2700 TURBINAS EÓLICAS PARA NADA
LA MAYOR AGRESIÓN JAMAS A LA COMUNIDAD VALENCIANA
El bonito interior de la Comunidad Valenciana está a punto de ser transformado en una zona industrial de proporciones gigantescas que:
1) generará un puñado de empleos duraderos,
2) costará una fortuna en subvenciones,
3) duplicará vuestras facturas de luz,
4) no servirá para nada.
(imagen omitida)
Foto de arriba: milano real cortado por la mitad por el aspa de uno de estos molinos de viento en Alemania.
En "El fin de un paraíso" hemos hablado de la mínima cantidad de electricidad que producirán los 2700 aerogeneradores del Plan Eólico Valenciano, y de su efecto destructor sobre los recursos recreativos y turísticos de la Comunidad Valenciana. Ahora nos toca analizar los supuestos beneficios de esa pequeña cantidad de electricidad producida por el viento, que nos costará tres veces más que la normal.
* El fin de un paraiso
Los promotores de esta energía nos la venden como "limpia", y útil para frenar el recalentamiento global. Pero lo que no es tan limpio es lo siguiente: "problemas reales de planeamiento de la producción energética emergen debido a la naturaleza intermitente de la energía del viento, los más obvios siendo la necesidad de respaldo y de reserva activa". Así lo dice Glenn Schleede, un especialista energético de EEUU.
Él sigue con esto: "Las unidades de generación fiable que respaldan las turbinas eólicas deben funcionar en modo de producción y de rendimiento reducidos, o en reserva activa. Mientras funcionan en estos modos, estas unidades de combustible fósil están produciendo emisiones. Por lo tanto, la contribución de los aerogeneradores a la reducción de emisiones será minúscula en el mejor de los casos, y quizás inexistente."
Me explico: la red eléctrica necesita estabilidad de voltaje y frecuencia. Pero el viento sí que varia, produciendo altibajos imprevisibles en la red. Así que las plantas convencionales tienen que seguir funcionando, pero en modo de bajo rendimiento de manera que puedan subir su producción en cualquier momento - sino habría apagones cuando el viento afloja. Y así se emiten gases a la atmósfera para nada. De modo que, al fin y al cabo, con los molinos no se ahorra CO2 ni gases contaminantes. Ni siquiera bajarán las importaciones de petróleo.
Y dice Alwyn Davies, que se dedica en estudiar el recalentamiento global: ”No importa cuantas turbinas se erijan, ni una central eléctrica convencional se podrá cerrar, puesto que deben ser mantenidas en reserva activa, derrochando energía mientras respaldan los aerogeneradores en caso de que la velocidad del viento sea inadecuada o inexistente. No habrá ahorro en emisiones de CO2; las centrales seguirán funcionando".
Resulta de todo esto que se necesitará construir más plantas convencionales, COMO SI LAS CENTRALES EÓLICAS NO EXISTIESEN, porque serán necesarias más unidades fiables - de las que producen cuando se les pide - para hacer frente al crecimiento del consumo. Si no, tendremos apagones los días sin viento.
Así que tendremos próximamente un costo importante por encima de los caros subsidios de hoy: él de la duplicación de las unidades de producción eléctrica. Este despilfarro, poco conocido por el público, hará que suban las facturas de la luz.
De hecho, en Dinamarca, el precio de la electricidad para los hogares es el doble que en España.
Este país pionero de la energía eólica produce el 15% de su electricidad con el viento. Sin embargo, ha decidido cancelar nuevos proyectos: porque a pesar del enorme gasto público a favor de la eólica, Dinamarca no ha conseguido reducir sus emisiones de CO2.
(imagen omitida)
Foto de arriba: "parque" eólico en Buñol, Provincia de Valencia.
CONCLUSIÓN:
Así pues, aquí estamos: machacando el paisaje, desertificando el país, lastimando el turismo rural, matando las aves, volviendo los cercanos vecinos locos, degradando la calidad de vida de todos los Valencianos*, para producir una mínima cantidad de electricidad que una sola planta moderna y bastante limpia de ciclo combinado de gas podría generar sin subsidios ni costos escondidos.
Peor aún: necesitaremos construir esta planta convencional de todos modos, para evitar apagones cuando no hay viento, y para compensar en cada momento los altibajos intempestivos de la producción eólica.
Operando juntos, no habrá ahorro significante de gases invernaderos.
* Energía eólica. Los efectos negativos de las centrales eólicas.
¿De que se trata entonces?¿La construcción de centrales eólicas con dinero público será una estafa?
Al principio, no lo era. La gente no se daba cuenta de que la energía producida por el viento fracasaría a la hora de ahorrar gases invernaderos. La necesidad de respaldarla y de amortiguar los altibajos en la producción se descubrió tarde. Los ingenieros son como todo el mundo: se callan, con tal de no perder su empleo. Porque bien se sabe que resulta políticamente incorrecto criticar la energía eólica.
La ciencia obedece a la política: allí está el problema. Estamos volviendo a los tiempos de Galileo. Esto nos costará caro, a todos.
Ver el final de esta trilogía de artículos aquí: El saqueo de la Comunicad Valenciana, España
Mark Duchamp
markduchamp2@hotmail.com
Energía eólica - enlaces a los artículos de Mark Duchamp
>> Autor: Mark Duchamp (27/02/2004)
>> Fuente: Mark Duchamp
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