LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS, ANTE SU REGULACIÓN...
En pocos años, vimos proliferar cientos de miles de pozos... (España)
A finales de los setenta empezaron a aparecer las consecuencias de una explotación abusiva. Los descensos generalizados de los niveles piezométricos y freáticos desecaron manantiales valiosos, humedales grandes y pequeños, destruyeron paisajes, formas de vida asociadas a la emergencia de aguas y permitieron la intrusión del agua del mar en el litoral.
EL MARCO LEGAL DEL AGUA EN ESPAÑA
Para la elaboración del informe que tienes en tus manos ha sido necesaria la colaboración de diferentes personas y colectivos:
Antonio Estevan, Diego García, Marta González, Javier Martínez y Narcís Prat, que redactaron parte del capitulo sobre Directiva Marco del Agua. Isabel Herráez y Estíbaliz López-Samaniego, de la Universidad Autónoma de Madrid, que trabajaron en la documentación y elaboración de textos. Alonso Torrente de Caralluma, que realizó fotos y revisó el texto del Segura.
Graciela Ferrer de Xúquer Viu, que revisó el capitulo del Júcar. Y muy especialmente el voluntariado de Greenpeace, que ha realizado de forma desinteresada diversas tareas de documentación, la práctica totalidad de las fotografías y las traducciones. Sin su ayuda la realización de este informe hubiese sido imposible. Por ello, desde Greenpeace, queremos agradecer a estas personas e instituciones sus aportaciones y, fundamentalmente, el impulso que hace realidad un proyecto como éste.
LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS ANTE LA DIRECTIVA MARCO DEL AGUA
D. Fco Javier Martínez Gil es Catedrático de Hidrogeología de la Fundación Nueva Cultura del Agua.
En España, las nuevas tecnologías de perforación llegaron a finales de los cincuenta y no se generalizarían hasta bien adentrada la década de los sesenta. Desde entonces, en pocos días o semanas es posible acceder a cualquier profundidad y sacar las aguas del suelo a la superficie para impulsarlas después hasta cualquier altura y distancia.
(imagen omitida)
Imagen de Luis Sebastián, para Ibérica 2000... (http://www.iberica2000.org/fotosluis/VerSerie.asp?Serie=ESR) (Enlace...)
La fiebre del agua subterránea se disparó y en pocos años vimos proliferar decenas de miles de pozos de perforación que pronto pasarían a cientos de miles.
* La Situación Ambiental de las Cuencas Hidrográficas, en España (A diversos artículos, en Ibérica 2000...)
* Enlace al documento original completo, con los esquemas y cantidades... (En Greenpeace.es)
Esos pozos vinieron a impulsar el desarrollo de extensas superficies de nuevo regadío en zonas que nunca habían soñado antes con tener agua en esas cantidades. Desde las grandes depresiones del interior peninsular (Guadiana, Ebro, Duero, Tajo,…) hasta el litoral mediterráneo, apareció un paisaje de sondeos de captación.
En aquellos años, y hasta casi el final de los ochenta, se desató en nuestro país una auténtica fiebre por el agua subterránea, que se tradujo en un asalto indiscriminado y sin límites al orden natural. Lejos de poner orden a aquella realidad y prever las consecuencias a corto plazo, las Administraciones del agua se afanaron en sus guerras corporativas y en potenciar aquella forma de explotación en aras de un desarrollo económico sin límites ni ética. No supieron ver en el agua del subsuelo otra cosa que un recurso a explotar hasta su agotamiento, como se explota el hierro, el petróleo o el carbón.
A finales de los setenta empezaron a aparecer las consecuencias de una explotación abusiva. Los descensos generalizados de los niveles piezométricos y freáticos desecaron manantiales valiosos, humedales grandes y pequeños, destruyeron paisajes, formas de vida asociadas a la emergencia de aguas y permitieron la intrusión del agua del mar en el litoral.
Las disfunciones no acabaron ahí. La presencia de pesticidas y, en especial, de fertilizantes y de lixiviados de las explotaciones pecuarias (purines) e industriales pronto dejaron ver sus efectos en los sistemas acuíferos, en especial en los llamados libres; es decir, en los menos profundos, que son los más desprotegidos.
La contaminación de los ríos es un problema grave, pero los cauces tienen poder de recuperación. No ocurre así con las aguas del subsuelo. Descontaminar un acuífero puede llevar décadas o siglos. Cuando una botella ha contenido petróleo, por mucho que nos empeñemos en lavarla, toda el agua que en ella envasemos tardará años en dejar de tener gusto.
La gravedad de la contaminación generalizada de las aguas y de los acuíferos del subsuelo está en que a los días o semanas de haber cesado las lluvias, si los ríos siguen llevando agua es porque los acuíferos, a través de su descarga natural, los alimentan. Por eso, si los acuíferos están contaminados, de forma indirecta estamos contaminando también el agua de los ríos de una manera permanente, difícil de erradicar.
En un mundo invadido por la contaminación generalizada del entorno natural (suelos, subsuelo, atmósfera, hidrosfera, vegetación), las aguas más seguras, las de mejor calidad para los fines más exigentes, son las del subsuelo, las aguas de los acuíferos confinados profundos y la de sus manantiales.
La ley de Aguas de 1985, tras entender que todas las aguas forman parte de un mismo sistema de interrelaciones, dio un notable avance conceptual integrando la gestión de las aguas superficiales y las subterráneas bajo una Administración única y allanó el camino para otorgar a los acuíferos un uso estratégico en situaciones especiales, como la sequía.
Hoy, a los veinte años de haber promulgado aquella Ley, pese a los Planes Hidrológicos de Cuenca de 1998 y al Plan Hidrológico Nacional de 2001 la situación del agua subterránea, en general, no ha cambiado. Cierto es que ha disminuido drásticamente aquella fiebre por los nuevos alumbramientos y que tenemos una actitud administrativa más severa y responsable. No obstante, en determinadas zonas del país las acciones piratas, las explotaciones sin permiso y la contaminación son habituales.
En muchas zonas se sigue haciendo minería con el agua, explotándola hasta el agotamiento. No hay un plan de preservación y protección específica de sistemas acuíferos para abastecimiento. Y los aspectos relacionados con la degradación de los paisajes vinculados a la emergencia de aguas subterráneas sigue siendo una cuestión relegada a la retórica del discurso, en un país en el que las fuerzas económicas, el poder político, la generalidad de los medios de comunicación y la sociedad siguen viendo en el agua, sea superficial o subterránea, un simple recurso a explotar.
El discurso de la Ley de Aguas sobre la protección y buen uso de la aguas subterráneas se puede decir que ha fracasado. Las razones son varias, entre ellas la inercia mental, la falta de voluntad política, la escasez de medios de la Administración, los intereses creados y una situación heredada en la que la mayor parte de los usuarios del agua subterránea lo hacen en régimen de propiedad y no de concesión.
Rehacer esa realidad es un problema complejo, porque el agua, sea superficial o subterránea, es poder, es dinero, es mercancía, además de baza y arma arrojadiza de los juegos políticos. Enderezar esa situación, desde la base de unos principios éticos y de responsabilidad ante el futuro, es una aventura difícil en un mundo en el que el lucro preside el conjunto de actividades humanas.
Siendo pragmáticos, lo más fácil es preservar lo que todavía permanece impoluto, procurar que, de momento, las cosas no vayan a más. En ese sentido, los grandes manantiales, aquellos de los que se nutren hoy las industrias del agua envasada, son joyas a conservar y a proteger con el máximo celo. Es la forma de asegurar una calidad natural al menos para las aguas de ingesta. Hay otros muchos manantiales y acuíferos profundos o parte de ellos que reúnen esa condición; preservarlos no sería difícil si comprendiéramos el problema.
En medio de ese panorama aparece un día la Directiva Marco del Agua junto con la obligación de su transposición al marco jurídico de los Estados miembros de la Unión Europea. Lo hizo como un balón de oxigeno que abrió en nuestro país nuevas esperanzas a un futuro bien hacer. A las aguas subterráneas les dedica la atención que cualquier discurso responsable dedicaría. El problema es que los grandes textos, como el de la Directiva Marco, son por principio preciosos y completos.
La dificultad viene a la hora de implementar sus contenidos en la realidad general y en la singularidad de cada país y, sobre todo, en la voluntad de las esferas que tienen fuertes poderes e intereses en el agua, que no siempre son compatibles con el interés general.
Sin creer que la Directiva Marco vaya a ser la panacea, hay que considerarla como una buena compañera de viaje. En las aguas subterráneas, como en todas las aguas, hay mucha pedagogía social por hacer para que un día pueda emerger una verdadera inteligencia hidrológica colectiva, sentido común y responsabilidad ante las generaciones venideras. Las leyes son necesarias, pero insuficientes.
Lo que ocurre con el agua, superficial o subterránea, es la manifestación en versión hidrológica de una realidad superior, muy compleja, que todo lo impregna: nuestro sentido del progreso. Hoy el progreso todo lo justifica. Basta invocar cualquier intervención en su nombre para que la sociedad acepte y aplauda cualquier vandalismo.
* Enlace a la Situación Ambiental de las diversas Cuencas Hidrográficas en España... (http://www.iberica2000.org/Es/Busquedas.asp?Palabra=cuencashidrograficas)
NOTAS INTRODUCCIÓN AL MARCO LEGAL DEL AGUA EN ESPAÑA
1. Dirección General de Obras Hidráulicas y Calidad de las Aguas (2000): Libro Blanco del agua en España. Secretaría de Estado de Aguas y Costas. Ministerio de Medio Ambiente. 637 p.
2. Llamas Madurga, M.R. (2004): La crisis de la política hidrológica tradicional. En F. Aguilera y P. Arrojo (coord.): El agua en España. Propuestas de futuro. Ed. del Oriente y del Mediterráneo. 27-68. Madrid.
3. European Water Association (2005): EWA Yearbook 2005. 96 p.
4. UNESCO (2003): Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo. 535 p.
5. El objetivo de la Directiva Marco del Agua (60/2000/CE) es establecer un marco para la protección de las aguas superficiales continentales, las aguas de transición, las aguas costeras y las aguas subterráneas de forma que se prevenga el deterioro y se proteja y mejore el estado de los ecosistemas acuáticos promoviendo el uso sostenible de los recursos disponibles,
se reduzca progresivamente la contaminación y se contribuya a paliar los
efectos de las inundaciones y sequías.
6. El IMPRESS es una de las primeras tareas que la Directiva Marco del Agua solicita a las diferentes cuencas hidrográficas del Estado. Es un informe sobre las repercusiones de la actividad humana en el estado de las masas de agua continentales. Incluye la tipificación de las masas de
agua (ríos, lagos, acuíferos...), la identificación de presiones sobre ellas, el análisis del riesgo de no cumplir con los objetivos medioambientales de la DMA y un estudio económico de los usos del agua.
7. Comisión de las Comunidades Europeas (2004): Informe de la Comisión
al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Social Europeo y
al Comité de las regiones. Aplicación de la Directiva 91/271/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1991, sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, en su versión modificada por la Directiva 98/15/
CE de la Comisión de 27 de febrero de 1998.
8. Las cuencas hidrográficas se definen según la Ley de Aguas 29/1985 como “la superficie de terreno cuya escorrentía superficial fluye en su totalidad a través de una serie de corrientes; ríos y eventualmente lagos, hacia el mar por una única desembocadura, estuario o delta”.
9. Es el caso de las cuencas internas Gallegas, cuencas del País Vasco, cuencas internas Catalanas, cuencas del Sur y cuencas Atlánticas Andaluzas.
10. El IMPRESS es una de las primeras tareas que la Directiva Marco del Agua solicita a las diferentes cuencas hidrográficas del Estado. Es un informe sobre las repercusiones de la actividad humana en el estado de las masas de agua continentales. Incluye la tipificación de las masas de agua (ríos, lagos, acuíferos...), la identificación de presiones sobre ellas, el análisis
del riesgo de no cumplir con los objetivos medioambientales de la DMA y un estudio económico de los usos del agua.
Información relacionada y enlazada en Ibérica 2000:
* En los últimos 100 años, 80 millones de personas fueron expulsadas de sus casas por los embalses (Enlaces...)
* Hidromitología y vandalismo
* Impactos Ambientales, debido a la mala gestión de las aguas...
¿A qué especialistas intachables hay que preguntar, en estas cuestiones?
* Plataforma Xúquer viu (Enlaces...)
* Fundación La Nueva Cultura del Agua... (http://www.iberica2000.org/Es/Articulo.asp?Id=1987)
* Los Espejos del Agua...
* El delta del Ebro, un sistema amenazado...
* El profesor Pedro Arrojo en Alzira. Premio Goldman 2003.
* El embalse de Itoiz, la razón o el poder...
>> Autor: Alfonso143 (12/06/2006)
>> Fuente: Greenpeace.es
(C)2001. Centro de Investigaciones y Promoción de Iniciativas para Conocer y Proteger la Naturaleza.
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