| El Hogar-Escuela Eva Perón, cumple 50 años |
(2038) |
| ESTOS HOGARES, EN PELIGRO... ARGENTINA |
| Los Hogares Escuelas creados alli por la decada del %0 , por la Fundación Eva Perón , son el albergue de miles de niños con paders en situación de riesgo, separados, de escasos recursos. Los niños alli viven , se alimentan, educan cuidan su salud. |
Hoy Intereses estan apostando a su destruccion para apropiarse de sus bienes. La directora Marta Mendizabal, en el cumpleaños 50 dice lo siguiente:
De la directora E.G.B. 22
Sra Martha Josefa MENDIZABAL
Me es difícil dar a mi palabra toda la verdad del colorido, toda la emoción del sentimiento, toda la intensidad del entusiasmo que encarna este acontecimiento.
Hoy nuestro querido Hogar Escuela cumple sus bodas de oro, sus primeros 50 años de vida, por eso nosotros estamos aquí de fiesta, felices, exultantes, de pie, llevando en nuestro cuerpo todas sus me-morias para desearle, “Muy feliz aniversario y por muchos, muchos más.
Así como las personas, las instituciones tienen su historia, como proceso que se extiende en el tiempo desde su nacimiento hasta el momento actual.
Nuestro Hogar Escuela también lo tiene y es por eso que en el momento de su creación llevó el nombre de su fundadora “EVITA”.
Esa gran mujer que cruzo por la vida donándose pródigamente, dando con su propia existencia el más alto ejemplo de aquella doctrina que tanto pro-clamó y practicó por el bienestar de su pueblo.
Aquella mujer que no sólo dejo sus obras sino su mensaje revolucionario en palabras como estas “sólo basta que los pueblos nos decidamos a ser dueños de nuestros destinos”
Nosotros estamos convencidos que esta co-munidad educativa lleva inscripta en su subjetividad el encargo fundacional de la lucha por la justicia social, por la dignidad del pueblo trabajador y su derecho inalienable a la educación liberadora.
Nació bajo la tutela del Estado benefactor, en su momento para paliar las necesidades surgidas en el medio urbano por la gran afluencia de las corrientes inmigratorias del interior del país y países limí-trofes. En momentos pujantes en que la Argentina se industrializaba.
No siempre soplaron los vientos de bonanza de su hora inicial, permanentemente fue viviendo y acompañando el proceso histórico y social de nuestro país.
En 1.955 después del golpe militar de la mal llamada Revolución Libertadora pasó a depender del Consejo Nacional de Edu-cación que cambió su nombre por el del gran Maestro de América, Domingo Faustino Sarmiento, ese coloso que también fue ejemplo de lucha, que valoró la educación popular como fundamento de la libertad, de la paz, de la democracia y el progreso del país y a la escuela como el valor más sólido del porvenir na-cional.
Durante estos 50 años siempre se cumplió su cometido, miles de niños han pasado por sus aulas, han estudiado en sus bi-bliotecas, han jugado en su parque, le han dado vida y sentido a la institución de ejercer no sólo el derecho a la educación, sino realizarlo en un ámbito que le permite gozar de las condiciones básicas necesarias a través de una asistencia integral como así también de todos los servicios que conforman esta Institución “Servicio Médico”, E.O.E., Proyectos Deportivos, Artísticos, talleres de comuni-cación, técnicas agropecuarias, etc.
También forma parte de nuestra historia, las modificaciones que en su organización y conducción tuvo para mal o para bien esta Institución a través de las políticas educativas instrumentados en los distin-tos momentos históricos.
Es por eso que pese a que existen modernas corrientes sobre la desinstitucionalización, creemos que se debe realizar un análisis puntual tomando en consideración la decisión formulada en su momen-to para la creación de esta Institución y el contexto social actual que sumerge a las 2/3 partes de la población en la pobreza, marginación y exclusión social.
El Hogar Escuela no puede albergar a todos los niños que desearía, pero puede brindar educación integral a mil alumnos que verán concretada su expectativa de un futuro mejor. Rescatar de la cultura de la calle a mil niños argentinos que tienen la posibilidad de acceder a la edu-cación sin perder los vínculos con su núcleo familiar.
Estamos implicados en este proyecto educati-vo, consideramos que es válido, abierto y que debe actualizarse y modernizar-se, pero nunca abandonarse mientras no se implementen alternativas super-adoras.
Habitamos esta Institución y ella nos habita, está en nosotros, los relatos sobre ella incluye a quienes los hacen.
También es difícil hablar de ella no estando ahí y para hacerlo sería útil como alguien men-ciono en su momento “aprovechar el método de los antropólogos cuando se proponen describir una tribu.”
Sabemos que muchas veces no estamos a la altura de las circunstancias, que debemos modificar algunas prácticas y rutinas, debemos insistir aquí, sobre todo a las autoridades de diversas jerarquías y funciones, la necesidad de establecer espacios, en los cuales podamos infor-mar y aprender. A su vez no deberíamos dejar de considerar la presencia co-munitaria o social en la cual se desarrollo el proceso de institucionalización.
A nosotros sólo nos queda el compromiso de seguir trabajando, sin inquietarnos demasiado por las horas difíciles y por los obstáculos a sortear.
Ellos deben fortalecer nuestro espíritu con la fuerza de los que saben que es preciso continuar la acción en defensa de la escuela pública, de nuestra modalidad educativa, pues es justamente la Escue-la Hogar u Hogar Escuela el instrumento que permite para los sectores más postergados que no sea un mero discurso el principio de igualdad de oportuni-dad, desde el momento mismo de la formación del individuo y no desde su se-lección.
Esta conquista será tal vez la mejor ofrenda que podamos brindarle a nuestra querida Escuela Hogar.
Nuestra grandeza tendremos que hacerlo con nuestras mentes y nuestros músculos, con nuestros ejemplos y nuestros sacrifi-cios, “porque será argentina o no será de nadie”
* Toda la información de este autor, relacionada en Ibérica 2000... (Enlace...)
| Insertado
por: Huala Patagonico (16/12/2004) |
| Fuente/Autor:
Alejandro Beletzky |
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