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Señor Director, hace unos días le remitía un trabajo(que ahora figura en mi pagina web: miguelcancio.com, con el titulo: "Ecológicamente el mundo va mejor, etc.") sobre el libro del profesor universitario danes Borjn Lomborg, The Skeptical Environmentalist-El esceptico ecologista(Ed. Cambridge University Press 2002) que ha sido traducido a numerosos idiomas y al inglés por una de las editoriales científicas mas prestigiosas del mundo, y en cuya versión inglesa ha sido un éxito pues se han vendido mas de 100.000 ejemplares.

Este libro de del profesor Lomborg, ex-miembro de Greenpeace, desmiente en 500 paginas, siguiendo las tesis del economista Simon, con las estadísticas mas acreditadas y con un análisis sin concesiones y muy riguroso, gran parte de las profecias catastrofistas que se vienen haciendo en materia ecológica, medio ambiental, en muchas casos de forma interesada, politiquera, para sacar tajada en el contaminado "mercado politiquero de salvación ecologista y de otros muchos ismos".

Hoy, y a la luz del lamentable y vergonzoso caso "Prestige", lamentable para la Unión Europea, los organismos internacionales encargados del control del trafico marítimo internacional, del control del blanqueo de capitales, del control de sociedades fantasmas, etc.:

primero, al no hacer frente como es su obligación a la corrupción-contaminación-contrabando-tráficos ilegales de materias primas-blanqueo, etc. que empresas sin escrúpulos de Rusia, Grecia, Gibraltar, Suiza, etc. están haciendo con el petróleo y otras materias primas;

y, segundo, al no tener a punto una "Unidad europea polivalente de lucha contra las grandes catástrofes marinas, etc." , para que intervenga con rapidez y eficacia en casos como el del Prestige.

Y teniendo en cuenta las informaciones que se están dando en España sobre el caso Prestige, en muchos casos demagógicas, politiqueras, muy poco interesadas en buscar la verdad de los hechos y en hacer frente a sus consecuencias con la máxima honradez, deontología profesional y rigor científico y político, le remito a continuación un articulo sobre el caso Prestige.

¿Que es, de verdad, una catástrofe ecológica?
Por Jorge Alcalde.
Redactor jefe de la revista Muy Interesante que ha sido publicado por el periódico digital "Libertad Digital"(02-12-02), y que me parece muy oportuno por la información que contiene:

Informes acreditados sobre catástrofes como la del Prestige y sus consecuencias; análisis de manipulaciones que se pueden dar y vienen dando en este asunto y otros anteriores, etc.

Creo que es muy necesario y oportuno que los medios de comunicación incluyan informes y/o artículos plurales sobre casos como el del Prestige(y otros) siempre que sean rigurosos y traten de buscar, de establecer honrada y rigurosamente la verdad de los hechos.

Saludos muy cordiales y a su disposición

Fdo. Miguel Cancio, economista y sociólogo, profesor de Sociología y Socioeconomia del desarrollo y los movimientos sociales de la Universidad de Santiago de Compostela.

Enlace a su pagina web: miguelcancio.com

¿Qué es, de verdad, una catástrofe ecológica?
Jorge Alcalde.

Andamos con el alma en vilo esperando que los vientos el Oeste, esos que proceden del interior de océano, dejen de soplar para que sus hermanos del suroeste arrastren los lodos del Prestige lejos de la costa gallega.

Lo malo es que, a medida que el tiempo pasa, las probabilidades de que Eolo, dios terco donde los haya, rectifique disminuyen.

Hasta que no llegue el fuel a la playa no sabremos a ciencia cierta el calibre de la desgracia. Las predicciones científicas tampoco se ha demostrado muy fiables en las últimas semanas.
Pareciera que sufrimos de supina ignorancia sobre asuntos del mar.
Sólo una cosa está clara: soplen hacia donde soplen los vientos, sea cual sea el volumen final de contaminante vertido, los ecologistas se hartarán de asolarnos con sus predicciones más catastrofistas sobre el futuro de la fauna y la flora gallegas.

De hecho, ya nos han venido preparando para ello, ya tienen su arsenal de portadas con ave petroleada moribunda y títulos a gran tipografía, ya tienen sus eslóganes armados contra la inoperancia de los científicos, ya cuentan con sus huestes de rostros embetunados dispuestas a manifestarse ante éste y aquel Ministerio, portando calaveras y tibias, escenas de animales muertos, ataúdes y toda la parafernalia fúnebre y de dudoso gusto que suele acompañar a sus protestas.

Ya han incrustado en nuestro cerebelo la frase "catástrofe ecológica" hasta tal extremo grabada que, la hemos asumido sin el menor espíritu crítico.

"Estamos ante una catástrofe ecológica sin precedentes, sí. Lo ha dicho Greenpeace". Y nos quedamos tan anchos.
¿Pero a alguien se le a ocurrido preguntarse qué cosa es eso de "catástrofe ecológica"?

Es igual de catastrófico un vertido de 1.000 toneladas que otro de 80.000.
¿A partir de qué tipo de efectos se puede usar la palabra catástrofe?
¿Qué ha ocurrido con la flora y la fauna de otras "catástrofes" previas?
¿Alguien se ha hecho estas preguntas?
Por supuesto, no. Estamos acostumbrados a poner en duda las palabras de ministros, científicos, ingenieros navales, militares y pescadores.
Pero la palabra de un ecologista no se toca. Como tampoco se menciona su incoherencia al permitir que sean nuestros esforzados soldados españoles quienes se dediquen a quitar a golpe de pala el fuel de las playas.

¿Pero estos de Greenpeace no eran antimilitaristas? Difícil es desenmarañar el embrollo mental de algunos amigos de lo verde.

Pero menos difícil es evaluar el alcance real de una catástrofe ecológica.
¿Por qué no lo hacemos? Suelen citarse, cuando se habla de contaminación marina, las memorias del aventurero Thor Heyerdal quien es su segunda expedición Kon Tiki en 1970 quedó impactado por haber visto sobre los océanos "más cantidad de balsas de aceite y basura que peces".

No tuvo duda de que la estupidez humana estaba llevando a nuestros mares hacia una "catástrofe".

La realidad es que las aguas del mar son mucho más extensas y vivaces de lo que creemos.
El océano contiene trillones de litros de agua. Hasta el punto de que la evaluación periódica que realiza la ONU sobre la calidad de los mares concluye admitiendo que "en mar abierto, las aguas globales están relativamente limpias. Se detectan bajos niveles de plomo, compuestos orgánicos sintéticos y radionúclidos artificiales. Aunque son fácilmente detectables, su impacto biológico es nimio".

La mayor parte de la contaminación por hidrocarburos del mar procede de dos fuentes que no tienen nada que ver con las mareas negras.
La primera es sorprendente:

* La propia liberación natural que se produce cuando se fractura el lecho marino en zonas donde hay reservas de petróleo.
Este proceso natural es inevitable pero, paradójicamente, el trabajo de las plantas extractoras en altamar (tan denostadas por los ecologistas) atenúa sus efectos al liberar de presión a las reservas.

* La segunda causa es artificial: la contaminación rutinaria que los buques produce día tras día cuando navegan con los tanques vacíos y liberar al mar los restos de crudo que se pegan a las paredes. Existen algunos acuerdos internacionales que regulan y limitan este tipo de contaminación pero son claramente insuficientes.

Aún así, periódicamente se producen vertidos accidentales de grandes cantidades de fuel o petróleo en zonas cercanas a la costa. La cantidad total de estos vertidos es menor que la que generan los barcos cuando limpian sus tanques, pero sólo en el caso de los accidentes los ecologistas y los medios que siguen ciegamente sus consignas hablan de "catástrofe".

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