse, un silencio, una buena compañía, y unos buenos prismáticos.
A la izquierda las vistas se pierden sobre Dénia, sobre Oliva, Gandía, Tavernes,
Cullera y Valencia. Y hacia la derecha, las vista son sobre el puerto de Xábia,
la playa del Arenal, la isla del Portixol; presidiendo la Sierra de Aitana.
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* Por Jaime Dasí Ferrer... (Enlace...)
* Parajes valencianos - La Devesa del Saler (Reportaje)... (Enlace...)
* Estado de las aguas y de las cuentas de algunas depuradoras valencianas que depuran las aguas residuales de la Ciudad de Valencia de una forma dudosa y deficiente para la salud de sus ciudadanos, y para el Parque Natural de La Albúfera... (http://www.iberica2000.org/es/Articulo.asp?Id=4591) (A numerosos enlaces...)
Es esencial que utilicemos los lugares acondicionados para vaciar nuestros depósitos de aguas negras de la auto-caravana. No abandonemos basuras, y utilicemos los contenedores de recogida de resíduos para vaciar nuestras papeleras. Sugerimos, que llevéis siempre un mapa de carreteras, y que no dudéis nunca en preguntar a los transeuntes y a los habitantes de las zonas que visitéis. Degustar las comidas, bebidas típicas y de confianza gastronómica en cada región, es uno de los placeres de los viajes que no debéis dejar de disfrutar. Para pernoctar en lugares atractivos, preguntar a los vecinos cercanos y solicitar permiso para no molestar.
Para más detalles podéis consultarnos al Telf. 653 378 661.
>> Autor: Ibérica 2000 (28/03/2011)
>> Fuente: Equipos de Ibérica por la Comunitat Valenciana.
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