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-La actualidad de los acuerdos políticos a nivel internacional sobre la energía eólica, han llevado a los diferentes países que participaron en los acuerdos de Kioto, a fomentar la presuntamente alternativa eólica como forma de energía renovable, cuya participación en la incidencia de generación de nuevas energías hiciera factible la consolidación de opciones que preservaran el medio ambiente.

Esta tésis, inicialmente correcta en su filosofía, ha venido obligando a los distintos gobiernos a una programación de instalaciones repartidas por la geografía nacional cuya incidencia en el medio ha sido contestada por los diferentes colectivos y sociedades, en una franca oposición respecto a ubicaciones que lejos de promocionar los postulados iniciales, suponían una "devastación" del territorio y naturaleza que se quería preservar.

Ssi bien es verdad que frente a la energía atómica o de combustión, podría parecer menos perjudicial ésta eólica, tambiién lo es que existen, una vez "levantada la bandera", intereses millonarios en la fabricación de infraestructuras y producción de la propia energía, que en muchos casos ha resuelto desaprensivamente en favor de intereses muy particulares y menos generales de lo que se pretendía.

Se hace necesario, en este plan político, cuyos acuerdos fueron intensamente "contestados" por grupos de oposición en su día, subjetivar cada acción al entorno en el que se produce.

Y no hay mejor forma que contar con la población. comunidad y entorno en el que se pretende instalar, como primer paso de manifestación de voluntades e INTERES GENERAL, que es lo que se pretende con este tipo de energías renovables.

Si como consecuencia de una intención - repetimos - , presuntamente ideal de la defensa del medio y un desarrollo sostenible, se llevan a cabo acciones e instalaciones eólicas que perjudican gravemente el entorno ambiental donde se producen y sobre todo el desarrollo y futuro de poblaciones, entonces, no tienen sentido dichos postulados y menos una acción política que pretenda defender los derechos de sus ciudadanos y región o nación.

Este podría ser el caso que nos ocuapa en una localidad ( Tarifa) pionera en las instalaciones eólicas, junto a países más desarrollados en tecnología como lo es EE.UU.

En la actualidad, estos países que promovieron esta forma de energía sin un criterio equilibrado, hoy en día se manifiestan gravementee perjudicados por la afectación de las instalaciones eólicas en su territorio.

Tarifa, además de pionera, es en la actualidad punto de mira de las empresas instaladoras de molinos de viento. Al punto que gracias a una generosa manifestación de la naturaleza, el viento sopla con solvencia y ello atrae la feroz ansia inversionista a bajo coste de este tipo de instalaciones industriales.

Parece ser, que dado el retraso en el que se encuentra la Comunidad Andaluza y más Cádiz en relación a los planes previstos y cotas de instalación eólica adjudicada, cualquier sitio vale.

Pero casualmente, o mejor dicho, por voluntad propia, hoy los vecinos de una de las zonas más virgenes de Andalucía - Punta de Tarifa a Cabo de Trafalgar - dicen nó a más instalaciones eólicas.

Almarchal, La Zaruela y Zahara de los Atunes, se han unido para evitar el desastre ecológico y natural de unas tierras y hábitat, que es una de las más importantes vias migratorias de la avifauna que existen en nuestro país.

No son compatibles los molinos - más molinos, porque ya hay sobresaturación de ellos - con el deseo de la población, que ve su futuro hipotecado por falta de sensibilidad técnica en relación a los estudios y directrices de las Consejerías responsables de Industria, Medio Ambiente e Innovación, Ciencia y Empresa, cuya administración no se para, sino a cumplir con objetivos políticos establecidos desde el Gobierno Andaluz en sus competencias al respecto.

No obstante, sí existen alternativas y sí existen áreas, cuya incidencia no resulta tan grave como en las zonas referidas. Pero a veces, estas ubicaciones, chocan de frente con los intereses del negocio - que también lo es - de empresas "particulares", cuya vinculación con la materia energética, no consiste sino en la explotación del medio para la mayor rentabilidad empresarial.

Para parar acciones que no responden al INTERES GENERAL, es necesario un posicionamiento político, cuya preocupación sobre el terreno, demuestre la ecuanimidad de los valores defendidos y la afectación grave de los colectivos ciudadanos y de poblaciones enteras, cuya voluntad ya se ha manifestado.

Hoy, no se cumple esta preocupación, o mejor dicho no se cumpliría si, a pesar de las contínuas manifestaciones y las alegaciones presentadas ante los organismos competentes, no se para la instalación de más parques eólicos en Almarchal, La Zarzuela y Zahara de los Atunes.


A favor está la decisión del pueblo gaditano que ha dicho nó a la instalación de los parques para esta zona, según como están diseñados.

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