Insertado por: silvia3942 (23/07/2004)
Fuente/Autor: Recopilación de Silvia Pons Oliver.
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Las ONG y la política.
Por Ignacio Carreras, director general de INTERMÓN.
Entrevista publicada en El País 11/03/2000. España.
Hace muy poco, en respuesta a una carta enviada por las organizaciones que llevan a cabo la campaña Deuda externa, deuda eterna, un responsable del Ministerio de Economía se escandalizaba ante "la imprudencia [de las ONG españolas] de sugerir la próxima campaña electoral para alcanzar compromisos de las formaciones políticas en materia de deuda".
En cierto modo, este alto funcionario no hacía más que expresar en voz alta una pregunta que inquieta a muchas personas:
¿qué papel deben jugar las ONG en la política?
Para algunos, las relaciones entre las ONG y la política son todavía demasiado laxas, y desconfían del "apoliticismo" de unas organizaciones que queremos distanciarnos claramente de opciones partidistas, para poner énfasis en opciones éticas, en derechos básicos, en principios de justicia social elementales, teóricamente reconocidos por todos, pero que no son reales en la práctica. Para otros, nuestro terreno es de las "buenas obras", nuestra misión, echar una mano aquí y ahora a los que sufren sin cuestionar aquellos mecanismos del sistema y aquellas decisiones políticas que favorecen la extensión de la pobreza y la desigualdad.
La respuesta puede resultar polémica, pero para la mayoría de quienes trabajamos en las ONG es clara:
la pobreza, la degradación medioambiental, las violaciones de los derechos humanos tienen su origen en causas políticas, por lo que su eliminación exige respuestas políticas. Y para eso están los partidos y las campañas.
Esto no implica en absoluto que el trabajo de las ONG deba ser partidista, o, dicho de otro modo, implica que debemos trabajar con todos los partidos del arco parlamentario, para hacerles conocer mejor las situaciones de injusticia, para hacerles llegar nuestras propuestas de cambio, para reivindicar ante ellos mayor atención a lo que están pidiendo los miles de personas que están detrás de nuestras organizaciones.
Es un trabajo continuado, que exige implicación a lo largo de toda una legislatura, pero que encuentra un momento especialmente relevante en la elaboración de los programas electorales y en las campañas previas a las elecciones. Pero no hay que confundirse: que seamos utópicos no significa que seamos ingenuos; somos perfectamente conscientes del riesgo que corremos en campaña de ser instrumentalizados por los partidos, lo cuál no impide que nos arriesguemos y defendamos los intereses de las poblaciones para las que trabajamos también en este momento, cuando los políticos tratan de explicar sus propuestas para el futuro y la sociedad exige respuestas a sus inquietudes.
Porque ésa es la cuestión:
¿interesan la pobreza, el medio ambiente o los derechos humanos a los votantes? A nosotros no nos cabe la menor duda. Muchos españoles, entre los que se cuentan los millones de socios y donantes de nuestras organizaciones, son capaces de mirar más allá de los temas habituales de campaña. No es que no les importen las disputas entre medios de comunicación o las corruptelas partidistas; pero la vida, afortunadamente, es mucho más que eso, y no les gusta estar siempre dando vueltas sobre las mismas cuestiones. Entienden que la miseria de África o el cambio climático son también problemas nuestros, porque se sienten ciudadanos del mundo y quieren que desde España se contribuya efectivamente a hallar soluciones.
Por eso la campaña electoral, en algún momento, debe tocar estas cuestiones.
Las ONG nos creemos no con el derecho sino con el deber de exigir a los partidos que expliquen a la sociedad sus propuestas en los ámbitos en los que trabajamos. Se trata de hacer que la pobreza, el medio ambiente o los derechos humanos sean temas de campaña y que las promesas solidarias de los partidos devengan en compromisos exigibles por un electorado cada día más atento a estas cuestiones. La "imprudencia", por tanto, sería no intentar incidir en aquellos aspectos de los programas electorales que se relacionan directamente con nuestra labor. Lo menos que podemos hacer las ONG es tratar de romper la monotonía autocomplaciente de este período electoral; actuar de Pepito Grillo en nombre de aquéllos para los que trabajamos. Tal vez, como dijo recientemente Then Economist, no seamos tan representativos como nos gustaría, pero, al fin y al cabo, cada uno utiliza los recursos que tiene a su disposición: los grandes consorcios industriales, las eléctricas, los proveedores de armas al ejército, financian campañas y carreras políticas. ¿Son acaso sus intereses más representativos?
Nosotros hablamos en nombre de una parte considerable de la opinión pública, ésa que en España destinó 22.000 millones de pesetas a la crisis del Mitch en sólo cinco semanas. ¿Se acuerdan?
Información extraída de:
http://inicia.es/de/barqueta/INTERMON.htm
Nombre: Ignacio Carreras. Director gener (23/07/2004)
¡Los españoles debemos pedir perdón al mundo!
Tanta campaña de solidaridad, con eventos y acciones humanitarias gubernamentales de lavado de imagen. Como es posible que este país aún permita tanta barbarie y que comercialicemos con material bélico y contribuyamos a tanta desgracia al mismo tiempo que la condenamos.
¡Lamentablemente existe mucha hipocresía de la que todos debemos sentirnos responsables y avergonzarnos!
Animemos a nuestro gobierno, fuere del color que fuere, a que deponga esta actitud y que pida perdón a estos países.
Lamentablemente tomamos como obvio que nuestros políticos de cualquier ideología política estarán al día con esto. Posiblemente no. No os extrañe. Y debemos informarlos para que condenen este comercio mafioso, manchado de tanta sangre inocente e indefensa.
No me explico como nos podemos atrever a condenar otras barbaries contra los derechos humanos y permanecer pasivos con la sangre fría. ¡No a la guerra y la alimentamos!
Por favor... ¡que alguien me lo explique!
Nombre: Elena Fernández. Cáceres. (23/07/2004)
Sr. Zapatero y a todo el conjunto de políticos en España verdaderamente que se sientan responsables:
¡Hagan algo por favor, hagan algo!
Esta situación es insostenible y nos ensucia a todos por igual.
¿Como tenemos la cara tan dura, después de quejarnos con el terrorismo en este país nuestro, España, que tantas muertes a cobrado ya a nuestras familias?
Cosas como estas, ¿pueden escapar a nuestras manos de una forma tan oficialmente legalizada?
Y después, ¿estamos libres de arrojar piedras quejándonos de los EEUU y de otros tantos que cometen tantos genocídios?
Estoy atónito, no lo entiendo...
Nombre: Alberto Flores (23/07/2004)
Espanya és un pais assassí amb més d'un milió de morts sota la seua bandera.
STOP exportació armamentistica. STOP exèrcit. Democràcia!
Nombre: www.FreeCatalonia.com (26/07/2004)
El 19 de julio de 2004, Amnistía Internacional presentó un informe titulado Sudán, Darfur: la violación como arma de guerra (Índice AI: AFR 54/076/2004). En él se pone de manifiesto que la violación es un fenómeno generalizado y sistemático en Darfur. Es utilizada por las milicias janjawid y por soldados del Ejército de Sudán para humillar a las mujeres, atemorizarlas y obligarlas a abandonar sus hogares y, de este modo, destruir la estructura social de sus comunidades.
Centenares de mujeres y niñas de Darfur han ofrecido a Amnistía Internacional testimonios de violaciones masivas. En muchos casos se ha violado a las mujeres, a veces embarazadas, en público, delante de sus esposos, sus familiares o la comunidad en general. Si oponían resistencia las han golpeado, apuñalado o matado. Y se ha secuestrado y sometido a esclavitud sexual a niñas de tan sólo 8 años.
A pesar de que las autoridades sudanesas negaran la existencia del fenómeno de la violación en Darfur Amnistía Internacional continúa recibiendo informes de secuestros y agresiones sexuales.
El 27 de julio, la ONU informó de que las milicias janjawid habían violado a decenas de mujeres y niñas menores de 15 años en el campo de desplazados internos de Sisi, Darfur Occidental, y sus alrededores.
El 1 de agosto, siete mujeres fueron agredidas. Todas menos una lograron escapar.
La Resolución 1556 del Consejo de Seguridad de la ONU del 30 de julio no se ocupa, entre otras cosas, de la creación de una comisión internacional para investigar los indicios de crímenes de guerra, y crímenes de lesa humanidad, incluidas violaciones y otras formas de abuso sexual, así como las denuncias de genocidio.
El 30 de agosto se cumplió el plazo de la ONU al Gobierno sudanés para poner freno a esta crisis de derechos humanos. Amnistía Internacional considera que los compromisos adoptados no han contribuido a lograr cambios significativos para la población civil. En Darfur continúan los graves abusos, entre ellos, el uso de la violación sexual contra mujeres y niñas coma arma de guerra.
España, que ejerce durante el mes de septiembre la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, tiene la oportunidad y la responsabilidad de desempeñar un papel activo para poner fin a abusos atroces en Sudán y contribuir a la protección de los derechos humanos. Amnistía Internacionalpide al Gobierno español que haga suyas las recomendaciones de nuestra organización, incluido nuestro llamamiento para una suspensión de las transferencias de armas a Sudán.
Nombre: Amnistía Internacional. Valencia (15/09/2004)