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Acusan a la policía de actuación indebida.
Paco Varea, Valencia.

La veterinaria de la residencia canina del Ayuntamiento de Valencia sacrificó en la tarde del pasado viernes a siete cachorros recién nacidos de la perra de un indigente, conocido como Jorge, el Portugués, cuya residencia habitual es una acera de la plaza de la Reina colindante con la salida de un aparcamiento de vehículos.

La residencia municipal canina, que esta en Benimàmet, carece de la infraestructura adecuada para mantener a los canes recién nacidos.

«La eutanasia se utilizó porque los agentes de la Policía Local no nos dijeron que se los habían retirado a una persona y, por tanto, los canes podían tener madre para amamantarlos. Nos dijeron que se los habían encontrado», según dijo ayer un responsable de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas (SPAYP), encargada de la gestión de la residencia canina.

Lo cierto es que los operarios de la perrera se fiaron de la palabra de los agentes, quienes no les entregaron ningún documento de la actuación, aunque debería ser obligatorio por si hubiera reclamaciones posteriores.

El indigente declaró ayer que «todo ocurrió el pasado viernes por la mañana en la plaza de la Reina cuando estaba al cuidado de los tres perros y de los recién nacidos mi hermano, porque yo estaba cuidando a un familiar. Mi hermano les rogó que esperaban mi vuelta pero se los llevaron. Sigo sin entender los motivos pero ahora la perra se encuentra muy mal y, al parecer, han matado a los cachorros.

La situación, en mi opinión, es injusta. No hay derecho a lo ocurrido». Jorge ha colocado un cartel en el que da cuenta de la situación: «Policía Local mata las crías. Pido ayuda para medicinas para quitarle la leche a sus madres pero también justicia para tan grandes asesinos. Un millón de gracias». Decenas de peatones pudieron leer ayer el cartel y lo podrán hacer hoy.

Dos multas de la policía

No es la primera vez que el indigente ha sido sujeto de una actuación municipal. Ya ha recibido dos cartas del consistorio. En una se le sanciona con 600 euros por llevar a un perro sin bozal y en otra, por ensuciar la vía pública.

La Protectora de Animales es la primera en lamentar la situación, pero «sin una denuncia de alguien ni de testigos, poco más podemos hacer», aunque califican la actuación de los agentes de la Policía de «indebida y de tiempos en los que la residencia canina era la perrera municipal y donde se utilizaban otros métodos.

Si la policía nos dice que se los han retirado a alguien o que tenían madre nunca los hubiéramos matado, porque habríamos ido al lugar para hablar con su dueño». Ya hubo otro caso similar el año pasado, por Navidad, cuando agentes del mismo cuerpo de seguridad local se llevaron un perro de un indigente, según la Protectora. Los directivos de la organización presentaron una denuncia pero nunca se ha sabido nada del can ni hubo respuesta al escrito.

Un responsable de la Protectora recordó que «la semana pasada agentes locales nos trajeron tres cachorros en una caja de cartón diciendo que se los habían encontrado y a la tarde nos llegó el dueño, de etnia gitana. Lo que debían haber hecho es averiguar si se utilizaban para otros menesteres», comentaron los directivos.

El concejal de Sanidad, Ramón Isidro Sanchis, va a abrir un expediente para intentar averiguar lo sucedido y no descarta exigir explicaciones a la Policía Local aunque la Protectora lleva tiempo denunciando la situación. El concejal de Seguridad, Miquel Domínguez, se enteró ayer de los hechos y dijo: «falta por conocer lo sucedido pero, normalmente, se actúa así porque un indigente no tiene los animales en condiciones en la vía pública ni puede tener a siete cachorros recién nacidos».

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