CASCADAS DE HIELO EN LA FRONTERA. Un paisaje de picos blancos y acristalados relucientes (Huesca-Francia)
A primer golpe de vista, sorprende el valor que demuestran estos hombres y mujeres al afianzarse cómodamente a esta superficie que de forma aparente, parece delicada y frágil pero no, no lo es en absoluto. Nos sentamos en una roca y permanecemos espectantes, a la espera de ver el desarrollo de los acontecimientos. Un mundo congelado, que te rodea mires donde mires...
Tan solo pasar la frontera por el túnel de Bielsa al que accedemos por Barbastro (principios mes de marzo en que ha caído una gran nevada y las temperaturas han descendido en picado), encontramos todo un espacio repleto de coches aparcados a una y otra parte de la carretera. Un terraplén da pié a un descansillo de conducción en la misma raya de frontera, y nos paramos a curiosear. Cada paisaje en el Pirineo puede traernos una sorpresa, y esta vez la cosa tiene agarre.
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Un lienzo de las entre-cortadas montañas cargadas de nieve nos rodea, y al fondo por un inmenso barranco se pierde en descenso la carretera hacia la vecina Francia. Las estaciones de esquí Piau Engaly y Saint Lary Soulan no están muy lejos.
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(Imágenes de Ibérica 2000 - marzo 2010)
Una raza diferente... que busca constantemente superarse a sí misma.
En los 3 próximos años se va a remodelar por completo este "Túnel de Bielsa-Aragnouet" que fue de los primeros construidos en el Pirineo Estado Español. Habrán obras que tendrán cerrada la circulación Francia-España durante varios meses al año, y por completo. (Conviene llamar para informarse de los meses de cierre, para evitarnos sorpresas imprevistas...)
Nos sorprende encontrar todo tipo de personajes que descienden de sus coches y se avituallan de vestimentas, que con raquetas y esquíes colgados de mochila, se encaraman a una extensa y empinada vaguada hacia el oeste (Valle de Agullette), que presenta un espacio muy apetecible para el esquí-alpino. Una procesión de aventureros se puntillean allá a lo lejos, y se emborronan a la vista con tanto blanco nevado. Otros llevan su plancha de snow a cuestas, y se pierden en menos de una hora sobre las cimas. Pese a diversos aludes desprendidos y bien destacados, parece que el lugar no presenta demasiados peligros.
Algunos niños con sus padres juguetean con sencillos trineos de plástico en las cercanías de la carretera. Un ambiente cordial se respira en el lugar entre gentes de ambos países que se encuentran en este punto, a compartir un buen día soleado. Hoy las predicciones marcan buen tiempo.
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Los materiales para la escalada en general, para la espeleo y para la alta montaña, en tan sólo 20 años, han experimentado una evolución de forma imparable... pudiendo superar nuevos retos marcados, y alcanzar nuevas cumbres inóspitas.
Por otro lado, bajan de una auto caravana un ejercito de personajes con casco de montaña, que nos llaman la atención. Empiezan a extender sobre el suelo cuerdas, arneses, mosquetones y tornillos que despiertan cada vez más nuestra curiosidad. Aparentemente no se divisan paredes ni cortados para practicar la escalada en estos entornos, pero totalmente equipados con grampones y arneses de los que les cuelgan media docena de mosquetones, entre amena tertulia en español, se ponen en marcha ascendiendo por una barrancada repleta de nieve, que se pierde por la parte izquierda a la entrada al túnel.
Curioseamos, nos ponemos nuestros grampones bajo las botas y con cámara en la mochila seguimos aquellas huellas. En menos de 15 minutos descubrimos una reunión de individuos colgados a la pared y a martillazos se pegan a la roca como si estuviesen grapados. Un sin fin de canelones de hielo chorretean congelados por doquier, adornando de forma especial la escena blanca por naturaleza.
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Todo un espectáculo precioso y extraño. Son escaladores que buscan cascadas de hielo. Han cambiado las paredes tradicionales de roca por la del cristal. 15 grados bajo cero marcaba un termómetro en uno de los vehículos. La solidez del hielo parece estar asegurada a esta temperatura, a unos 1.700 metros de altitud. El Sol apenas entra débilmente anaranjado en este barranco a primeras horas de la mañana, donde una docena de cascadas de agua que descienden de esta parte del macizo rocoso se alinean a lo largo de una magistral pared. Coladas azules-turquesa quedan suspendidas al vacío en los desplomes, expuestas como verdaderas piezas de museo allá en lo alto. Muchas miradas husmean cada rincón, y los esquiadores que descienden por este collado de paso, se paran por unos instantes a curiosear.
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Las coladas cambian de color dependiendo de la posición del Sol a lo largo de la mañana. Por ellas trepan y pican los escaladores para afirmarse al hielo.
Un ambiente familiarmente social para los montañeros acostumbrados, pero fuera de lo común por el medio hostil en que nos encontramos. Todos tapados hasta las orejas ya que hace un poco de ventisca, un frío de los fríos, y la nieve en polvo desciende por la ladera a rachas arrastrando sombreados que se mueven como fantasmas.
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A primer golpe de vista, sorprende el valor que demuestran estos hombres al afianzarse cómodamente a esta superficie que de forma aparente, parece delicada y frágil pero no, en absoluto. Nos sentamos en una roca y permanecemos expectantes, a la espera de ver el desarrollo de los acontecimientos.
Varios grupos diseminados en diversas cascadas heladas. En cada grupo una cordada, uno que trepa, afianza la cuerda a tramos con tornillos que parecen enroscar; ya desde arriba con fijaciones tradicionales en partes donde aparece roca, aseguran mejor la tirada de cuerdas. Van turnándose unos a otros mientras abajo, uno aguanta la cuerda como seguro del que trepa.
Empiezan a picar los escaladores para fijar sus piolets -uno en cada mano-, curvadamente técnicos para favorecer la sujeción al hielo. Como escultores, van trepando afianzando los pies con sus grampones especiales de una punta y dando forma a la cuerda en los salientes, insertando tornillos a cada ciertos metros para asegurar los roces en las rocas y como garantía en caso de resbalón o caída accidental. Son lo que podríamos denominar amistosamente "hombres grapa", pegados a la pared por cada una de sus 4 extremidades.
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Sorprendidos, encontramos en la pared una pareja de los alrededores de Madrid que han venido a pasar el rápido fin de semana en busca de estas paredes de cristal.
Juani y Alfredo de unos 40 años más o menos, de trato muy cordial y amable, se prestan de inmediato a que les hagamos una retafila de preguntas. Ella, bien equipada, esta pegada a lo alto de la paret progresando hábilmente por los salientes helados y cubiertos de nieve-polvo, mientras da instrucciones a su compañero para que le tense la guía. Él atento, tensa y afloja la cuerda delicadamente para mantenerla asegurada, mientras habla con nosotros. Les pedimos permiso, y les hacemos unas fotografías. La conversación rueda y nos cuentan que llevan muchos años en la escalada tradicional en roca y con los detalles que nos facilitan nos desvelan que han recorrido mucha España y algo de Europa con el mundo de la cuerda. Hace mucho que vienen aquí, y nos explican algunos detalles de los tornillos huecos que emplean para asegurarse al hielo, ¿aguantarán les comentamos bromeando? claro que sí nos dice ella, aunque mejor será no comprobarlo nunca, pero... psicológicamente ayudan. (risas y comentarios chistosos)
Aunque si te caes, puedes lastimarte fácilmente con las puntas de tus grampones o con los propios piolets, así que no estas exento de magulladuras, -nos afirma Juani Galera.
Una de las facetas más delicadas de la escalada en hielo es aprender a colocar esas protecciones enroscadas para evitar las posibles caídas. De ello depende que no te rompas la crisma, y te sigas perfeccionando para hacerlo mejor en próximas ocasiones. Cuando los colocas, siempre te quedas con la duda de si... ¡aguantará realmente! Normalmente puede ser más peligroso que toda la cascada se desprenda en bloque, que un tornillo de estos no aguante -aseguran ambos a la vez-, es muy atípico y "muy difícil que suceda", aunque dejan asomar entre muecas "la ley de Murfi".
Seguimos hablando de los precios de esos tornillos especiales, unos más largos y otros más cortos para elegir según el grosor de la capa de hielo donde estemos, ya que existe un abanico de marcas (unos 50 euros de media). Ella nos habla de sus fabricantes más preferidos a la hora de ofrecer seguridad; nos muestran los detalles de sus grampones diferentes de una sola punta de hoja vertical, para facilitar mejor el basculamiento del cuerpo sobre la paret, del manejo del piolet-técnico-curvado sujeto a la muñeca y diseñado para mantener la mano apartada del frío-bloque. Hablamos de la revolucionaria evolución que los materiales de la escalada han experimentado en los últimos 20 años, mientras seguimos sacando imágenes de su material, con los canelones de telón de fondo.
Casualmente están alojados en el refugio de Pineta, por lo que continuamos cambiando impresiones tomando unas cervezas más tarde, y por supuesto, intercambiando nuestros correos electrónicos.
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(Imagen cedida por Jaime Arbex - Refugio de Pineta)
Son estas estampas, las que hacen inolvidable Pineta.
Es difícil comprender a primera impresión como es que existe gente tan intrépida que reta a la fuerza de la gravedad una vez más, y se cuelgan tranquilamente "como auténticos inconscientes" de estos chorros de agua congelada. En los últimos 10 años ha habido un despertar frenético en el Pirineo en busca de cascadas y saltos de agua que en las épocas de frío intenso abran más posibilidades al turismo deportivo. El Valle de Pineta en Ordesa ha resultado con los años, ser todo un referente para la escalada en hielo. Un gran número de cascadas en las cercanías de Bielsa ofrecen sin lugar a dudas un atractivo especial para estas épocas del año.
¡Aquí hasta a los fríos polares que bajan de Europa, le sacan atractivo! Toda una odisea turística digna de gran admiración.
Aunque para disfrutar de las cascadas en su mejor momento se necesita de un condicionamiento especial; de inviernos fríos y secos.
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Son imágenes naturales, donde el tiempo entre la Naturaleza queda detenido.
Y si unido a esto tenemos mucha nevada caída, añadiremos a todos los ingredientes de atención, el peligro de aludes, ya que los barrancos donde están las cascadas, normalmente son aliviaderos de hielo y nieves, embudos naturales a los que hay que poner todos los sentidos de la prudencia.
Un sin fin de escaladores de muchas partes de España y del mundo, toman cita en este santuario helado cuando lo está. Ya saben a lo que vienen y que cascadas concretas quieren acometer. A menudo, muchos ya preguntan en el refugio -el de Pineta- como esta la situación. Son fines de semana intensos pero demasiado cortos, y hay que hacer muchísimos kilómetros para estar aquí. Toda información es poca.
La presencia de los guardas experimentados en los refugios de la Federación Aragonesa de Montaña, es esencial a la hora de aconsejar el mejor estado de la montaña en cualquier época del año. En Pineta se han reunido muchos años de experiencia, muchos años en el refugio de Góriz arriba en Ordesa por parte de Ángel Morató, y muchos años en el refugio de la Renclusa a los pies del Aneto por parte de Enrique Mata y de Jaime Arbex.
Esencial siempre llamar para preguntar como está la situación antes de desplazarse -pero también es necesario según manifiesta Ángel-, ser solidarios y contar a los guardas del refugio como ha ido el fin de semana para que puedan transmitir a los que llegan, la situación real en cada uno de los puntos de la montaña.
Para la escalada en hielo hay que estar bien preparado física y mentalmente, con unos conocimientos técnicos del material que se tiene entre las manos y del contexto helado que hay que saber identificar en cada punto a la hora de que no hayan sorpresas inesperadas. Es como la espeleología y la escalada tradicional, pero añadiendo condiciones climatológicas extremas. El reto está en superarse físicamente, no en jugar a la lotería con la seguridad; en caso de caída puede tener muy graves consecuencias. Los kilómetros realizados para venir, no es justificación para escalar al precio que sea, y la temperatura de ambiente es un bio-indicador infalible.
Lo importante para el que viene a estos lugares es que se adapte a las condiciones del momento, la zona se presta a numerosas y diversas actividades, como el esquí de travesía, el esquí de fondo y la práctica con raquetas. Las cadenas del coche no se deben olvidar, así como los grampones, los bastones y el piolet. Importante obtener la tarjeta federativa de montaña para disfrutar de descuentos en los albergues que la federación aragonesa ofrece, y para asegurarnos la cobertura en cualquier percance o accidente que nos ocasionemos o que pudiésemos ocasionar a terceros.
- Telf. Refugio de Pineta: 974 50 12 03. - Telf. de la Federación Aragonesa de Montaña: 976 227 971. - Telf. de Emergencias: 112. - Telf. Grupo de Rescate e Intervención en Montaña "Greim", en Boltaña: 974 50 20 83 ó 062.
Verdaderamente hemos de recordar en estas líneas, que la montaña es algo más que un deporte, es más que una marca superada, más que una cima alcanzada anotada en la lista del currículum personal. Esta montaña pirenaica en efecto, es un medio hostil donde los humanos no estamos preparados para sobrevivir por sí mismos y hay que adaptarse en cada situación, siendo prudente en cada movimiento intentando siempre saber hasta donde llegan nuestras fuerzas y donde limitan nuestras posibilidades. Extremando siembre las medidas de seguridad y bajo ningún concepto confiarse. Esencial tener siempre presente, que nuestras salidas terminan en el valle.
La actividad en la montaña es tan compañera que cruzarte con alguien es un alivio, "es un respiro porque tu has visto y te han visto", y eso tiene un sentido arraigado extremadamente solidario, porque en este medio todos velan por la seguridad de todos, y eso es lo que algunos ya lo definen como "la humanidad de la montaña", que podría perderse si vienes del mundo del urbanismo frío y salvaje donde cada cual va a la suya y nadie te regala unos "buenos días".
Aquí es un lugar donde cambian las cosas. Por ello informar a los refugios de como esta la zona, es importante para que allí lo compartan con otros compañeros que llegarán cuando uno ya haya partido.
Las veladas en los refugios de montaña en estas épocas de frío y de montones de nieve que rodean cada espacio vistiéndolo con sus mejores galas, es donde se unen los compañeros al final de cada jornada, donde se comparten y se aprenden detalles muy valiosos que no se recogen ni en los libros de actas de los centros excursionistas, donde la peor y más ridícula pregunta es la que se queda sin hacer.
El canto del Cárabo va estrechamente relacionado con estas noches bajo las estrellas entre el hayedo de Pineta. Si ha caído nieve reciente, las huellas del algún raposo son muy fáciles de detectar e identificar. Los paseos a oscuras por la carretera poco transitada hacia el Parador Nacional, es todo un placer de paz y de libertad silenciosa, cuando se huye del mundanal ruido y realmente se quiere escapar de la vida cotidiana de estreses y complicaciones. Silencio, susurros, botas que gimen en la oscuridad, y brisas que acarician suavemente las copas del hayedo.
En Pineta el invierno es para hacer escalada en hielo -un repertorio de más de 30 cascadas a elegir-. Los montañeros aquí hacen menos crestas por la complicada fisonomía y porque los accesos son muy duros, por ello la selección de escaladores se encuentra clara y llega un determinado tipo de personas más bien mentalizadas.
Escalada en hielo.
Dentro de la espectacularidad que presenta la escalada, el hielo convierte esta loca aventura, en toda una odisea...
Las cascadas en Pineta. Bielsa es todo un atractivo de cascadas, por ello recomendaros el libro que os detallamos más abajo de Iñaki Cabo, al que se le encargó por parte del Ayuntamiento la catalogación y recopilación de todas las cascadas de la zona allá en el 2004. Y es que en el Valle de Pineta existe un abanico interminable para principiantes y para intrépidos maduros que se quieran aventurar. Siempre con una gran dósis de sensatez y cordura.
Entrevista a Iñaki Cabo.
Junto al calor de la estufa Iñaki se quitaba la coraza de guerrero que llevaba por el día y ponía su corazón sobre la mesa... Simón Elías.
Pero entre tantas posibilidades nombraremos estas:
1. La cascada de la Sarra (en el denominado barranco de Molins) -posiblemente una de las más bonitas-, que se encuentra en el espacio de la carretera Bielsa-al Parador en un barrio de casas con un cartel bien indicado. Se encuentra a unos 15 minutos de la misma carretera, y desde ella podemos observar perfectamente a los escaladores con unos prismáticos. 2. Aparecen cascadas cercanas al refugio de Pineta y otras en las que la aproximación es mucho más complicada, dura y peligrosa, como las de Las Tres Marías y las del Collado de Añisclo. Esta catalogada como una de las rutas más bonitas del Pirineo pero requiere de un gran esfuerzo (4 horas como tiempo aproximado para llegar)
La cascada del irlandés -en la Canal de las Ingratas a 14 minutos del refugio por el GR 11 sin empezar el fuerte ascenso-, merece la pena por el precioso itinerario, y sin riesgo de avalanchas. (Hay que tener en cuenta que la mayoría de los barrancos tan verticalmente pronunciados en el valle, son resultado del desagüe de nieve de los estratos más altos, y siempre la avalancha es un peligro añadido y latente para este tipo de escaladas)
3. Las cascadas del Cinca frente al Parador Nacional con 140 metros de hielo vertical, es una de las estrellas del circo. Las del valle colgado de La Larri en el barranco de las Opacas, son de acceso suave y están protegidas del Sol en las primeras horas de la mañana. Conocidas como "La paciencia de Mónica" y "La impaciencia de Jordi". Son unas de las citas imprescindibles para los forofos al hielo, si las temperaturas lo permiten.
4. La denominada "Mini Esparrets" es de las primeras en abrirse en el valle, y después continúa esta hacia la cima del Monte Perdido, en la denominada vía "¿Dónde esta Bin Laden?", extraordinaria y espectacular como pocas, que requiere una condición física preparada e importante y de mucho madrugón, ya que puede ocuparnos 15 horas aprox. con descenso incluido, teniendo en cuenta que después tenemos que descender el Monte Perdido por el Collado del Cilindro y de allí al Collado de Pineta para descender hasta el valle, vigilando siempre el tema de posibles avalanchas. Opciones para vivaquear en el Balcón de Pineta con el espectacular amanecer sobre el lago Marboré o desviarse a pernoctar al refugio de Tucarroya (con muy pocas comodidades).
5. Brutal Fang, está clasificada como una de las mejores escaladas en hielo de todo el Pirineo. La cascada se forma a la boca de una cavidad frente al Parador Nacional. Tiene su grado duro dentro de esta modalidad, pero dicen que merece la pena cuando las temperaturas permiten su formación. Hay que tener en cuenta, que debido a la baja altitud de las cascadas que se encuentran en la base del valle, apenas 1.400 metros, necesitan para formarse un período de frío intenso.
6. Otro sector que se ha abierto recientemente es el de "Puntas Verdes" al que se accede desde el Valle de Escuaín -por la pista de Tella- para pasar después al de Pineta. Aquí en la aproximación no existen riesgos de aludes. Para este lugar es aconsejable llevar tienda de dormir y pernoctar en cualquier llano soleado bajo las cascadas. Acceso duro y peligroso. Son espacios que deberían conocerse en verano, pero que cambian drásticamente en invierno. Un lugar mágico donde los haya que reune unas cascadas de ensueño para los apasionados de verdad a esta modalidad. Pero... ¡donde Cristo perdió el gorro a 2.500 mts. de altitud, eh!
7. Aparecen cascadas también en el Circo de la Barrosa, en el Valle de Trigoniero, en la cara Sur (Circo de Pinarra) y Norte del túnel de Bielsa (esta última de las más concurridas del Pirineo, por ser una de las de acceso más cómodo, a la que se llega desde el rellano a la salida del túnel por Francia comentada al principio).
Mejor época para estos estilos descritos:De Diciembre a Febrero.(Dependiendo de las condiciones climáticas...)
Entrevista a Simón Elías.
¿Cómo es el trabajo como guía de montaña?...
Artículos y reportajes muy interesantes, que no os conviene pasar por alto:
* Cascadas en Pineta. "Hielo para Jabalís". Revista Desnivel nº 244 de diciembre de 2006. Pág. 28. * Escalada mixta. Consejos y planteamientos. Pág. 6. * El uso seguro de los tornillos en hielo. ¿te puedes fiar? Pág. 14. * Rápeles fríos. Métodos para rapelar en nieve y en hielo. Pág. 32. * Valle de Benasque. Guía práctica de hielo y mixto. Pág. 42 * Cascadas. Cómo mejorar sufriendo lo justo. Pág. 50 Revista Desnivel nº 282 * Curtida para el cuerpo en Pineta. Pág. 68 Revista Desnivel nº 281 de diciembre de 2009. * Cascada de la Sarra. Deberes invernales. Pág. 24 * Cascadas de hielo en España. "10 joyas de la congelación ibérica". Una selección descriptiva de cascadas del Pirineo central. Pág. 30 Revista Desnivel nº 284 de febrero de 2010.
Libros en los que podemos encontrar algunos detalles de la escalada en hielo:
* Escalada en hielo en los valles de Bielsa. Editado por el Ayuntamiento de Bielsa. 2005. Por el desaparecido Iñaki Cabo. (Iñaki fue un apasionado del hielo por siempre jamás, amante habitante de estas tierras y vecino adoptado, por lo que tuvo razones suficientes para acometer este encargo).
* Selección de cascadas en España. Editado por Ice-dreams.com De Joan Quintana y J.l. Gordito. * Escalando en hielo y nieve por el Pirineo Aragonés. De Javier Lasala. Editado por Prames. 1995. * Ordesa y Monte Perdido. Un Parque Nacional con historia. En su 90 aniversario. Editado por Prames, 2009. A través del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.
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