ESCLAVOS EN PLENO SIGLO XXI
Säo Felix do Araguaia. Mato Grosso. Brasil.
Estas denuncias fueron las que han puesto en peligro de muerte a D. Pedro Casaldáliga. La esclavitud en el campo, es un hecho que se repite en muchos latifundios de Brasil, los obreros que allí trabajan, se adeudan de tal forma con sus patronos... que el sueldo no les alcanza ni para la manutención, ni para el alojamiento infrahumano al que estos obreros del campo están sometidos.
"En Mato Grosso, el obispo español Pedro Casaldáliga todavía lucha contra la esclavitud en las plantaciones".
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Imágenes extraídas de... (Enlace...)
Woods Hole Research Center, 2005.
La Prelacía de Säo Felix do Araguaia es la iglesia católica de la región del Alto Araguaia, en Brasil. Situada en el nordeste del Estado del Mato Grosso, abarca una extensión similar a la de Portugal. Esta región amazónica se caracteriza por su aislamiento, miseria y ausencia total de los más elementales derechos humanos.
Los núcleos urbanos más próximos - Goiania, Barra de Garças - se encuentran a 30 horas de Säo Felix. La capital del Estado del Mato Grosso - Cuiabá - está a dos días de viaje. En toda la región las carreteras son de tierra, y en la temporada de lluvias quedan cortadas.
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Este contexto de aislamiento favorece una situación de corrupción generalizada en donde todos los órganos de poder gobernadores locales, policía y jueces - cometen y consienten torturas, asesinatos y esclavitud en toda la región.
El propio obispo de la Prelacía de Säo Felix, el español Pedro Casaldáliga, ha sufrido un intento de homicidio por parte de la policía militar, que equivocando el objetivo asesiné con un disparo a bocajarro al sacerdote que le acompañaba.
Uno de los orígenes de esta situación es la corrupción electoral. El analfabetismo, la ignorancia, el miedo y las amenazas hacen práctica habitual la compra-venta de votos a cambio de un poco de dinero o comida. Así, son los más pobres los que sustentan el, sistema actual, permitiendo con sus votos que auténticos mafiosos y asesinos copen los distintos órganos de poder.
En las últimas 3 décadas apenas se han conseguido avances significativos en derechos humanos, a pesar de que hace ya quince años que finalizó la dictadura. Por el contrario, el nivel adquisitivo de la población en la región y en el país entero ha disminuido a menos de la mitad en este periodo. Hoy hay más pobreza y es más extrema que hace 30 años.
Esclavitud en el campo.
La lucha por la tierra es una constante en todo Brasil. La Prelacia está ocupada en su mayor parte por latifundios de hasta 2000 km2 de extensión. Los dueños son empresas multinacionales o particulares de Säo Paulo y otras grandes ciudades que se encuentran a miles de kilómetros de la región.
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La injusta distribución de la tierra provoca que apenas existan algunas áreas para pequeños agricultores. Y éstos ni siquiera poseen el título de propiedad de sus tierras debido a lamentables problemas burocráticos causados por la indolencia, la incompetencia o los intereses económicos de, la clase dirigente.
A partir de los años 60 el gobierno brasileño decidió fomentar la colonización de la selva amazónica vendiendo grandes lotes de "tierra de nadie" sin contar con que estas regiones estaban de hecho ocupadas por indios y campesinos que llevaban viviendo y cultivando en esas tierras durante generaciones. De la noche a la mañana cosechas, casas, iglesias, escuelas... pueblos enteros pasaron a ser propiedad de los latifundistas, cuyos objetivos son la especulación inmobiliaria y la deforestación de la selva. Los antiguos moradores pasaron a ser "posseiros", inquilinos de las tierras sin derecho legal a su propiedad.
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The Pantanal in Mato Grosso state is 160.000 sq. km of lakes, lagoons, rivers and forest.
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La posición actual de los campesinos con pequeñas tierras es realmente precaria. La vida en el campo se desarrolla en ausencia de luz eléctrica, agua corriente o teléfono. Trabajan en medio de la selva en condiciones insalubres, producen con medios obsoletos pues no tienen recursos para comprar máquinas o fertilizantes, y el poco excedente que consiguen resulta imposible de comercializar fuera de la región, debido al estado de las carreteras de tierra. El difícil acceso vuelve prohibitivo el coste del transporte.
El hecho de carecer de títulos de propiedad en regla cierra las puertas a posibles préstamos bancarios o ayudas gubernamentales. Pero aún así se pueden considerar afortunados con respecto a otros trabajadores.
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Los asalariados con contrato de trabajo se ven obligados a trabajar de sol a sol por un sueldo mensual que en general no pasa del salario mínimo: 136 reales (equivalente a 12.000 pesetas), siendo el coste de vida sorprendentemente similar al español. Así, en sanidad (asistencia médica, medicinas) los gastos son tres veces superiores que en España, careciendo además de seguridad social. A parte de recibir un salario de hambre, los trabajadores se enfrentan a menudo a condicionas pésimas de seguridad e higiene, tratamientos vejatorios y graves abusos sobre sus derechos laborales.
En el escalafón más bajo se encuentran los trabajadores sin contrato de trabajo, explotados con turnos de 15 horas diarias y salarios inferiores a las 12 000 pesetas citadas. El 20% de la población de esta región no tiene documento de identidad, y el 10% no está registrado en ninguna parte: directamente no existen a efectos legales. Son carne de cañón para los patrones. El caso más extremo es el trabajo esclavo, que termina con frecuencia con el asesinato de los trabajadores.
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El trabajo esclavo es práctica habitual en muchos puntos de la cuenca amazónica. Los terratenientes captan peones en barrios marginales de ciudades distantes. Bajo promesas de buenos salarios y mejores condiciones de vida, los embarcan en canciones y transportan hasta haciendas situadas en el interior de la selva, de muy difícil acceso y alejadas de cualquier núcleo habitado. Una vez allí, los peones convenzan una vida infrahumana, trabajando como animales obligados por pistoleros al servicio del capataz. Desde el primer día acumulan deudas con el patrón, único abastecedor posible, que fija unos precios absurdos por atender sus necesidades básicas (alojamiento, manutención ... ), y les cobra descontando de la paga mensual.
Al llegar a fin de mes descubren que no sólo no van a cobrar salario alguno sino que además todavía adeudan parte del salario del siguiente mes. Así sus deudas les encadenan al trabajo, que ya no pueden abandonar. Los pistoleros que vigilan la hacienda reprimen con torturas y asesinatos cualquier intento de fuga o protesta. Aquellos que intentan dejar el trabajo y escapar son cazados como conejos. Sus cuerpos son abandonados en la selva o enterrados en la misma hacienda, como escarmiento para los demás.
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Al terminar el servicio exigido por el patrón, en el mejor de los casos son devueltos a la ciudad más próxima, a miles de kilómetros de su antiguo hogar, sin un real en el bolsillo y bajo amenaza de muerte en caso de irse de la lengua. En otras ocasiones una ejecución masiva de toda la plantilla elimina el riesgo de denuncia.
Al miedo a denunciar de los supervivientes se une la pasividad de las autoridades, demasiadas veces coautores de los crímenes cometidos. Una denuncia local tampoco soluciona nada, pues los terratenientes tienen el apoyo de policías civiles y militares. En cárceles y comisarías la policía es la primera que comete torturas y asesinatos. Los detenidos son encarcelados sin ni siquiera ser interrogados, sin leerles sus derechos y sin darles posibilidades mínimas de defensa. En ocasiones la misma policía vende presos a los terratenientes para que trabajen de esclavos en sus tierras. Los datos publicados por el propio gobierno brasileño indican que en torno al 20% de estos esclavos no consigue salir con vida.
Educación y Sanidad.
Las condiciones sanitarias de la Prelacía son penosas Esta zona es el segundo foco mundial en índice de lepra, sólo por detrás de algunas regiones de la India. La leishmaniosis afecta a los braceros que desmatan la floresta y campesinos que viven colindantes con la selva. Produce úlceras indoloras que en 8-10 años derivan en metástasis de tabique nasal y pabellones auriculares, cayéndose literalmente nariz y orejas. La malaria tiene especial incidencia en las aldeas indígenas en los márgenes del río Araguaia. La tuberculosis también afecta con fuerza a poblaciones indígenas. Se sabe que el SIDA ha llegado a la región, pero no es posible realizar ningún tipo de análisis. Otras dolencias comunes son parasitosis (sarna, tenias, oxiuros, áscaris) y lesiones producidas por animales (serpientes, rayas, mandís, pirañas, caimanes).
Los hospitales y puestos de salud apenas tienen medicinas, equipos ni material quirúrgico. Los pocos médicos que trabajan en la región son corruptos, mal preparados y sin medios. Ganando salarios de la administración en tomo a las 800.000 pesetas mensuales, obligan a los pacientes de los puestos de salud a absurdas visitas en sus consultas privadas. Realizan operaciones innecesarias o peor aún, falsas cirugías, abriendo la piel para coser al instante y dejando al paciente engañado y sin tratar su dolencia. Son médicos de medicina general sin especializar que aprenden cirugía ensayando con sus pacientes, usando técnicas rudimentarias y sin contar siquiera con anestesista. Muchos pacientes mueren en los quirófanos por negligencia médica o falta de medios y conocimientos.
Varios municipios no tienen ningún médico por su alto coste. Aquellos que sí tienen sólo disfrutan de él en la capital del municipio. Muchos puestos de salud rurales están cerrándose por diversas alcaldías para desviar los fondos hacia particulares. Numerosos núcleos rurales viven aislados y sin acceso a ningún tipo de atención: hay zonas habitadas en las que nunca ha estado ningún médico, enfermero o agente de salud.
La falta de escolarización de niños y adolescentes y las precarias condiciones de las escuelas existentes lleva a una tremenda tasa de analfabetismo. Al igual que sucede con los puestos de salud, en toda la región se están cerrando escuelas rurales, y las que funcionan carecen de medios. Varios municipios deben salarios de hasta catorce meses a los profesores. El dinero que debería ir destinado a Educación va directamente a los bolsillos de los alcaldes, que logran no solo enriquecerse sino también un objetivo más trascendente: mantener en el analfabetismo a la población. Un pueblo ignorante es mucho más fácil de manipular y. Existe una situación de subdesarrollo promovida y sustentada por la clase dirigente.
Proyecto de creación de una sede de Derechos Humanos:
Se pretende formar una sede de Derechos Humanos en Säo Felix, que sirva de local de acogida de trabajadores que escapan de la explotación laboral en las grandes haciendas; y contar un abogado que facilite asistencia jurídica y nos permita denunciar de forma efectiva la corrupción política, administrativa, policial y judicial de la región. Las desigualdades sociales de Brasil hacen que los abogados ganen entre 50 y 100 veces el salario mínimo profesional, cifras prohibitivas para la economía de la Iglesia de la región y que hacen necesaria la ayuda económica externa.
Las personas interesadas en recibir más información pueden contactar con:
Marcos Ferreiro.
ferreiro@worldonline.es
Más información relacionada, en Ibérica 2000:
* Solidaridad con Pedro Casaldáliga... (Enlaces...)
* Hacia la internacional humana.
* Lideres indígenas de Mato Grosso, reivindican sus tierras en Brasília.
* Endesa y Repsol, tienen una gran deuda ecológica con América Latina
* Toda la información relacionada con la Amazonía, y alojada en Ibérica 2000... (http://www.iberica2000.org/Es/Busquedas.asp?Palabra=amazonia) (A numerosos artículos...)
>> Autor: Alfonso143 (25/06/2005)
>> Fuente: Marcos Ferreiro.
(C)2001. Centro de Investigaciones y Promoción de Iniciativas para Conocer y Proteger la Naturaleza.
Telfs. Información. 653 378 661 - 693 643 736 - correo@iberica2000.org