Las cárceles capitalistas |
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EN ESPAÑA HAY 156 PRESOS POR CADA 100.000 HABITANTES... |
Cuentan que en España hay 75.212 presos, y que una veintena de cárceles españolas están al 200% de su capacidad. |
En España hay 156 presos por cada 100.000 habitantes, lejos de la media europea de 102 internos. En los Países Bajos hay cuatro mil celdas vacías, mientras que aquí la población reclusa dobla las disponibilidades del espacio penal. En Estados Unidos, en 2007, estaban encarceladas 2,3 millones de personas, un porcentaje de 762 encarcelados por cada 100.000 habitantes. Se trata de la "ratio" más alta del mundo. En Reino Unido, la relación es de 152 presos, en Canadá de 108 y en Francia de 91 por cada 100.000 habitantes.
Las cárceles españolas están a rebosar porque España, de las naciones de cultura judeocristiana es, con Estados Unidos, el país más intolerante del globo después del talibán. El caldo de cultivo es archiconocido. La inclinación de este país a la venganza trapera y a la intransigencia proverbial del catolicismo vaticano han hecho, y siguen haciendo, estragos. Las buenas o malas costumbres están labradas por el tremendismo catolicista.
Ese despiadado verdugo hace del pecado delito e infecta a los legisladores del judeocristianismo. Y si no, para eso están los jueces. Aún quedan en el Derecho penal residuos históricos de la intolerancia religiosa y clerical. Y si el legislador se ha propuesto, dificultosamente, ser tolerante, ya aparecerá ese juez puntual eligiendo la opción más severa cuando el reo es un plebeyo, y la que más le favorece si es patricio. Sobre todo cuando el delito es económico. No olvidan, ni jueces ni legisladores, que, además de catolicistas por decreto sociológico, somos capitalistas y adoradores del dinero, y que al dinero público tienen derecho los más listos.
Por eso siempre se encuentran resquicios y atenuantes para los malversadores y los grandes estafadores; y por eso, la sociedad nunca consigue que le reintegren los caudales de los que se apropiaron. Los ejemplos son multitud. Los catolicistas, que en el primer tercio del pasado siglo se conviertieron al fascismo, pasando ahora por "conservadores" o "liberales" según la circunstancia, jamás han entendido que el segundo mandamiento del Decálogo mosaico, "amarás a tu prójimo", significa "déjale en paz". Al contrario... Y si ellos no gobiernan, presionan lo suficiente como para que el talante que se vive en sociedad sea similar a la atmósfera que se respira cuando sí gobiernan.
Las cárceles españolas están repletas a causa de la intolerancia: de la ley o del juzgador. Al menos a la luz de la justicia universal. Y sin embargo, no están los que debieran... Déjense a un lado las tretas leguleyas, y véase por qué están en prisión miles de vascos.
El caso es que entre la intolerancia típica española y la "tolerancia cero" asestada actualmente por el anglosajón, y secundada por sus turiferarios, dos tercios del mundo es sospechoso.
Y es que los patricios se defienden del acoso psicológico y progresivo de indómitos, hambrientos y marginados que, pese al temor cerval que les inspiran, no tratan más que de sobrevivir... Mejor dicho, más que defenderse, lo que hace la plutocracia y el sistema enalbardado a ella es adelantarse, a base de intolerancia y antiterrorismo de un terrorismo inventado, contener la reacción sinérgica de la Humanidad que el día menos pensado habrá de producirse contra ellos.
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por: Jaime Richart (28/04/2009) |
Fuente/Autor:
Jaime Richart |
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