¿Quién carga el fusil de Johny? |
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¿QUIÉN CARGA LOS FUSILES DE ESTAS CRIATURAS? |
Johny es un niño de Sierra Leona que juega a la guerra en vez de jugar a la pelota, como sería propio de un niño de diez años. Cuando tenía siete años le secuestró un grupo guerrillero. |
Primero fue utilizado como porteador de víveres y armas. Después, le entregaron un fusil y le enseñaron a disparar.
"Yo me encargaba del control de la carretera -cuenta Johny- y nadie pasaba sin mi permiso. Si alguien desobedecía mis órdenes, le matábamos. Un día mandé bajar a la gente que viajaba en un autobús. Colgamos de un árbol al conductor, lo degollamos, a la vista de todos. Los jefes nos daban las órdenes y nosotros las obedecíamos".
¿A quién responsabilizamos de todo esto? A los que venden armas... A los países que permiten que se vendan las armas...
En Sierra Leona y otros muchos lugares, miles de niños soldados, entre ellos Johny, practican una versión adulterada y macabra del ?juego de las prendas?. El juego consiste en escribir en unas papeletas el nombre de las distintas partes del cuerpo. Se meten los papeles en un macuto y por turno se van extrayendo. Según las reglas del juego, cada uno deberá amputar a un prisionero el miembro que aparece en la papeleta. Como los niños soldados no saben escribir, introducen en el macuto palos marcados significando los miembros del cuerpo.
Johny está perdido en esta guerra absurda. Las guerras, todas son absurdas, desconciertan a cualquiera y más a los niños. No entiende por qué unos llaman enemigos a los otros y se matan entre sí.
(Los enemigos declarados de Johny son el hambre, el analfabetismo y la malaria y los fusiles no pueden hacer nada contra ellos). Él sólo sabe que la guerra le da de comer (a un soldado nunca le faltará un plato de arroz) y que los señores de la guerra le han regalado el primer juguete de su vida: un fusil que dispara balas de verdad.
En una arriesgada operación, los misioneros javerianos rescataron a un centenar de niños soldados, entre los que estaba Johny. En un centro de rehabilitación, los misioneros les curan, con cariño, las profundas heridas del cuerpo y del alma. "No puedo dormir -explica Johny- porque sueño que la gente que yo maté viene a buscarme, con sus cuerpos llenos de sangre, y yo busco mi fusil para defenderme y no lo encuentro".
La mirada de Johny es la de un náufrago que se está ahogando en un río de aguas turbulentas y busca desesperadamente una mano a la que agarrarse. La mano se la han tendido los misioneros. "Mi madre me ha dicho que si me acerco a ella llamará a los soldados para que me maten. Está avergonzada por lo que hice y tiene miedo de mí".
Johny es uno de los 500.000 niños soldados que militan en las guerras de los mayores. ¡Quinientos mil! ¡No hay más comentarios!
Insertado
por: FelipeyCatyPironensa (19/01/2005) |
Fuente/Autor:
Conchita Melo desde Tortosa. |
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Comentarios
Yo conozco Sierra Leona,y es la triste realidad del pais,el horror esta en la mirada de miles de niños que fueron pequeños guerrilleros drogados y obligados a cometer los delitos que cometieron. |
Nombre: Maika Pares (13/06/2005) |
E-mail: infogunshot@wanadoo.es |
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