Insertado por: Redac.Ibérica2000 (07/06/2007)
Fuente/Autor: Recopilaciones para Ibérica 2000.
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REFLEXIONES. 26 febrero 2003.
* El impacto ambiental del hombre en el planeta ha ido creciendo a medida que la humanidad se ha desarrollado tecnológicamente. Y en pro de este desarrollo no sólo se ha contaminado la superficie terrestre, sino incluso el espacio exterior. Cerca de 9.000 objetos de más de 10 cm orbitan alrededor de la Tierra. A esta cifra se le han de sumar otros 200.000 de entre uno y diez centímetros y 35 millones menores de un centímetro. Como aquel que va de excursión a la montaña y abandona las latas de bebida o los envoltorios de los alimentos en plena naturaleza, las "excursiones" espaciales no han recogido la basura generada al concluir sus misiones.
Tras 45 años de actividades espaciales, conviene reflexionar sobre la magnitud del cementerio galáctico que sobrevuela nuestras cabezas. Fragmentos de satélites, cohetes y fases de cohetes, satélites meteorológicos, de comunicaciones, espías, activos, inactivos... y todo tipo de basura orgánica derivan a velocidades de miles de kilómetros por hora. El que está considerado como el guante más rápido de la historia pertenecía al astronauta Edward White. Lo perdió en 1965 y durante un mes recorrió la órbita terrestre a 28.000 km/hora.
En cuanto a las consecuencias del impacto de estos objetos en la Tierra, los ingenieros espaciales no se muestran demasiado preocupados. Por lo visto, la reentrada en la atmósfera del satélite soviético Cosmos 954, que tuvo lugar en 1978, representa un caso aislado. El generador nuclear que portaba no se quemó en contacto con el aire y generó una estela de lluvia radiactiva en el norte de Canadá, zona que hubo de ser descontaminada tras el accidente.
Para solucionar el problema de la chatarra sideral, habrá que estudiar muchas opciones, algunas de las cuales quizá parezcan de ciencia ficción. La clave residirá en que con ellas no contribuyamos a aumentar el número de objetos de naturaleza extraña que pueblan el espacio.
Esto está expuesto en...:
www.terra.org/articulos/art00435.html
Nombre: Pamela Amaya - Madrid (07/06/2007)
Quería compartir con ustedes este detalle:
* La misión del transbordador Atlantis en desplegar una de las placas solares que quedarán instaladas en la estación espacial, ha sido cumplida. Los astronautas después de muchas dificultades y de perder muchas herramientas en el espacio, lo han conseguido con éxito. Más de 300.000 objetos deambulan por el espacio sín control desde la Tierra, ocupando sobre todo las órbitas más cercanas a la Tierra. Consecuencias de la actividad espacial iniciada por los seres humanos desde 1957 cuando se lanzó desde la antigua Unión Soviética el primer satélite, el Sputnik. Esos objetos, no solo no están difuminados o dispersos en el inmenso espacio exterior, sino, por el contrario, concentrados en unas pocas órbitas cercanas a la Tierra. Generalmente, cuando los satélites terminan su vida útil, al acabárseles la energía, se les deja continuar girando, como objetos inertes, en la misma órbita desde la que estuvieron cumpliendo funciones para las que se les envió al espacio. Ya han habido transbordadores que han regresado a la Tierra con los impactos de la chatarra espacial, y a los que han habido que reparar. Un satélite francés, el Cerise, de un coste de miles de millones, resultó destruido, por la chatarra espacial. Para atacar el problema, se contemplan las siguientes soluciones: las empresas aeronáuticas serán responsables de todo satélite, lanzadera u objeto cualquiera que pongan en el espacio, una vez que haya terminado su vida útil y aunque ésto les suponga un importante aumento de costes; tendrían que obligar a los objetos espaciales a alejarse lejos de la Tierra, claro que resultará muy caro, pero ya se han visto las consecuencias de la falta de previsión; descensos programados de restos de instalaciones espaciales se han podido comprobar en aguas del Sur del Océano Pacífico, convirtiendo este bién común en un vertedero de materiales peligrosos, para la preservación del medio marino y sus recursos naturales vivos, así como eventualmente, la seguridad de las naves y aeronaves, asi como de las personas y bienes patrimoniales en zonas pobladas de América Latina y el Caribe, y otras regiones. Desde 2001 se trata de instar a la comunidad internacional a promover la pronta y efectiva aplicación de los mecanismos jurídicos que regulan la explotación y utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos, así como evitar convertir a los Océanos en vertederos de materiales peligrosos, con las graves consecuencias ecológicas que ello conlleva. Además de que dentro de unos 40 años no será posible poner ningún objeto espacial en órbita. El espacio se está convirtiendo en un basurero, en un cementerio de satélites, naves, cohetes y sondas.
Esta información está en la Web:
http--://bohemiamar.blogspot.com/2006/09/la-chatarra-espacial.html
Nombre: Julio Canovas (07/06/2007)
* Esta visto que nos superamos a nosotros mismos. Ya no nos contentamos con contaminar el planeta sino que hemos empezado a convertir sus alrededores en un estercolero. Somos la civilización de la basura y hasta donde llegamos llegan nuestros desechos. A medida que avancemos por el sistema solar iremos regando planetas y satélites de desperdicios. Si no aprendemos a reciclar, nuestro legado será solamente un montón de escombros.
Fuera de toda lógica ya. ¡Somos burros con orejas y todo!
Nombre: Felipe y Caty Pironensa (07/06/2007)