¿Voluntarios? No, gracias |
(1802) |
NECESIDAD DE CONSOLIDAR REDES DE PROFESIONALES Y TÉCNICOS PARA OFRECER SERVICIOS DE CALIDAD |
Hace unos días, cierto alto cargo de la Generalitat Valenciana reclamaba a la Universidad que colaborasen de forma altruista, ofreciendo voluntarios para así regenerar y recuperar la degradada Albufera de Valencia... |
¿Voluntarios? No, gracias. * Exposición de: Antonio Marín Segovia. (Cercle Obert de Benicalap - Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro)
Esa obsesión por confiar que el voluntariado tiene la capacidad para atender y afrontar ciertos temas y situaciones que requieren diagnósticos rigurosos y soluciones integrales, es un error muy extendido hoy en día en el seno de la administración pública.
Consideramos que es un buen momento para recordar que los voluntarios desarrollan importantes labores de apoyo, pero nunca pueden sustituir o suplantar el trabajo profesional que corresponde a los técnicos y profesionales.
La preparación, capacitación y seguridad que tienen los verdaderos expertos y profesionales no puede ser nunca sustituida ni solapada por el altruismo puntual de un puñado de voluntarios.
El voluntariado es un recurso habitual que utilizan los políticos de forma obsesiva y sistemática, en aras a evitar la creación de verdaderos programas de servicios.
En consecuencia, el voluntariado es un procedimiento de actuación que impide el verdadero desarrollo y consolidación de actuaciones profesionales en temas vitales para la convivencia, dado que no ofrece soluciones estables ni respuestas completas a las situaciones que pretende resolver y/o atender
Recurrir y respaldar la existencia de cuerpos de voluntarios es sumamente perjudicial y negativo, constituyendo muchas veces un claro intrusismo en ciertas profesiones o actividades que conllevan riesgos y que precisan una dedicación exclusiva, una preparación y formación permanente.
Si de verdad queremos crear y establecer verdaderas redes de solidaridad, no debemos confiar en el voluntariado, pues no hay nada peor que la improvisación y la caridad circunstancial y esporádica para remediar o paliar las innumerables carencias y deficiencias que se detectan en nuestra dinámica y convulsa sociedad.
Existe la obsesión pública por potenciar el voluntariado en temas sociales, culturales, asistenciales, deportivos..., relegando a un segundo plano la consolidación de las plantillas de técnicos y profesionales que toda institución pública debe mantener en un nivel óptimo. Esa política por favorecer y estimular la improvisación y la solidaridad puntual y coyuntural, va siempre en detrimento de los afectados, de todos aquellos que demandan o solicitan recibir prestaciones y servicios de calidad.
Hace unos años se puso de moda la figura del voluntario como un remedio institucional para no responsabilizarse, económica y estructuralmente, de ciertas obligaciones, dejando en mano de la buena fe y de la ingenuidad de muchos ciudadanos, ciertos temas y asuntos que requieren ser abordados por equipos multidisciplinares.
Es un deber y una necesidad pública que la administración tenga unos recursos humanos y técnicos adecuados a las necesidades y urgencias que se detecten o se tengan previstas puedan emerger en un futuro inminente. Los voluntarios nunca pueden suplantar o sustituir al profesional, siendo meros elementos de apoyo circunstanciales en determinados eventos o crisis.
Pero, lamentablemente, algunos políticos siguen empeñados y obsesionados en evitar crear y consolidar redes de solidaridad y asistencia profesionales y eficaces. Por eso insisten, una y otra vez, en hacer llamamientos a la población para que se ofrezcan como mano de obra gratuita en determinados momentos.
Hay que decir un no rotundo a ese tipo de trabajos, pues el voluntariado es un trabajo no remunerado ni reconocido, siendo un enemigo de la justicia y de la solidaridad, dado que no permite la estabilidad y consolidación de verdaderos núcleos profesionales en áreas vitales para la convivencia y desarrollo humano.
Es urgente insistir en que el voluntariado es un parche, un remedio en ciertas situaciones de crisis, pero nunca puede ser una solución definitiva a problemas que requieren de soluciones y respuestas estables y diversas. No se puede acabar con la contaminación y expolio en espacios protegidos con un puñado de voluntarios. Hace falta contar con verdaderos equipos de profesionales, adecuadamente formados y dotados de todos los medios técnicos de última generación.
No hay nada peor que caer en ese servilismo o en esas modas que hoy en día son todos los voluntariados. Deben ser los profesionales del Medio Ambiente, los técnicos en Trabajo Social, los expertos en Salud... los que asuman y desarrollen las actividades precisas que demanda una sociedad tan dinámica y llena de conflictos como la nuestra.
Las presentes reflexiones no pretenden despreciar las labores de apoyo que puedan realizar en ciertas ocasiones los voluntarios, pero sí quiere dejar claro que nunca pueden sustituir o suplantar a los equipos de profesionales que deben asumir integramente la dirección y realización de labores destinadas a la seguridad y bienestar social.
No es aceptable reclamar que los ciudadanos comunes asuman tareas que corresponden a técnicos, pues si se fomenta el voluntariado en todos los temas vitales, se incrementa la precariedad y la improvisación. No es lógico confiar en que un grupo de personas, impregnados de buena fe y altas dosis de altruismo, se responsabilicen de la limpieza y cuidado de un lago como la Albufera. No es lógico ni tolerable, pues esos espacios naturales deben contar con unos recursos técnicos, humanos y financieros suficientes que les permitan la asunción y realización diaria de una serie de tareas, previamente programadas en base a unos diagnósticos técnicos... Igual que la seguridad de los montes, bosques y ríos no puede dejarse en manos de un puñado de jóvenes que han recibido una precipitada formación.
La administración pública no puede eludir sus responsabilidades y debe consolidar redes de asistencia y servicios de calidad, evitando caer en la precariedad que fomenta el voluntariado, pues así también se genera un nuevo malestar entre los verdaderos profesionales, aumentando el divorcio que ya existente entre ciudadanos responsables (que no ingenuos voluntarios) y las instituciones públicas.
No confundamos nunca lo que es y debe ser colaboración responsable en temas esenciales para mejorar nuestra convivencia, con el tan socorrido e instrumentalizado voluntariado, verdadero enemigo de la participación ciudadana y de la justicia socia
Para consolidar el bienestar colectivo y personal, los ciudadanos debemos disponer de una red eficaz y estable pública, dotada adecuadamente de recursos técnicos, financieros y humanos.
Las improvisaciones y el altruismo no son buenas medicinas para resolver los nuevas y graves epidemias que afloran constantemente.
Insertado
por: CERCLEOBERT (04/10/2004) |
Fuente/Autor:
Antonio Marín Segovia - Cercle Obert de Benicalap - Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro |
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Comentarios
Estimado Sr. Antonio Marín Segovia:
Leído la exposición que ha realizado, y habiéndola realizado en este portal dedicado a la divulgación y a la concienciación medioambiental con temas tan humanitarios como los que se trabajan aquí, lo primero que he hecho, ha sido ponerme en contacto con la dirección, para que eliminasen su exposición o le solicitaran la modificase.
Ya que no es interesante para nada “generalizar”, en un tema que creo sumamente fundamental para las relaciones humanas como es el VOLUNTARIADO. No debemos ponerlo todo en la misma cesta…
Otra cosa es que se haga uso abusivo (y estoy totalmente de acuerdo con usted) extendiéndose a áreas como las que usted expresa, que es el Gobierno responsable de la situación a la que se ha llegado y que debe asumir los compromisos laborales y profesionales de su inconsciencia y mala gestión ambiental, quiera lavarse la cara con el voluntariado. Y sí lo use y lo manipule ante la sociedad a su antojo.
Todo llegará… estamos empezando en todo esto… una sociedad donde cada vez, somos más los que pedimos que la gente se una a esta gran familia de solidaridad, de aprender, crecer y cambiar. Y aprenderemos a profesionalizar y a exigir que se profesionalice…
La otra cara es que muchos políticos que desean formar parte de la vereda VERDE, y solo se acuerdan de los voluntarios, cuando tienen que sacarse las fotos de campaña, o hacer una plantación del día del árbol, o quieren dar a entender que se preocupan enormemente de los incendios forestales en las épocas de más calor. ¿Donde están esos políticos en verano cuando hay que regar los arbolitos plantados en primavera valiéndose de los centros escolares y asociaciones fuertemente comprometidas? ¿Donde están las ampliaciones de presupuestos para esas labores culturales de educación de voluntariado que deberían crecer como la espuma, y cada vez se destina el dinero estrictamente necesario para cubrir la papeleta en una prensa pagada?
Donde están las iniciativas en los medios públicos que pagamos todos, para bombardear con mensajes de concienciación social, de promoción del urbanismo, de la tolerancia, de las ciudades limpias, sobre el reciclaje, sobre las asociaciones, ¿Dónde…?
Ya que es una cosa bien clara, que con las necesidades tan latentes hoy en día social y medioambientalmente hablando en el mundo, y la poca preparación de nuestros queridos funcionarios, “que no pueden con todo o no tienen demasiado entusiasmo por afrontar sus obligaciones adquiridas” (Y los que si quieren, no pueden por los tapones de sus superiores), es una gran contribución que mueve montañas. Y hoy no podemos prescindir de ellos en muchos países donde los estamos mandando. Por que la realidad, es que no hay nadie más… Eso sí, hay que gritar fuertemente ante los gobiernos para que se comprometan en profesionalizar cada vez más, estos servicios, catalogados por algunos como obligaciones sociales de la administración…
Es un orgullo de la humanidad, que la gente de todas las edades y condiciones, aún pueda aportar su granito de arena a mejorar el mundo, donde esté y con lo que sea. Hay tanto que hacer, que hacen falta muchas manos, pero muchas, muchas…
Donde te metas, hay desorden, necesidades básicas que le faltan a gente sin ninguna culpa que no eligió nacer. Y hay que ayudar y no podemos esperar a que la administración lo haga… siempre lo hace si hay presión popular, aunque aún, llega tarde y mal. Donde te metas hay corrupción y tapaderas, pero hay que trabajar para sacarlas y hacer despertar al mundo, para que acabemos con los que dicen que hacen, y no hacen nada…
En ese mundo del voluntariado, de las ongs y asociaciones culturales y de vecinos me he criado, y son muchos los que hoy mueven a muchas ONGS en este país y en otros, y es una cantera donde muchos se inician, dan sus primeros pasos de solidaridad con esta sociedad, y empiezan a preguntarse, ¿en que más… pueden contribuir al mundo? Por que saben que a la vida, le deben… no que se les debe… ¡Y esa es una gran diferencia de mentalidad… para empezar a cambiar!
Muchos se crían pensando que el mundo les debe, y se calientan la cabeza toda la vida, con que el gobierno, su ciudad, sus padres, sus amistades deberían hacer mucho por ellos… Una gran equivocación…
Si empezamos a pensar ¿que puedo yo hacer, por mejorar mi entorno y mi ciudad?, entonces un gran cambio universal se producirá, y cada uno en su sencillo rincón de esta tierra, empezará a cambiar su mundo.
Uno solo en su universal individualidad, no puede cambiar el mundo. Pero si se une a la utopía, de “si puede cambiar su entorno más cercano”, si que podrá… ¡Podemos hacerlo, y vamos a hacerlo!
Sr. Antonio Marín, ha sido un placer, entrecruzar con usted y los lectores, estas opiniones. Y gracias a Ibérica 2000 por su oportunidad y contribución. |
Nombre: Alberto Flores. Madrid. (04/10/2004) |
E-mail: albertoflores34@latinmail.com |
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Quien ha escrito este artículo no sabe ni comprende nada del movimiento del voluntariado. Es más, es beeligerante en contra de una actividad que llena los agujeros de ese queso de gruyere que es nuestra sociedad.Yo estoy en Cruz Roja. Estoy de acuerdo y es necesario que haya profesionales que coordinen y dirijan a los voluntarios, pero la administración no esta preparada ni con recursos suficientes para atender con profesionales todos los défecits sociales que hay en el mundo. Diría más, que tenemos en la puerta de nuestra casa y delante de nuestra narices. Claro que si el estado, las autonomías o los ayuntamientos están dispuestos a triplicar sus presupuestos para profesionalizarlo todo, estaremos de acuerdo. El autor, además, desconoce que la formación del voluntariado cada vez es constante, más exigente y más precisa en cada área donde se desenvuelve. Seminarios, cursos, encuentros, folletos, publicaciones y simulacros son el pan de cada día para la formación de los voluntarios. Muy mal me parece esta visión subjetiva y totalmente alejada de la realidad del autor del artículo y queda claro que desconoce la nueva visión del voluntariado que las principales ONGS estan desarrollando y lo que es peor, menoscaba y desprecia el esfuerzo y dedicación de miles de personas que donan su tiempo libre en favor de los desfavorecidos sin esperar nada a cambio. |
Nombre: Ernesto Romeu Bailac (25/03/2005) |
E-mail: romeubailac@hotmail.com |
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