BEGET, LA JOIA ARQUEOLÓGICA DE LA GARROTXA.
Entre Olot y Ripollés, un vallecillo encantado... (Girona)
Adentrarse en territorios de l´Alta Garrotxa y re-descubrir los sencillos pueblos que pueden pasar desapercibidos al no constar ni en los mapas, puede entusiasmarnos al recorrer sus cortas calles, deparando minuciosamente en detalles que pasan desapercibidos a los ojos más despiertos, en compañía del diálogo de sus gentes, que te ofrecen a cada instante su más sencilla hospitalidad.
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(Imágenes de Ibérica 2000 - Julio 2009)
La llegada a Beget es retorcida, frondosa,
húmeda en pleno mes de julio y amablemente refrescante.
Reportajes relacionados con este entorno:
* En ruta por L´Alta Garrotxa... (Girona) (Enlaces...)
* Desde Sadernes a Albanya.
* Viatje al cor del Bassegoda.
* Santa Bárbara de Pruneres. (Alta Garrotxa)
* Santuari de La Mare de Déu del Mont.
* La Vía Romana del Capsacosta.
Son gentes de fácil diálogo, de estrecho y familiar compartir, de gradables indicaciones para que nos animemos a conocer sus paisajes, sus rincones, sus infinitos secretos. Gentes de lenguas simpáticas, que tienen la paciencia de explicarnos sus secretos en el variado idioma del visitante.
Son tierras de nuevos guisos, de nuevos sabores, de nuevos platos envueltos en un aroma particular, -a lo que ellos definen como "cuina volcánica"-. Empleando agradecidos los ingredientes que la tierra mana en estas partes de la Península Ibérica. Mezclando sus ciruelas, sus pasas, sus licores más hogareños, sus setas, su porc (javalí), con el buen hacer de cada casa.
No son tierras de vinos, pero si de licores endémicos que alegran las almas, que apagan los fríos inviernos, pero que con hielo, refrescan muchas veladas del verano, saboreándose en las tertulias más amistosas. Es la "Ratafia", un herbero amargo, muy dulce, oscuro, espeso, que en cada hogar tiene un toque especial y siempre diferente. En La Garrotxa se fabrica industrialmente.
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Al llegar a la población de Beget, a primer golpe de vista,
se impone sobre el lienzo la torre cuadrada de la iglesia, prismática,
esbelta y relucientemente conservada en sus orígenes;
disponiendo amplios ventanales a cada lateral.
La primera construcción de base y primer piso de la torre posiblemente pertenezca al s. XI y los tramos superiores pueden pertenecer al s.XII.
El entorno junto a la iglesia ha sido restaurado,
cuidando de no romper con la delicada obra del conjunto monumental.
La Iglesia está dedicada a Sant Cristòfol.
Durante la guerra del 36 no sufrió destrucción y fue salvada del fuego al plantar cara sus habitantes en aquella amenaza. De aquí la importancia de la adecuada conservación de este patrimonio histórico, de su retablo gótico, de su figura principal "La Majestat de Beget", y una pila bautismal románica con solemnes altares del s.XVIII. El Altar Mayor está presidido por la imagen de "La Majestat" -el Cristo crucificado- perteneciente al s.XIII. La figura impone por sus dos metros de altura, colocada perfecta y estratégicamente sobre el retablo barroco también del s.XVIII.
En el interior de la iglesia, aparece también una imagen de alabastro de la Virgen de La Salud y pinturas-murales de Joaquim Vayreda. La fiesta de la Divina Majestat se celebra el primer fin de semana de noviembre, organizada por la misma asociación de vecinos.
El municipio de Beget.
Está situado al noroeste de l´Alta Garrotxa. Un sencillo pueblo del que nos habían hablado como la "Joia arqueológica de La Garrotxa". Bien escondido, podemos acceder a el por una carretera retorcida y colgada entre montañasque parte desde la población, no menos típica de Oix.
Como llegar:
Desde Olot, Castellfollit de la Roca, Oix y Beget.
Beget y Rocabruna son los dos únicos núcleos habitados de los que parte una red bien señalizada de sendas y senderos.
(El GR-11 y el GR-83 cruzan estas tierras agrestes y difíciles, donde vivir hoy es una auténtica aventura y donde antiguamente sobrevivir era la única razón de ser en cada día.)
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La industrialización desde 1900 ha ido reconvirtiendo el mundo rural de L´Alta Garrotxa,
arrastrando a la población hacia las ciudades; sumido en la extrema soledad social,
lejos de la información y de los servicios; fue la causa de una despoblación sistemática
que no se ha recuperado aún en la actualidad.
Para muchos habitantes en estas condiciones que lograron resistir los difíciles años de los 60 y 70, la ganadería fue el esfuerzo de sustento de este mundo rural agonizante luchando contra la industrialización humana. Que es verdaderamente la que ha hecho perder la propia identidad de las gentes a las que ha tocado, haciéndolas marchar de sus tierras, haciéndolas perder sus constumbres, sus tradiciones, difuminando con los años el cordón umbilical del amor hogareño de la casa de los padres y abuelos donde cada cual nació.
Y eso deja desprotegida la tierra de nuestros antepasados, desprotegida del trabajo que sembraron nuestros familiares más cercanos, dejando que el correr del tiempo ponga polvo entre-medio y permita que se agrieten incluso los muros familiares más gruesos, que tan duro esfuerzo costó levantarlos.
La caída de numerosas iglesias y ermitas en todas estas décadas de soledad ocasionada por la post-guerra, provocó una puesta en acción urgente a partir de mediados de los años 70, reforzada en los 80 y 90, que ha fue decisiva para recuperar algunas de ellas, de las que hoy podemos disfrutar y admirar de forma monumental el paso del tiempo sobre sus piedras y muros. Un valioso y tenaz trabajo de gentes que se preocuparon seriamente por la conservación de este patrimonio catalán, que solo en parte se ha recuperado.
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El mundo del turismo que ha ido estableciéndose otra vez en estos lugares,
ha sido provocado por sencillos empresarios aventureros que se han re-enamorado de estos pueblos y paisajes,
arriesgándose, apostando por este futuro esperanzador,
sembrando una serie de servicios y atenciones, que han hecho más cómoda,
acogeadora y atractiva esta zona de tan dificultoso acceso.
El pueblo de Beget, cuidadamente turístico, acoge diversos establecimientos hosteleros de agradable acogida, donde a parte de degustar los esquisitos platos del entorno más cercano y hogareño, nos aportarán información amablemente documentada para que nos adentremos a recorrer sendas y caminos con la intención de conocer, -a través del corazón-, cada paisaje, cada riera, cada ermita o iglesia perdida entre los verdes frondosos donde conviven en perfecta armonia, encinas y robles. Claras calveras entre el matojo arbustivo permiten al ganado pastar y intercomunicar pastos. Un manto verde recorre las suaves ondulaciones esa geografía.
La promesa de una comodidad, hace que la gente se aventure y salga a descubrir la sociedad de la ciudad, por un trabajo más cómodo y continuo. Pero con los años, al caminar, cuando maduramos, cuando despertamos, algunos recuerdos nos remueven nuestras raíces de aquellos lugares de la niñez, de aquellos olores, de aquellos sabores, en aquellos años de juegos
y anhelamos volver, volver de nuevo a la madre que primero te acarició. Volver de nuevo a aquel pueblo de ensueño.
Beget comunica por caminos no aptos para vehículos, con los poblados de Rocabruna y Camprodón ya en la comarca de Ripollés.
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La época más aconsejada para sacar la máxima intensidad a los sentidos,
es entre los meses de octubre a mayo. Los otoños son multicolores saturadamente saturados,
en ciertos ecosistemas de marcada diversidad vegetal. Y las primaveras tardías,
retrasadas se denota en la cría de los pájaros que aún se desperezan del húmedo y duro invierno.
Beget en apariencia parece sencillo, pero esconde entre sus callejuelas y caminos, tres barriadas separadas por las rieras que bajan de las tierras de Rocabruna y dels Trulls unidos por dos puentes, uno de ellos medieval.
La minería, la fabricación de alpargatas y el contrabando ya pasaron a la historia,
pero aún podemos encontrar vivos testimonios de aquella dura época de incertidumbres pasando la frontera,
en personas mayores como la Sra. Asunción Duñach de 79 años, que encontramos casualmente en el restaurante "El Forn de Beget".
Ella nos contará detalles de aquella niñez y juventud difícilmente asimilable en nuestros días en que tenemos libertad para movernos.
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Beget está ubicado en un vallecillo cerrado a 450 metros/s/n/mar. Era centro neurálgico municipal de los núcleos urbanos de Rocabruna, Salarsa y Bestraca. LLegó a poseer 1300 habitantes. La despoblación que sufrió La Garrotxa y esta zona del Pirineo Oriental agravó la situación ya que ni siquiera dispuso de carretera hasta el año 1963. En el año 1969 fue agregado a la comarca del Ripolles, por eso no consta oficialmente en la información turística de La Garrotxa.
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Hasta el 2006 no fue acabada la carretera asfaltada que comunica Beget con Oix y con Castellfollit de la Roca. Por ello la conservación original, rústica y bella de esta parte del interior prepirenaico catalán. En la actualidad el número de habitantes sigue sin recuperarlos, sobre todo por los inconvenientes de las comunicaciones.
Desde Beget se ofrecen numerosos itinerarios a pie que no dejarán a nadie impasivo. Es una parte del Planeta que cuando lo analizamos desde alguna cima, esta llena de montículos, de serraladas, de cortados, con la belleza suave de una Cordillera Pirenaica que ya acaba, que se resigna a perder altura al llegar al mar. De fondo en todo este expectáculo, los altos picos del Pirineo, que a principios de mes de Julio aún conservan caras con neveros.
Un paisaje donde el Pito Cano es la estrella endémica entre la espesa vegetación, donde las oropéndolas estivales, los mirlos, los pinzones y los zorzales todo el año, conforman las notas más oídas y disfrutadas de esta Naturaleza, viva, latente, indómita, aún poco afectada por la mano del hombre. En los techos celestes aún llega el buitre y en alimoche para limpiar de cadáveres ganaderos los prados. Quizá la presencia del Quebrantahuesos haga de vez en cuando su aparición.
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Son lugares de ensueño, donde las fantasías de los más ecólogos se convierten en realidad, donde los paseos matutinos tienen obligada recompensa de avistamientos, y las veladas nocturnas al raso no se hacen esperar a los cantos de los cárabos todo el año y de los chotacabras en verano, de los búhos reales entrado el invierno.
A principios de abril, los atardeceres en las riberas, se engalanan con los galanteos acalorados y bien sonoros de los ruiseñores, que noche tras noche y día tras día expresan su deseo sexual en estos campos, entre los arbustos, sin tapujos ni disimulos.
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Itinerarios por el entorno:
* Beget-Sadernes.
* Beget-Oix.
* Rocabruna-Santuari del Coral y poble de la Menera.
Por tierras de Vallespir pero estrechamente vinculadas a La Garrotxa
y a la Vall de Camprodon. Accederemos por carretera desde Beget.
Tiempos aproximados a pie:
- Desde Rocabruna al Coll de Vernadell, 1´25 minutos.
- Desde Coll de Vernadell al Santuari del Coral, 45 minutos.
- Desde el Santuari al poblado de la Menera, 1´10 minutos.
El Santuari del Coral data su existencia desde 1267 pero sus voluminosos edificios actuales pertenecen al s.XVII. En sus dependencias podemos encontrar un albergue de 40 plazas, abierto todo el año, previa reserva. El interior de la iglesia posee grandes valores artísticos. El 16 de agosto entre otras fechas señaladas se celebran conocidos Aplecs de larga y antigua tradición, a una parte y otra de la frontera. En el entorno arquitectónico aparece una fuente, apenas a 300 metros del santuario. Una buena sombra, dos mesas y unos bancos de piedra, invitan a tomar un descansillo.
La Menera.
Pueblo de l´Alt Vallespir bien comunicado con las poblaciones de Serrallonga y el Tec. Instalado en un pequeño valle muy pintoresco, mimetizado entre el bosque. A 777 metros de altitud. Ya estamos en Francia. En el s.XIX llegó a tener 864 habitantes pero sufrió la despoblación al igual que todos los núcleos cercanos. La iglesia de Sant Salvador construida a finales del s.XIV.
* Beget-La Menera.
* Beget-Rocabruna-Castell de Beget.
* Beget-Comanegra.
* Camprodón-Rocabruna-Beget.
Libros recomendados de donde hemos extraído información:
* Excursions per l´Alta Garrotxa.
Beget-Rocabruna. De Joaquim Agusti.
Con fotografías de Josep M. Melció.
Disponible en la Biblioteca de Olot.
llibres de Batet.
Carme Simon, editora.
Apartat de correus, 55 - 17800 Olot (Girona)
* Espai Natural de l´Alta Garrotxa.
Guia del patrimoni històric i cultural.
Texte i fotografíes de Joan Oller.
Llibres de Batet.
Carme Simon, editora. Per encarrec del Consorci de l´Alta Garrotxa.
Apartat de correus, 55 - 17800 Olot (Girona)
* Santuaris Muntanyencs de la Garrotxa.
Per Daniel Pi i Tramunt.
Editorial Cavall Bernat.
Publicacions de l´Abadia de Montserrat. Desembre - 1981.
>> Autor: Ibérica 2000 (08/07/2009)
>> Fuente: Equipos de Ibérica 2000 en el Pirineo.
(C)2001. Centro de Investigaciones y Promoción de Iniciativas para Conocer y Proteger la Naturaleza.
Telfs. Información. 653 378 661 - 693 643 736 - correo@iberica2000.org