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POTENCIAR EL SALVAMENTO REGULANDO EL RESCATE CANINO
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-Considero extremadamente importante destacar las graves consecuencias que actualmente está implicando el hecho de que estén interviniendo Equipos Caninos ( Guías – Perros ) cuyo nivel de eficacia para localizar posibles supervivientes sepultados en derrumbamientos, es visiblemente nulo o muy deficiente.

¿ Qué debería exigirse exactamente a un Equipo Canino, para considerarlo oficialmente operativo y que consecuentemente intervenga en siniestros con unas ciertas garantías ?.

Para responder a ello, describiré en líneas generales algunos de los puntos esenciales que han de evaluarse, bajo mi criterio personal forjado tras años de rigurosa investigación, experiencia dirigiendo múltiples intervenciones en siniestros, de búsqueda y rescate (en exterior o espacios confinados), y asumiendo oficialmente la formación especializada de Equipos Caninos de Rescate en los principales Servicios de Emergencia de numerosos paises:

a) El perro durante la operación de búsqueda en derrumbamientos ha de presentar de forma contínua, una intensa línea de atención dirigida a la posible captación de moléculas olorosas humanas en el aire, que puedan permitirle conducirse con rapidez y precisión, hacia el foco de emanación odorífera de la persona sepultada, pues de no ser así ( ejemplar afectado por distracciones ante cualquier estímulo desviatorio, como puede ser el propio Guía por ejemplo, deficiente motivación... ), los respectivos dispositivos de recepción-elaboración olfativos no reaccionarán adecuadamente ante el flujo odorífero humano, aunque este presente niveles fisiológicamente perceptibles para el olfato del ejemplar y consecuentemente en caso de existir una o más personas con vida sepultadas, no serían captadas ni señalizadas.

Además he de puntualizar que soy firmemente partidario de que el Perro de Rescate reaccione señalizando exclusivamente ante la captación del estímulo discriminatorio “mezcla gaseosa proyectada en la espiración por personas vivas sepultadas” ( monóxido de carbono, dióxido de carbono, nitrógeno, amoníaco, metano, acetona.... ).

El perro tras su formación específica ha de incluir de forma muy definida en su almacén memorístico el olor base genérico de la citada mezcla, de forma que una vez captado e identificado en un siniestro, reaccione mediante ladridos indicándonos la zona donde se encuentra un superviviente sepultado. Debe considerarse especialmente, la obvia necesidad de que el perro señalice exclusivamente personas con vida sepultadas y no reaccione ante el flujo de olor de la persona fallecida, donde no identificaría la mezcla odorífera de espiración alguna.

El ejemplar que no discrimine, generalizando la captación y señalización sobre personas con vida y fallecidas ( existiendo centenares de cadáveres en ocasiones ) desviará y lentificará gravemente el prioritario objetivo de rescatar los posibles supervivientes. De hecho nuestras operaciones de intervención, en áreas afectadas por movimientos sísmicos por ejemplo, se caracterizan por librar una frenética lucha contra reloj, intentando batir el máximo número de edificios derrumbados, durante el breve espacio de tiempo disponible (media de tres dias), el cual termina cuando las autoridades de la región siniestrada ordenan por diversas causas, la finalización de las operaciones de búsqueda y rescate para iniciar las demoliciónes indiscriminadas con el contingente de máquinas excavadoras y similares.

b) Por otra parte el perro ha de experimentar un impulso motivacional respecto al desarrollo de las búsquedas especialmente sólido, manteniendo al máximo de sus posibilidades sico-físicas, los necesarios niveles de intensidad, perseverancia y concentración.

Una adecuada y metódica formación ha de evitar por ejemplo, el riesgo de que el ejemplar sea susceptible de afectarse fácilmente por un perturbador estado de frustración, tras la realización de varias batidas sin éxito en la consecución del objetivo ( captación del flujo odorífero de personas con vida sepultadas ).

El ejemplar que no posee el consistente grado de motivación descrito, tampoco debería considerarse operativo para intervenir.

c) Conducta de trabajo en espacios confinados.

Al igual que en búsquedas exteriores, para considerar operativo un ejemplar como Perro de Rescate en Catástrofes, ha de presentar también un alto nivel de concentración durante las operaciones de búsqueda en espacios confinados, asociado al suficiente estado de seguridad, carente de interferentes síntomas de inhibición o estrés ( que afectarían gravemente al necesario nivel de concentración en el acto olfatorio, estratégico desplazamiento o a la pauta de señalización, aunque el espacio a batir sea de mínimas dimensiones y con un reducido o incluso nulo nivel de visibilidad).

Efectivamente, las Unidades Caninas de Rescate (UCR) existentes en el mundo, independientemente del tipo de vinculación institucional (Bomberos, Policía, Ejército, Protección Civil, Cruz Roja, ONGs,Asociaciones...) pueden clasificarse, desgraciadamente, en dos bloques vitalmente diferenciados :

a) Las UCRs que sólo permiten adjudicar la condición de aptitud operativa, a aquellos equipos caninos (Guía + Perro) cuyo nivel de efectividad se ha verificado como realmente suficiente, para afrontar las diferentes operaciones de búsqueda, localizando y señalizando los supervivientes sepultados (cuyo grado de emisión odorífera está comprendido entre los valores factibles del umbral perceptivo canino) y que han sido oficialmente certificados tras la superación de un curso bajo un sistema constatadamente eficaz y consecuentemente oficializado.

b ) Las UCRs, que , consideran “aptos para intervenir” a equipos caninos cuyo estado de efectividad real es peligrosamente deficiente (por diversas causas), circunstancia esta, visiblemente patente, ya sea en simulacros o intervenciones en siniestros y en las cuales obviamente urge que intervengan las respectivas Administraciones, para subsanar progresivamente dicha circunstancia, con la instauración y rigurosa aplicación de una positiva regulación oficial al respecto, la cual, se indica más adelante.

¿ Qué sucede cuando los derrumbamientos con posibles personas sepultadas, son inspeccionados por equipos caninos indebidamente utilizados como “aptos para la intervención”?

Obviamente, que en aquellos casos donde existan personas, aún con vida sepultadas, no serán señalizadas por dichos perros, cuyo insuficiente nivel de concentración, motivación u otro tipo de deficiencias, impedirán que capte y señalice los inherentes focos de flujo odorífero. Seguidamente el edificio siniestrado en cuestión, será desestimado y consecuentemente la persona/s atrapada, no visible ni audible, pasará a engrosar el número de víctimas mortales, ya sea por causas clínicas (traumatismos, deshidratación...) o finalmente presa de la indiscriminada y violenta remoción de escombros con la maquinaria pesada.

Los Organismos de Emergencias y Ministeriales competentes de los distintos Gobiernos, especialmente de aquellos paises afectados por un alto grado de peligrosidad sísmica, habrían de interesarse e implicarse, como ya han hecho en algunos paises, con la menor demora posible, por instaurar o consolidar un dispositivo oficial, con carácter permanente y suficientes garantías de eficacia, en lo que respecta a la detección con perros de supervivientes sepultados frente a cualquier tipo de siniestro (explosión, seísmo...).Y para llevar a efecto este avance de forma adecuada y segura, resultará fundamental :

- Aprobación Ministerial de un Método como el sistema oficial, a adoptar por el respectivo pais, para la formación e intervención de equipos caninos de rescate en catástrofes.

- Implantación de un programa oficial de formación y reciclaje, técnicamente riguroso ,exigente y estrictamente funcional para equipos caninos de rescate en catástrofes.

- Y por último, inclusión coordinada en los respectivos Planes de Emergencia de un protocolo de activación-intervención, a nivel nacional e internacional para el dispositivo de equipos oficialmente certificados como operativos.

Prioritariamente en los paises afectados por un alto nivel de riesgo sísmico se debería disponer de un dispositivo de estas características que permita una respuesta casi instantánea, in situ, frente a la ocurrencia de estos tipos de siniestros, considerando que durante el periodo de tiempo transcurrido desde que se producen los sepultamientos hasta que se inician las intervenciones de equipos de apoyo extranjeros, suelen fallecer de forma inevitable, la mayoría de los supervivientes sepultados, principalmente por ignorarse las ubicaciones de los mismos.

Los equipos caninos de rescate en catástrofes que realizan el curso oficial de especialización bajo el método Arcón, han de demostrar reiteradamente y entre otros aspectos, las características conductuales de trabajo, antes citadas, para poder ser certificados en Nivel II (acreditación oficial que certifica la condición de Guías o Perros de Rescate operativos tras culminar adecuadamente todo un complejo y exigente proceso formativo).

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>> Autor: ARCÓN (20/04/2005)
>> Fuente: -Jaime Parejo García


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