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Pues eso forma parte de su estrategia permanente cuando no gobierna...

En España manda ahora oficialmente el socialismo. Mejor dicho, como socialismo es mucho decir, gobiernan oficialmente socialistas. Pero es un espejismo. Quienes en realidad, como siempre, mangonean abrumadoramente son los archiacomodados y los mercaderes financieros.

Están en el poder político en gran parte de Comunidades Autónomas y ayuntamientos; están en el poder económico aplastante, y están reforzados por el poder eclesial de los cardenales y los obispos.

Para colmo, una facción del partido socialista se revuelve contra la otra poniéndola en un aprieto en el asunto Vera que, como el de Dreyfus en Francia un día, lo está empozoñando todo aún un poco más. Y, por si fuera poco, el Aznar del lado más oscuro abofetea al presidente del gobierno, y por extensión a su país, acudiendo a visitar a quien ya le ha dado otra bofetada antes no dignándose a responder a la felicitación de aquél. Bofetada tras la bofetada...

¿No vemos que todo esto del terrorismo y de las ocupaciones territoriales criminales es el negocio privado del siglo para unos cuantos, para unas minorías? Aznar forma parte de la coartada que necesita el César pensando en la sensibilidad hispana. Aparenta dar el toque sólo emotivo y desinteresado que, fuera de Estados Unidos —allí es superflua—, precisa la ideología depredadora neoliberal.

Sea como fuere, interesado o no en el mismo negocio del visitado, Aznar no perderá ocasión para muecas como ésta. Tras la tramoya de Georgetown, seguirá cumpliendo su papel de procónsul del emperador en Europa hasta que el destino nos alcance...

Y es que cuando, en tiempos de tanta miseria por todas partes, el negocio personal y de un grupúsculo prevalece sobre todo lo demás y convierte a la política en otro negocio en sí misa, es decir, en una mera superestructura subordinada, no se puede esperar de gobernantes, y menos de ex gobernantes, gestos y actitudes dignos: todo está al servicio del negocio y hoy día a la de la “causa” del petróleo.

Y a todo esto, ¿en qué piensan los Roucos cuando en lugar de clamar a su cielo por lo que sucede en el mundo y en Asia a cuenta de la "causa neocons" —que, por cierto parece también la suya—, se dedican, como hizo ayer en la catedral de la Almudena de Madrid el cardenal, a arremeter frontalmente y con saña contra "ideologías calificadas de progreso"?

¿Qué el aborto y la eutanasia son asuntos de la sociedad y por lo tanto competencia también de su Iglesia? ¿Y no lo es por antonomasia el crimen de guerra continuado que un país, con la anuencia del partido español que lo apoyó y sigue apoyando, está cometiendo? ¿No está pidiendo a gritos esta tragedia permanente que cada día se le dedique una homilía en exclusiva para ver si clamando al cielo se puede detener el genocidio? ¿En qué y en quiénes piensa la Iglesia de sus príncipes —que no la iglesia de base y de los sacerdotes— sino, como siempre fue, en los bienaventurados del poder y del dinero?
Se han pasado diciendo que la prueba de que la Iglesia católica es la “verdadera” es su eviternidad. Pues cada vez somos más los que creemos le queda muy poco de vida... Y sería una pena por la función social que toda religión cumple.

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richart@telefonica.net
* Toda la información que este autor, tiene alojada en Ibérica 2000... (Enlace...)

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