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TODOS ESTÁBAMOS ESPERANDO CON ANSIEDAD
Los estados confederados de Europa
-“Tenemos nacionalismos exacerbados e intransigentes que nos impidieron y nos impiden lograr una Europa de estados confederados”
-OPINIÓN / Si España no se hubiese incorporando a Europa, ¿cómo podría haber llevado la transición, de la dictadura a la democracia, sin daños colaterales en una política de entendimiento?
Todos estábamos esperando con ansiedad un restablecimiento cultural y político en la Unión Europea, que no se está produciendo en la medida ansiada. Evidente es, y lo hemos comprobado fehacientemente, que sí se hizo la unión entre los europeos para tratar de acabar con las guerras, pero, en concreto, este hecho no se ha llevado a cabo, tal y como debería haberse hecho. Tenemos nacionalismos exacerbados e intransigentes que nos impidieron y nos impiden lograr una Europa de estados confederados: conseguimos una unificación económica, pero la política y la fiscal... están por llegar: ¡Es harina de otro costal! Nos queda bastante camino por andar. […]Caminante, no hay camino, se hace camino al andar, sentenció Antonio Machado.
Rousseau dejó escrito: “Ya no hay franceses, alemanes, españoles e ingleses, no hay más que europeos, todos tienen los mismos gustos, las mismas pasiones y las mismas costumbres”: Ésta era verdaderamente un signo europeísta. Después estamos viendo que la historia se vuelve a repetir como siempre pasa.
“Tenemos nacionalismos exacerbados e intransigentes que nos impidieron y nos impiden lograr una Europa de estados confederados”
(“Una retirada a tiempo es una victoria”, dejó sentenciado Napoleón Bonaparte, que fue uno de los más grandes militares de todos los tiempos. Pero este genio militar fue derrotado en las estepas rusas durante el invierno de 1812(35 centígrados bajo cero). Cometió un tremendo error militar. El mismo error lo cometió Adolf Hitler, durante la pasada II Guerra Mundial (1939-1945).
El siglo II concluyó con una Europa más o menos estable y en una prosperidad controlada. Habían ya quedado atrás las guerras, las dictaduras y ciertos conflictos étnicos y territoriales, si hemos de exceptuar a Bosnia y Kosovo, conflictos que, afortunadamente, se arreglaron para bien todos los europeos y de los seres humanos en general.
Teníamos que preguntarnos: Si España no se hubiese incorporando a Europa, ¿cómo podría haber llevado la transición, de la dictadura a la democracia, sin daños colaterales en una política de entendimiento? Entendemos que existe buena voluntad, aunque las ideologías de los partidos que se integraron en nuestra ‘Piel de Toro’ fuesen muy diferentes. Alguien está pensando, y en su fuero interno, cómo volver a la antigua Europa, con naciones independientes y fronteras distintas: la fuerte crisis económica por la que estamos pasando, sin duda, puede desencadenar ésta Europa de la que estoy hablando.
Hemos de comprender que se consolidaron las democracias en numerosos países europeos, puesto que vinieron amparadas del resurgimiento en el orden económico, en el establecimiento de los derechos civiles de los ciudadanos y sus correspondientes libertades: la Europa de la prosperidad estaba en marcha.
Los hombres/mujeres ya no fueron discriminados por su raza, género o religión, y se establecieron beneficios en el orden social que nunca jamás hubo: fue, y en cierto modo, una especie de ‘paraíso terrenal’ que se nos presentó ante nosotros, inundando nuestros corazones de satisfacciones y gozos: hoy por hoy, los gozos se han convertido en sombras que pululan por los cielos del Continente europeo.
Los Estados miembros de la Unión Europea se hayan incursos en este organigrama de pérdidas y ganancias: éramos, o eso nos hicieron creer, hombres ricos y, en corto espacio de tiempo, nos hemos convertido en hombres pobres. El pueblo español se conforma con poco: un amor, un amigo/a, un libro... Bueno, ¡qué no nos quiten el fútbol! Es el pan nuestro de cada día. Pienso y reflexiono, ¿qué seré yo? ¿Hombre rico, hombre pobre? ¿No será que soy un pobre hombre?
“Los Gobiernos europeos no nos dan soluciones viables para salir de la crisis económica en la que nos hayamos incursos”
La UE ha sabido establecer, sin duda, una coordinación monetaria entre los distintos Estados que la forman, pero ha fracasado rotundamente en el establecimiento de una autoridad fiscal común. Y es que, en la práctica y al poseer una moneda única, como el euro, para las transacciones económicas, hemos podido desarrollar pactos de estabilidad y crecimiento más o menos ambiciosos... Sin embargo, las políticas democráticas de los distintos países integrantes siguen parámetros distintos que nos conducen a desarrollar idearios políticos que tienden, alguno de ellos, a nacionalismos exacerbados y excluyentes. Atrás van quedando aquellos soñados Estados Unidos de Europa, ansiados por todos pero buscados por unos pocos. Estos nacionalismos extremistas existen también en España. Ellos priman y piensan en cómo vivir bien o mucho mejor dentro de sus fronteras, aunque estas últimas ya no existan. En cómo expulsar a los foráneos, en cómo potenciar su propias etnias con olvido de lo demás seres humanos...
Los Gobiernos europeos no nos dan soluciones viables para salir de la crisis económica en la que nos hayamos incursos, cono hombres y mujeres abocados al tan temible ‘paro obrero’ indefinido, que introduce en la pobreza a cantidad de familias europeas: antes vivían ganando con facilidad…el pan nuestro de cada día.
Pero esta crisis económica y política por la que Europa está atravesando se le puede y se le debe sacar una enseñanza loable y constructiva: los ciudadanos, como votantes, somos los que realmente con nuestros votos debemos y podemos hacer que los líderes políticos cambien sus idearios políticos. Para, que, de esta forma, estos últimos sean más humanos y constructivos en el entorno social, y que, el mundo laboral se estabilice y dejen de sufrir los hombres/mujeres hambre de pan, de paz y de justicia: Así de fácil.
Es necesario disponer de personas–líderes políticos–, que deseen y quieran comprometerse, y en cuerpo y alma, con el ideario que fomente la construcción definitiva de una ‘Unión Europea ‘como nación, que confedere a los distintos estados que la forman, bajo un emblema común: llegar a ser ‘ciudadano europeo’, antes que ciudadano español, inglés alemán, austriaco...Es decir, olvidarse un poco y un mucho, y digo bien, de esa Europa de los nacionalismos exacerbados y excluyentes, que pululan por el territorio europeo. La historia siempre se repite, para bien de unos pocos y mal para los demás mortales.
“Es necesario disponer de líderes políticos que deseen y quieran comprometerse en cuerpo y alma con el ideario que fomente la construcción definitiva de una Unión Europea como nación”
Pensemos que la ultraderecha no es la causante de todos los males que acechan a Europa, sino los Gobiernos nacionales de cada país europeo, que gastaron lo que quisieron a diestra y siniestra, sin acordarse-en ningún momento- del pueblo llano y soberano.
La Coruña, 17 de septiembre de 2011
© Mariano Cabrero Barrena es escritor
Ilustración (CC): SordaCadencia
>> Autor: Mariano (17/09/2011)
>> Fuente: -La Coruña( España )/ Mariano Cabrero Bárcena
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