EL PELIGRO DE LOS RATICIDAS PARA LA FAUNA.
Productos químicos que alteran el entorno vivo.
La colocación de productos químicos con el objeto de hacer descender a las poblaciones de ratas y ratones en nuestras casas de campo, ponen en peligro a muchas especies beneficiosas y desconocidas que nos ayudan en esa incansable lucha contra el saqueo.
En 1980, en un paraje donde aparecía una población de ardillas saludable, se emplearon productos raticidas por desconocimiento para acabar con la población de ratas, en una masía citrícola rodeada de pinar mediterráneo en el término municipal de Moncada. Numerosos ejemplares fueron hallados muertos y la población mermó hasta casi hacerlas desaparecer. Tardaron varios años en recuperarse.
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Al anochecer, un gran ejercito de duendecillos inician sus correrías en esa lucha incansable por "comer y no ser comidos". Ante ese hambriento personal, estamos desprovistos de defensas. Solo aparecen unos silenciosos aliados que frenan esas invasiones de forma efectiva, son las rapaces nocturnas y los carnívoros silvestres.
La colocación de productos químicos con el objeto de hacer descender a las poblaciones de ratas y ratones en nuestras casas de campo, ponen en peligro a muchas especies beneficiosas y desconocidas que nos ayudan en esa incansable lucha. Cualquier roedor contaminado, puede ser capturado por una rapaz nocturna, por un Zorro, una Gineta, una Garduña, un Tejón, una Comadreja, un Gato montés y también por alguno de esos pájaros de medio porte, como el Alcaudón real que incluye en sus almuerzos algún ratoncillo. Y la muerte es inevitable para ellos.
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Por ello siempre hemos aconsejado si deseáis mantener un equilibrio más natural en vuestro entorno más cercano, que evitéis en lo posible los productos de este tipo, y emplead los instrumentos mecánicos tradicionales para capturar ratas y ratones.
Hasta los pesticidas usados para las llamadas malas hierbas, en esta época de inició de la primavera, son peligrosos para las aves que se alimentan de sus granos y de los insectos, envenenándose ellas y sus polluelos irremediablemente. Usadlos según las normas que marcan los fabricantes. No abuséis con las dosis, pues no son más efectivos. Empezando con las rapaces nocturnas como la Lechuza Común, que compartía de forma frecuente cobijo entre los viejos muros, hoy deja serios claros por su ausencia. Dichas poblaciones se han visto reducidas de forma muy alarmante.
Los cuervos son unos aliados del hombre excelentes en su lucha exitosa contra la corpulenta rata campestre de 1/2 kilo de peso. Pero en 20 años han ido siendo arrancados de nuestros parajes mediterráneos, quedando parejas muy aisladas. Tan solo las descaradas Urracas, y las Grajas aparecen en bandadas aterrizando tranquilamente entre las urbanizaciones.
La tasa de natalidad de estos roedores es extremadamente sorprendente, ya que un solo ratón puede parir hasta 10 crías por parto. Y esas crías recientes, ser capaces de reproducirse al mes de vida y de procrearse hasta 10 veces al año. Si hacéis una progresión aritmética sencilla, podréis comprobar los daños que eso podría representar a la economía, teniendo en cuenta que la vida media de un ratón campestre es de 6 meses. Dependiendo de la presión que ejerzan sus comensales. Por ello, el equilibrio natural que marcan los depredadores superiores es esencial. ¡Seamos conscientes de ello!
En el interior de nuestras ciudades es otro tema muy diferente. La ausencia total de depredadores naturales contra la rata negra de alcantarilla, hace que sea uno de los transmisores de infecciones a tener en cuenta, por lo que se emplean sistemas químicos, colocados de forma que cuelgan en las alcantarillas, y que deben estar compuestos de productos que no sean solubles en el agua.
A este respecto, nos contaba una tarde nuestro buen amigo Ángel, hombre de edad avanzada que había permanecido en París durante muchos años en su juventud, que uno de los problemas con el que se enfrentó el Ayuntamiento de París, fue el cierre del mercado de abastos en pleno centro de la ciudad, por traslado a la periferia de la urbe. Ya que las ratas se habían concentrado por cientos debido a cantidad de restos agrícolas. La cuestión que se planteó aquella corporación municipal en aquella época era, la de cerrar aquel recinto, pero el peligro de que aquellas ratas se desplegaran por la ciudad era bien evidente. La solución que tomaron las autoridades responsables, fue la de continuar introduciendo alimentos deteriorados en aquellos sótanos de toda la gran manzana que ocupaba el antiguo mercado. Y ofrecieron a los cazadores la posibilidad de desfogarse cazando ratas a cambio de ser subvencionados los cartuchos empleados.
¡Trabajemos entre todos, para la búsqueda de soluciones respetuosas con nuestro entorno más cercano!
Información de última hora, en Ibérica 2000:
* Estrategia contra el uso ilegal de cebos envenenados
(Nota emitida por el Gabinete de Prensa del Ministerio de Medio Ambiente en España). 27 sept. 2004
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>> Autor: cipi-cpn (30/10/2002)
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