Historias para no dormir |
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POR ESOS MUNDOS DE DIOS... |
-Mariano Cabrero:Los jóvenes les comentaron que lo iban a pasar muy bien. Que sabían de un buen rollo y gratis. Corría el vehículo a gran velocidad, y del interior salía música estridente a toda pastilla. Sobre las 23.55 h, después de atravesar una arboleda semicircular llenas de hojas verdes, llegaron a un enorme hangar, se bajaron y subieron a un ascensor que bajó. Se abrió la puerta, y en una antesala el camarero les sirvió a todos una especie de vermú con aceitunas, caviar, salmón ahumado... |
-Sandra, Tamara y Jessica salieron el viernes 23.00 h, como todos los viernes, con el propósito de tomar unas copas con sus amigos. Llevaban sus neceseres en orden: barra de labios, píldoras anticonceptivas, globos protectores para el instrumento... –pues no es más que un instrumento, más grande o más pequeño, pero instrumento al fin y al cabo–procreador masculino, DNI y 50 euros. Paró un coche con conocidos. Les dijeron los tres del coche: “¡Subid! ¿A dónde vais?”. “A dónde vayáis vosotros”, contestaron.
Los jóvenes les comentaron que lo iban a pasar muy bien. Que sabían de un buen rollo y gratis. Corría el vehículo a gran velocidad, y del interior salía música estridente a toda pastilla. Sobre las 23.55 h, después de atravesar una arboleda semicircular llenas de hojas verdes, llegaron a un enorme hangar, se bajaron y subieron a un ascensor que bajó. Se abrió la puerta, y en una antesala el camarero les sirvió a todos una especie de vermú con aceitunas, caviar, salmón ahumado...Les indicó que se pusiesen unos pasamontañas negros autoadhesivos. Al poco las jóvenes acompañantes se esfumaron.
Sandra me narró lo anterior, quien en compañía de las otras dos muchachas también desapareció. Mi pareja sentimental y yo fuimos en un taxi con cristales oscuros. Con los ojos sellados con esparadrapo, y con nuestros relojes parados y sin pilas. Nos llevaron a una sala semicircular, y en el centro aparecieron tres jóvenes completamente desnudas. Podrían tener entre 17 y 22 años, pues la hermosura de sus cuerpos a sí lo denotaba. Bailaban dentro de un aturdimiento de movimientos. Aparecieron tres hombres maduros–que ocultaban sus rostros con pasamontañas de tela fina negros–, que sodomizaron a las tres jóvenes, llevando a cabo toda clase de sevicias sexuales. Desgarradores gritos salían de las gargantas de las tres infelices muchachas.
Los que estaban sentados en el salón y proscenios consumían cocaína, esnifándola por sus narices. Mi pareja y yo abandonamos el recinto ante tal salvaje espectáculo, volviendo en el mismo taxi que llegamos, y con los ojos bien tapados.
A los pocos meses apareció en prensa que “tres jóvenes habían aparecido muertas, con indicios racionales corroborados por el forense-, de haber sido violentadas sexualmente”. Me dijo mi pareja sentimental que debíamos denunciar lo que presenciamos. Le contesté que poco o nada podíamos notificar: denunciar el lugar en que estuvimos y que desconocíamos, nuestros relojes –ya sin pilas– se pararon a las 23.05 h, y todos los presentes se hallaban con rostros tapados, así como aquellos insaciables enfermos hombres maduros, que protagonizaron el espectáculo macabro. Al final, acudimos a la Policía… Éste fue mi primer sueño que...pudo llegar a ser una realidad.
Mas tarde, y así lo pensé, llegué a la conclusión de que, el narrador que todos llevamos dentro, había descubierto una de las muchas ‘historias para no dormir’, que circulan por esos mundos de Dios…
La Coruña, 26 de junio de 2009 Mariano Cabrero Bárcena es escritor Copyright
Insertado
por: Mariano (26/06/2009) |
Fuente/Autor:
-Autoría propia/Mariano Cabrero Bárcena |
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