De cómo he despertado de un sueño político |
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ME INSPIRAN LÁSTIMA ESOS QUE ALARDEAN DE NO ARREPENTIRSE DE NADA. |
¡Cuántas veces en la vida una persona prudente comprende que debe rectificar! Yo también votaré No a la Constitución europea.
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Quizá porque me encuentro en la fase deconstructiva de la vida, no se resiente tanto mi orgullo por peripecias como ésta...
Mi posición inicial respecto a la Constitución europea se fundaba en la ilusionante idea de la Unión en sí. Comprendía que iba en detrimento de las especifidades del texto que se va a someter a referendo, peropodía más el sueño que cualquier otra consideración. La tan generalizada resistencia de la izquierda real que bulle en la Red me ha obligado a reflexionar y a ahondar aún más en el asunto. Y, con todo el dolor de mi corazón puesto que soy muy mayor y probablemente no veré una Europa verdaderamente compacta en el plano político, he de reconocer que el texto es una trampa que, me temo, se tienden a sí mismos también otros políticos europeos y franceses asimismo provectos, que desean alcanzar a cualquier precio su sueño de la idea paneuropea que es el mío. Cada cual presta atención a un aspecto más que a otros. Y muchos a todos. Yo he observado que el régimen de unanimidad para todas las decisiones capitales sobre política exterior sirve en bandeja a Inglaterra el bloqueo que su socio yanqui necesita para seguir dominando la escena política y su guiñol. Y de paso me fijo que lo mismo sucede con la fiscalidad y el gobierno económico: el neoliberalismo infame progresará gracias a esto. No puedo ni debo permitirlo... La derrota de la mayoría cualificada que el alemán Elmar Brok reclamaba frente a la unanimidad preinstituída final, no me permite canjear mi sueño por la segura hegemonía institucional de Estados Unidos en el planeta a través de ese texto.
Si bien a lágrima viva, también yo me uno al NO a la Constitución europea. Rectificar no es necesariamente de sabios: es de sabios o de locos... según la frecuencia. Confío en que si no paso por lo primero, al menos tampoco se me tome por lo segundo. Lo que sí me consuela es el encaje final en mi espíritu de todas las piezas de este, para mí , sueño y rompecabezas. Y también me consuela, que emulo de alguna manera con ello a aquel senador de la antigua Grecia, que tantas veces cito, que salió del senado dando saltos de alegría porque había sido elegido otro ciudadano con más merecimientos que él. Más merecimientos hay ya, sin duda, en la idea del No que en la idea del Sí. Es posible que todo ello sea también efecto de ser y de sentirse uno absolutamente independiente...
Insertado
por: Jaime Richart (22/01/2005) |
Fuente/Autor:
-Jaime Richart |
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