Hace falta una gran generosidad |
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HABLANDO UN IDIOMA ÚNICO |
-Es curioso: vendrá un día no muy lejano en que, si uno de nosotros nos sentimos amenazados por el terrorismo islámico, a indicaciones de un juez, tendremos que abandonar nuestros domicilios para siempre y marcharnos a ninguna parte. Un sinnúmero de atemorizados vecinos pondrán sus miedos--como denuncia--ante la autoridad anteriormente mencionada, y dicha autoridad para satisfacer esos miedos -incontrolados y contagiosos-, dictará la sentencia correspondiente para que el abandono del domicilio sea ejecutivo. Triste y mala sentencia de su señoría, pero así será... si no llegamos a curarnos en salud, y erradicar de Europa-de una vez para siempre-, el terrorismo islámico.
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- “Entre todas las cualidades que distinguen a un ciudadano en su patria figura el comportarse de modo más liberal y magnánimo que todos los demás, especialmente en los edificios públicos, como iglesias, monasterios y casas para los pobres, enfermos y peregrinos.” MAQUIAVELO, Pensiere, I, 25.
Y es que Europa ha contraído un reto de salvación, que consiste en crear una sensación de camaradería e unión entre los diferentes países que forman la UE( Unión Europea), respetando, en todo momento que se hablen las diferentes lenguas vernáculas existentes. El Parlamento europeo es un enorme portaviones que lleva en su interior promesas, conclusiones, razonamientos que, al final, han de decidir lo que es bueno para Europa, y, como consecuencia para los europeos: y todo ha de configurarse hablando 23 lenguas oficiales que, bajo el sistema de traducción simultánea, se han de convertir en una sola: la lengua de la generosidad–uno diría que hace falta una gran generosidad–,que hable en nombre de todos los hombres/mujeres que constituyen y han de constituir la esperada UE. Es decir: los futuros Estados Unidos de Europa.
Y esta generosidad se consigue comportándose de forma y manera más liberal y comprometida entre los distintos países europeos, ósea se, que éstos sean iguales en el terreno jurídico, en el terreno económico, en el terreno social...Hablamos entonces del “...comportarse de modo más liberal y magnánimo que todos los demás(...)”, expresado por nuestro filósofo e historiador Maquiavelo.Pues todos sabemos que tanto más nos debilitamos cuanto más se crean situaciones de exclusión política, cuanto más crecen las circunstancias de exclusión social, cuanto más se desarrollan ocasiones de exclusión racial...
Porque hoy por hoy tenemos serios problemas–aunque sean circunstanciales–, cuando tratamos de admitir a Ucrania y Turquía como naciones integrantes de la UE. Y esto no es una noticia buena, ya que nosotros creemos–uno entiende–, que la integración de los aludidos países reforzarían la cohesión y fuerza de nuestra definitiva UE.
Debemos, en todo momento, tratar de entendernos – e insisto una vez más–, hablando un idioma único y mundial: el idioma de la generosidad. Y esto es así. Porque uno piensa que, aunque se hablan sobre 23 lenguas aproximadamente en la Unión Europea, no debemos olvidar lo que Goethe expresó (Maximen und Reflexionen, 2.): “ El que no conoce idiomas extranjeros no sabe nada del propio”.
Y el ejemplo de lo que afirmo lo tenemos presente en la República de Sudáfrica : en esta nación africana se entienden y se respetan–conversando en su Parlamento–,al emplear 11 lenguas oficiales ( Afrikáans, Inglés, Ndebele, Sesotho, Sesotho sa Leboa, Swazi, Tsonga, Tswana, Venda, Xhosa y Zulú, respectivamente).No silenciando ni por un momento que, muy a pesar nuestro y de otros países, hemos de reconocer que es la primera potencia económica del Continente africano.
Otro problema que afecta a la Unión Europea en los momentos actuales lo constituye el terrorismo: el terrorismo fundamentalista islámico. Cuando pasaron los hechos luctuosos del 11–S, no sacamos las correspondientes lecturas del citado suceso: poner nuestras fronteras a buen recaudo, tamizando los posibles huecos–que los había–, en nuestros puertos, aeropuertos, ferrocarriles y carreteras. Y es que lo ocurrido en el 11-S (EE.UU.), muy a nuestro pesar, se gesto y se seguirá gestando en naciones-territorios- europeos. En las ciudades hay muchos Abdulah, Musafa, Yasser... dispuestos a morir, si así se lo indican, en cuestión de pocos segundos y empleando técnicas “kamikaces”: basta con sujetarse a la cintura un pequeño número de pequeñas bombas, saltar por los aires, y asunto concluido.
Es curioso: vendrá un día no muy lejano en que, si uno de nosotros nos sentimos amenazados por el terrorismo islámico, a indicaciones de un juez, tendremos que abandonar nuestros domicilios para siempre y marcharnos a ninguna parte. Un sinnúmero de atemorizados vecinos pondrán sus miedos--como denuncia--ante la autoridad anteriormente mencionada, y dicha autoridad para satisfacer esos miedos -incontrolados y contagiosos-, dictará la sentencia correspondiente para que el abandono del domicilio sea ejecutivo. Triste y mala sentencia de su señoría, pero así será... si no llegamos a curarnos en salud, y erradicar de Europa-de una vez para siempre-, el terrorismo islámico.
Hemos de entender los ciudadanos europeos, aunque hablemos idiomas diferentes, que quizá el idioma inglés–hablado por la mayoría de los integrantes de la U E–, sea nuestra salvación, y claro está–volviendo a insistir sobre el mismo tema–, practiquemos lo que nos enseñó Maquiavelo: “...comportarse de modo más liberal y magnánimo que todos los demás(...)”. Que es lo mismo que decir: ¡ Seamos generosos!, porque “ hace falta una gran generosidad” para entender, comprender y escuchar a nuestros hermanos europeos, dado los diferentes idiomas–muchos de ellos complicados en cuanto a escritura y pronunciación–, que se hablan dentro del Parlamento europeo.
La Coruña, 26 de octubre de 2007
* Mariano Cabrero Bárcena es escritor. Copyright
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por: Mariano (26/10/2007) |
Fuente/Autor:
-Autoría propia / Mariano Cabrero Bárcena |
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