EL LINCE IBÉRICO: EL FELINO MÁS AMENAZADO DEL MUNDO.
Fauna Ibérica. España.
La estimación aproximada del tamaño de población total actual podría ser de 200-300 ejemplares.
* Informes oficiales del Parque Nacional de Doñana, sobre las MORTANDADES DE LINCES ocasionadas por las técnicas de captura realizadas en el marcaje de los animales... (http://www.iberica2000.org/documents/Informe%20de%20linces%20en%20Doñana.pdf) (Enlace a doc pdf...)
Se estudian acciones judiciales, porque esas especies forman parte de nuestro patrimonio biológico y cultural y va siendo hora de desenmascarar si los hay, delitos de corrupción en toda esta maraña de información que intenta ser silenciada.
* Un oscuro montaje detrás de las especies más amenazadas (Enlace...)
INTRODUCCIÓN.
El lince ibérico (Lynx pardinus) pertenece al grupo de félidos, donde se incluyen 19 géneros y 36 especies distintas.
Los felidos son los predadores por excelencia, los mamíferos que han llevado hasta el extremo la dependencia de una dieta carnívora.
(imagen omitida)
* Imagen extraida de ...
Algunas de las adaptaciones a la carnivoría estricta que muestra este grupo son un gran desarrollo de los caninos, que confiere eficacia letal al mordisco, una reducción general en el número de piezas dentarias, todas ellas con morfología adaptada al procesado de la carne, o la velocidad punta de la carrera o del salto en que acaba una aproximación a la presa basada en el acecho.
Dentro de los félidos, el grupo de especies denominadas genéricamente como linces constituyen un grupo de aspecto atípico, bien distinto al diseño alargado y de extremidades cortas habitual en otras especies.
El cuerpo de los linces es relativamente corto en relación con sus extremidades estilizadas.
El diseño de Lynx issiodorensis, el antepasado común más antiguo de los linces actuales, respondía al diseño tipo de los felinos. Junto a las proporciones corporales, los rasgos diagnósticos externos más llamativos son un rostro breve, la presencia de pelos ornamentales en los flancos de la cara (patillas) y en la punta de las orejas (pinceles), y la cola corta de punta negra.
El pelaje es de color y diseño muy variable entre especies y entre individuos de la misma especie; puede presentar manchas oscuras agrupadas en bandas a lo largo del dorso y los flancos, o carecer casi completamente de ellas.
Dentro del grupo de los linces, se distinguen 4 especies, de la que el lince rojo Lynx rufus es la especie actual más antigua, seguida del lince ibérico que se originó hace 2,2 m.a.
Las otras dos especies son el lince eurasiático Lynx lynx y el lince de Canadá Lynx canadensis, originadas hace unos 0,2 m.a.
Hay otra especie con aspecto similar al lince, el caracal o lince africano (Caracal caracal), que sin embargo no es pariente próximo de los verdaderos linces.
Sólo hay linces en el hemisferio norte.
Dos especies viven en el Paleártico (el lince ibérico y el euroasiático) y dos en el Neártico (el lince rojo y el de Canada).
La especie de mayor tamaño, con diferencia, es el lince eurasiático (peso medio de 22 kg y 18 kg en machos y hembras, respectivamente).
La librea es grisácea con tonos rojizos o amarillentos y manchas poco conspicuas sobre todo en poblaciones septentrionales.
El lince eurasiático es un consumidor de pequeños ungulados (p.ej. corzos y rebecos) tanto en latitudes boreales como en zonas templadas.
En condiciones de escasez de ungulados puede recurrir a las liebres u otras presas menores. Suele estar asociado a ambientes forestales aunque también puede vivir en zonas más abiertas en latitudes altas y hábitats subalpinos.
El lince rojo es la menor de las especies del género (11 kg y 8 kg en machos y hembras, respectivamente).
El fondo de la librea es grisáceo o pardo con tonos rojizos o amarillentos.
Las manchas pueden aparecer sólo en el vientre o extenderse hacia el pecho, los flancos y el lomo.
La mancha terminal oscura de la cola sólo ocupa la mitad dorsal.
Los pinceles de las orejas son menos aparentes que en otras especies.
El lince rojo es un generalista trófico que basa su dieta en lagomorfos donde es posible (conejos en el sur, liebres en el norte) pero que puede consumir grandes cantidades de presas alternativas como roedores, ungulados o aves.
Ocupa gran variedad de hábitats, desde los bosques de coníferas de Canadá hasta los desiertos de México.
El pelaje del lince del Canadá es grisáceo o pardo rojizo, sin apenas manchas, y con las puntas de los pelos de color blanco. Las extremidades son proporcionalmente largas.
Los pies anchos y con abundante pelo entre las almohadillas.
El peso medio de los adultos es del mismo orden que los de L. rufus (11 kg y 9 kg en machos y hembras, respectivamente).
Se alimenta casi exclusivamente de liebres (Lepus americanus) y presenta claras adaptaciones fisiológicas y conductuales para la explotación de ese recurso trófico cuya abundancia fluctúa cíclicamente en latitudes altas con periodicidad de 10 años.
Habita la zona boreal de Norteamérica y zonas boscosas en montañas situadas más al sur.
Por último, el lince ibérico alcanza aproximadamente la mitad del peso del lince eurasiático (13 kg y 9 kg en machos y hembras, respectivamente).
El pelaje del lince ibérico está profusamente moteado sobre un fondo pardo rojizo, y el contraste de las áreas blancas y negras tanto de la cara como de los ornamentos es más conspicuo que en el lince eurasiático.
Se han descrito varios patrones de pelaje en función del tamaño, forma, intensidad de color y definición de las manchas.
Las diferencias con el lince eurasiático (y con el resto de los linces) son tanto o más marcadas que las morfológicas en lo que respecta a rasgos de comportamiento, ecología e historias vitales.
DISTRIBUCIÓN PASADA DEL LINCE IBÉRICO.
El registro fósil indica que Lynx pardinus spaeleus Boule, un antepasado reciente del lince ibérico, se extendió por el sur de Francia, Suiza y Alemania meridional, dando lugar posiblemente a la distribución histórica máxima del lince ibérico (ver Rodríguez y Delibes 2002).
La invasión posterior de Europa central por L. lynx desde Asia pudo haber desplazado definitivamente a L. pardinus de las áreas al norte de los Pirineos (Kurtén y Granqvist 1987), relegándolo a la península Ibérica.
No obstante, ambas especies parecen haber coexistido sin hibridarse en el norte de España y sur de Francia (Altuna 1980).
Los restos de lince ibérico hallados en yacimientos arqueológicos (2.500 a.C.- 900 d.C.) se distribuyen ampliamente a lo largo de la península Ibérica.
La siguiente época en que existe información suficiente para valorar cambios en el área de distribución del lince ibérico es el siglo XIX, coincidiendo con el interés y las publicaciones de los primeros naturalistas.
Estas fuentes ya omitían por completo la presencia de la especie en la meseta norte, el valle del Ebro, el Sistema Ibérico, y las tierras bajas de la costa Mediterránea hasta Almería. Así mismo, sólo recogían informaciones anecdóticas relativas a Galicia, la cornisa Cantábrica, Navarra y el Pirineo.
Es probable, por tanto, que el confinamiento de L. pardinus en el cuadrante suroccidental de la península Ibérica (hasta el Sistema Central), resultante de extinciones generalizadas en el norte y Levante, haya tenido lugar durante los últimos 1.000 años (Rodríguez y Delibes 1990).
La distribución estimada para mediados del siglo XX confirma esa tendencia a la extinción de las ya escasas poblaciones relictas de lince en el norte y el este peninsular (Figura 1).
En 1960 el lince ibérico ocupaba un área aproximada de 58.000 km2, en una gran población continua a lo largo de Sierra Morena y Montes de Toledo, pero también en amplias áreas de las sierras extremeñas, del Sistema Central, de las sierras Subbéticas y de la costa onubense (Rodríguez y Delibes 1990).
Varias de estas poblaciones penetraban en territorio portugués a lo largo de las sierras.
DISTRIBUCIÓN RECIENTE Y TAMAÑO DE POBLACIÓN DEL LINCE IBÉRICO.
Treinta años después, en 1988, se hizo un esfuerzo por delimitar con precisión el área de distribución del lince ibérico a partir de información datada en la década anterior (1978-1988; Rodríguez y Delibes 1990).
No se encontró evidencia suficiente de la persistencia de ninguna de las supuestas poblaciones relictas fuera del cuadrante suroeste.
A excepción de la población costera del Parque Nacional de Doñana y su entorno, todos los linces se encontraban en áreas montanas (altitud <1300 m) con formaciones vegetales mediterráneas pseudonaturales no sometidas a usos intensivos.
El área total de ocupación era de 11.700 km2 donde se observaba reproducción regularmente, más 3.900 km2 de uso irregular.
El área de distribución se había fragmentado ostensiblemente, dando lugar a 48 núcleos de población de tamaños dispares (Figura 2).
El 75% de los núcleos se asentaban en un área inferior a 200 km2 mientras que sólo el 2% lo hacía un área superior a 2.000 km2 (Rodríguez y Delibes 1992).
La distribución de la densidad de linces fue muy heterogénea y, como ocurre en la mayor parte de los organismos, la distribución de frecuencias estuvo fuertemente sesgada hacia los valores de densidad bajos (Rodríguez y Delibes 2002).
Sólo en el 17% del área de presencia estable se registraron densidades relativamente altas (>12,8 linces/100 km2; Rodríguez y Delibes 1992).
El tamaño total de población se estimó en 1135 individuos (rango: 880 - 1150 individuos), sin contar individuos juveniles del año.
Esta estima total sería equivalente a aproximadamente 350 hembras reproductoras.
Admitiendo que una fracción muy pequeña de jóvenes dispersantes establecen territorios de reproducción a más de 30 km de su área natal, los 48 núcleos de presencia estable se agrupaban en nueve poblaciones, en cada una de las cuáles probablemente existía intercambio demográfico y genético entre los núcleos que la componían.
La combinación de distancia física entre poblaciones adyacentes y la permeabilidad de las discontinuidades a los movimientos de los linces sugería que la conexión demográfica entre la mayoría de los pares de poblaciones examinados era escasa o nula.
La disposición espacial de los núcleos de población se ajustaba aún al modelo de población central grande, situada en Sierra Morena oriental y que contenía el 62% del área de distribución y el 71% de la población total, rodeada de poblaciones satélites menores en otras partes de Sierra Morena y en las cadenas montañosas circundantes.
En el presente sólo existe evidencia incontestable de la presencia y reproducción del lince en el área de Doñana y en una parte reducida de lo que fue la gran población de Sierra Morena oriental, a caballo entre las provincias de Jaén y Córdoba (Rodríguez 2002).
En un estudio aún inédito realizado durante este periodo por el Ministerio de Medio Ambiente podrían haberse encontrado indicios no concluyentes de la presencia de lince en algunas otras localidades.
La estimación aproximada del tamaño de población total actual podría ser de 200-300 ejemplares.
Esta situación ha llevado en 2002 a la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) a considerar al lince ibérico como “en peligro crítico”, la máxima categoría de amenaza.
En la clasificación propuesta por el grupo de especialistas en felinos de la UICN, el lince ibérico encabeza en solitario la lista de vulnerabilidad de los félidos del mundo, como único representante de la categoría que requiere atención prioritaria debido a su delicado estado de conservación. (Nowell y Jackson 1996).
Debido ha su situación desde hace décadas, el lince ibérico es una especie protegida en España desde 1973 (también en Portugal desde 1974).
Para la Comisión Europea es una especie estrictamente protegida y prioritaria entre las que necesitan medidas para la protección de su hábitat.
Algunas Comunidades Autónomas competentes están comenzando a invertir sumas sin precedentes en planes de conservación del lince ibérico y a impulsar políticamente su aplicación.
ÁREA DE DISTRIBUCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN EN EL GÉNERO Lynx.
La situación del lince ibérico contrasta con la que disfrutan sus compañeros del grupo de los linces.
Mientras el primero esta “en peligro critico”, la conservación a nivel general de las otras especies no esté en absoluto amenazada, presentando todas ellas amplias áreas de distribución.
El área de distribución del lince eurasiático es una de las más grandes de todos los félidos, con más de 13,6 millones de km2 que comprenden la práctica totalidad de Siberia hasta las estribaciones septentrionales del Himalaya , áreas montañosas de Asia central, meseta del Tíbet, norte (Finlandia, Escandinavia), este (Rusia, repúblicas Bálticas, Polonia) y montañas de sur y sureste de Europa (Cárpatos, Balcanes y Alpes).
El lince rojo se distribuye en casi la totalidad de Estados Unidos (excepto las llanuras de la mitad este), el sur de Canadá y la zonas templadas de México, cubriendo una extensión de 7,2 millones de km2.
El lince del Canadá vive en los bosques boreales de Norteamérica desde Alaska hasta la península del Labrador y también en las Montañas Rocosas.
Su área de distribución actual coincide casi exactamente con los límites de su área de distribución histórica, cuya superficie era de 7,7 millones de km2.
Como se puede observar, el área de distribución histórica (máxima) del lince ibérico ya era un orden de magnitud menor que la actual de sus congéneres.
Por otro lado, mientras el área ocupada en la actualidad por los linces americanos se ajusta bien al área histórica, y la del lince eurasiático sólo ha sufrido pérdidas en Europa central y occidental, la distribución del lince ibérico ha experimentado un importante proceso de contracción (Figura 3; Rodríguez y Delibes 2002).
La tasa de contracción es exponencial, como queda de manifiesto al comprobar que el tamaño del área de distribución estimada para 1960, 1988 y 2000, fue respectivamente dos, tres y cuatro órdenes de magnitud inferior al tamaño del área de distribución de los demás linces (Figura 3).
CAUSAS BIOLOGICAS QUE HAN LLEVADO AL LINCE IBÉRICO A SU ESTADO DE CONSERVACIÓN.
Dependencia de los conejos.
El lince ibérico se alimenta casi exclusivamente de conejos de campo, Oryctolagus cuniculus (Delibes 1980).
En diferentes lugares del centro y sur de la Península Ibérica donde se ha estudiado su dieta, restos de conejo han aparecido entre el 85 y el 99% de los excrementos analizados.
El tamaño de los conejos consumidos varía a lo largo del año en función de su abundancia en cada momento, siendo los gazapos y conejos jóvenes más consumidos en primavera y verano que en el resto del año.
En ocasiones también pueden consumir ánsares, patos, ratas, liebres, perdices, urracas, palomas, e incluso ciervos y gamos jóvenes.
Hasta ahora no existe ninguna información que indique que los linces pueden sobrevivir y reproducirse consumiendo otras presas distintas a los conejos.
Por lo tanto, los linces no pueden habitar áreas donde los conejos estén ausentes o sean muy escasos.
Requerimientos de hábitat.
* El lince ibérico necesita del matorral mediterráneo para vivir (Palomares y col. 2000).
* Al menos en el 75% de las áreas donde el lince ibérico vive y se reproduce de forma estable predomina el matorral mediterráneo, con una cobertura que en promedio es del 55%.
* El resto suelen ser franjas de terreno entre el matorral y hábitats abiertos como el borde de marismas o dehesas. La abundancia de conejos debe ser como mínimo de 1 y 5 conejos/ha (durante las épocas de menor y mayor abundancia anual, respectivamente), para permitir la reproducción (Palomares y col 2001).
* Los linces en dispersión no son tan exigentes como los residentes en los requerimientos de hábitat, y en ese momento de su vida pueden usar cualquier tipo de hábitat forestal, siempre y cuando tenga asociado algún tipo de matorral (Palomares y col. 2000).
* Otros componentes importantes del hábitat de los linces podrían ser la disponibilidad de lugares adecuados para criar y la presencia de agua.
* Los lugares usados en Doñana para el parto han sido siempre huecos en árboles viejos y de gran tamaño (diámetro mínimo de 90 cm a la altura del pecho; Fernández y Palomares 2000). En Sierra Morena probablemente crían en oquedades entre las rocas y pequeñas cuevas.
* Por otro lado, los movimientos diarios de los linces durante la época estival están condicionados por la localización de los puntos con agua, donde se les ve con frecuencia bebiendo (Palomares y col. 2001).
* Por lo tanto, el tipo de vegetación predominante en el hábitat que el lince necesita para vivir tiene que ser el matorral mediterráneo, donde además, tiene que haber una relativamente buena abundancia de conejos.
* No es buen hábitat para el lince áreas de matorral mediterráneo donde no haya conejos, ni zonas donde los conejos sean abundantes pero en los que no exista cobertura vegetal proporcionada por matorral bajo o de tipo arbustivo.
* Es muy probable que en el hábitat del lince también sea necesaria la presencia de lugares adecuados para criar como son arboles huecos viejos o cuevas entre las rocas y la presencia de puntos de agua permanentes durante la época seca.
Organización social y espacial.
Los linces son felinos solitarios (Ferreras y col. 1997).
Raramente se encuentran 2 linces juntos a excepción de la hembra con los cachorros durante su periodo de dependencia, que normalmente dura hasta los 7-8 meses de edad.
Los machos no colaboran con el cuidado de los cachorros. Los jóvenes abandonan el territorio materno y comienzan la dispersión en busca de nuevos territorios donde establecerse como residentes y reproducirse entre el año y los 2 años de edad.
Las áreas de campeo de los linces adultos varían entre 4 y 30 km2, dependiendo de factores tales como el sexo y la densidad de conejos (Ferreras y col. 1997; Palomares y col 2001; Palomares 2001).
Los machos tienden a tener mayores áreas de campeo que las hembras, y en zonas con mayor abundancia de conejos las áreas de campeo son más pequeñas que en áreas donde los conejos son más escasos.
Las zonas de mayor uso del área de campeo de los linces adultos que son residentes solapan ampliamente con los de otros individuos de diferente sexo, pero no con los territorios de individuos del mismo sexo.
Los linces tienden a ser monógamos, aunque algunos machos pueden solapar sus territorios con los de más de una hembra.
Este tipo de organización social y espacial determina que la capacidad de carga de un área este condicionada por las propias características biológicas de la especie.
Por lo tanto, áreas que pretendan servir como reservas para los linces deben ser grandes, de forma que puedan albergar a un número suficiente de linces como para asegurar su supervivencia a medio y largo plazo.
Reproducción.
* Las hembras de lince sólo se reproducen entre los 3 y 9 años de vida. Normalmente crían una vez al año, aunque hay años que no lo hacen por razones no bien conocidas.
* El celo tiene lugar principalmente en Diciembre-Enero y los partos en Marzo-Abril, aunque en ocasiones pueden haber celos y partos tardíos (Fernández y col. 2002).
* El número más frecuente de cachorros por camada es de 3, aunque a veces paren 2 o 4 cachorros. Lo normal es que hasta la edad del comienzo de la dispersión sólo sobrevivan 2 cachorros de cada camada.
* Con estos parámetros reproductores, los linces no se recuperan con facilidad cuando han sufrido una disminución de sus efectivos bien sea por causas relacionadas con la actividad del hombre, bien por causas naturales, lo que los hace muy susceptibles a su extinción local.
Capacidad de movimiento.
* Los linces tienen una capacidad limitada de movimiento que les hace muy sensibles a las barreras impuestas por la construcción de grandes infraestructuras o a la modificación de los hábitat forestales naturales (Ferreras y col. en prensa).
* En el área de Doñana un lince en dispersión recorre en promedio una distancia de 172 km, mientras se mueve por una superficie de 231 km2, y se aleja en línea recta 23 km del punto de captura.
* Sus movimientos están condicionados por la estructura y composición de los hábitats que rodean las áreas reproductoras, teniendo dificultad para cruzar por áreas abiertas de más de 5 km de anchura.
* Por lo tanto, son muy sensibles a la fragmentación o eliminación de los hábitats forestales, que son por los que se pueden mover sin grandes problemas.
Mortalidad.
Una gran proporción de las muertes de linces en el área de Doñana (al menos el 62%) son ocasionadas por actividades de tipo humano (Ferreras y col. 1992).
Durante el radio-seguimiento de más de medio centenar de linces las causas de mortalidad detectadas fueron:
los disparos (21% de las muertes), el trampeo ilegal (lazos y cepos) y la caza con perros (21%), los atropellos por automóviles (17%) o el ahogamiento en pozos (4%).
El hombre parece haber sido y seguir siendo el responsable de una alta proporción de muertes tanto en Doñana como en otros puntos de su área de distribución.
Como hemos mencionado anteriormente, debido a su baja tasa reproductora y sus amplios requerimientos espaciales no se recupera con facilidad cuando está sometido a una persecución importante por el hombre, y su subsistencia en tales áreas sólo es posible cuando existen zonas refugio donde la reproducción excede sobradamente a la mortalidad.
LITERATURA CITADA.
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Rodríguez, A. y Delibes, M. 2002. Internal structure and patterns of contraction in the geographic range of the Iberian lynx. Ecography 25: 314-328.
Autor:
F. Palomares y A. Rodríguez.
Departamento de Biología Aplicada.
Estación Biológica de Doñana, CSIC.
Avda. María Luisa s/n.
41013 Sevilla, España.
Más información en Ibérica 2000:
* Jornadas sobre gestión y conservación de fauna silvestre en peligro de extinción.
Artículos publicados en la Revista Quercus. España:
* Del millar de linces ibéricos que había en los años ochenta, quedan menos de doscientos, repartidos entre Andújar-Cardeña (Sierra Morena) y Doñana.
El número de hembras reproductoras apenas supera la treintena. Son las cifras definitivas y actuales del reciente censo realizado sobre el félido más amenazado del planeta, a iniciativa del Ministerio de Medio Ambiente Español.
Publicado en el cuaderno nº 216/Febrero 2004. Pag 64.
Por J. Nicolás Guzmán. nguzman@ctv.es
F.J. García, G. Garrote, R. Pérez de Ayala y C. Iglesias.
* Podeís solicitar los números atrasados a: linneo@quercus.es
Telf: 91 327 79 93.
>> Autor: cipi-cpn (26/04/2003)
>> Fuente: F. Palomares y A. Rodríguez. CSIC.ffpaloma@ebd.cesic.es
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