RETORNO A ÁFRICA
Desde finales de julio, millones de aves migradoras de diferentes especies abandonan los cielos de Iberia y parte de Europa

-El Estrecho de Gibraltar es, junto con el del Bósforo en Turquía, la principal ruta aérea de este fascinante viaje. Miles de Cigüeñas, Milanos negros, Águilas calzadas y culebreras, Halcones abejeros, entre otras muchas especies, cubren los cielos del Campo de Gibraltar, para el deleite de los muchos aficionados a las aves que no se pierden su cita anual con la migración post-nupcial de las grandes aves planeadoras.

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Cada temporada, coincidiendo con la primavera y el otoño, numerosas especies, de tamaño y características muy dispares, realizan una etapa de su viaje de ida y vuelta entre las áreas de cría y de invernada, que, en ocasiones, distan varios miles de kilómetros, como en el caso de vencejos, aviones, golondrinas, abejarucos o cigüeñas, que superan los 10.000 km. Otro tanto sucede con la codorniz, cada vez más escasa en nuestros campos. ¡Quién lo diría!, por sus cortos vuelos para evitar ser carne de cazuela en la sanguinaria media veda, responsable, en buena medida, de la regresión de esta especie o de la tórtola.
Por las fechas en las que estamos, tenemos que centrarnos en el viaje de regreso de las aves que han criado en España y parte de Europa y ahora retornan a sus cuarteles de invernada.

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Maneras de viajar.
La salida se hace escalonada: son el vencejo común y la Cigüeña blanca los más tempraneros para abandonar sus territorios de cría; lo hacen en el mes de julio. Otras aves prolongan sus pasos durante todo el otoño. En algunas especies, los jóvenes realizan movimientos de dispersión por las zonas cercanas a donde nacieron, como si de un entrenamiento de cara al largo viaje se tratara.
Hay quienes, como la oropéndola, optan por realizar el recorrido en solitario. Pero la mayoría de las aves se agrupan en bandos más o menos numerosos para realizar las migraciones, como las cigüeñas o los milanos.
Tampoco existe consenso en el momento más propicio para viajar, pues hay especies que sólo viajan durante el día, otras durante la noche, y las hay que lo hacen indistintamente. En ocasiones, machos y hembras viajan por separado. Fechas previas a la partida, las aves preparan el viaje con el aporte de materia grasa, reserva energética que resultará fundamental durante la larga travesía.
Hay aves que sobrevuelan el Estrecho a unos 100 metros de altitud, aunque otras pueden superar el millar de metros.
Pero, ¿por qué emigran? Un misterio sin resolver.
Aún hoy existe una profunda controversia entre los etólogos. Muchos expertos piensan que se debe a la necesidad que algunas especies tienen de evitar el frío y el hambre invernal. Este hecho podría explicar la migración de aves insectívoras como vencejos o golondrinas; pero entonces ¿a qué se debe la temprana migración de los vencejos, que desaparecen de sus áreas de cría cuando el alimento aún es abundante?, o ¿por qué migran especies que por su constitución podrían hacer frente al invierno en sus territorios nativos?
Otros especialistas argumentan que este comportamiento tiene su explicación en el pasado, en el Pleistoceno, cuando las condiciones de vida se fueron endureciendo durante las glaciaciones en el hemisferio Norte. Los hielos invernales se hicieron tan rigurosos que obligaron a las especies a desplazarse hacia el sur. Este comportamiento repetido, año tras año, acabaría por “grabarse” genéticamente en muchas especies.
Hay quienes piensan todo lo contrario, es decir, que en el pasado las aves vivían en regiones tropicales o subtropicales. Con el paso del tiempo, las poblaciones llegaron a ser tan elevadas que no tuvieron más remedio de expandir los territorios de cría hacia el norte.
Otros creen que la migración de las aves está producida por el aumento de luz diurna (primavera) o su reducción (otoño). El alargamiento de los días produce una estimulación sobre las gónadas (glándulas sexuales) y el acortamiento diurno de otoño produce el efecto contrario. Para estos estudiosos la migración se debe a un factor puramente hormonal.
Quizá haya que combinar todas estas teorías para poder explicar este fascinante fenómeno, uno de los mayores espectáculos que nos brinda la naturaleza.

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Estación Ornitológica de Tarifa.
La Estación Ornitológica de Tarifa, que gestiona el Colectivo Ornitológico Cigüeña Negra (COCN) abrió sus puertas el 2 de Julio de 1.997. Es un edificio público –una antigua escuela cedida por el Ayuntamiento de Tarifa- destinado a la investigación, divulgación y conservación de la naturaleza, especialmente de las aves y de los movimientos migratorios de las mismas.
La Estación se encuentra en pleno paso migratorio de aves, junto al Parque Natural de los Alcornocales, próximo a la reserva ornitológica de la Playa de Los Lances y entre cuatro áreas importantes para las aves de la Comarca del Campo de Gibraltar: La Janda, Tarifa, Sierra de la Plata y Sierra del Niño.
Desde la Estación Ornitológica de Tarifa, se organizan las numerosas tareas y proyectos que desarrolla tanto el COCN, como otros colectivos (universidades, otras asociaciones, etc.). Es un punto de información y de ayuda para el visitante y un lugar de encuentro y reunión de naturalistas, ornitólogos e investigadores en la comarca del Campo de Gibraltar. Desde su inauguración, por este edificio han pasado más de 1.500 personas para acercarse al fascinante fenómeno de la migración de las aves.
Desde este centro se vienen desarrollando numerosos trabajos de investigación, tanto en Europa como en la cercana África, sobre las rutas de las aves migratorias, poblaciones, etc. Toda la gestión de la Estación Ornitológica de Tarifa es realizada por voluntarios, generalmente biólogos. Algunos de los proyectos desarrollados por COCN han sido merecedores de los principales premios a la conservación de la naturaleza en España.

[CPN- Colectivo Ornitológico Cigüeña Negra: http://cocn.tarifainfo.com]
[FCPN / El Correo del Medio Ambiente: http://www.cje.org/fcpn/]

>> Autor: fcpn (17/11/2005)
>> Fuente: -Redacción El Correo del Medio Ambiente

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