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Arquitectura y urbanismo: hablemos del paisaje

(2019)

INTENTEMOS QUE EL ESPECTÁCULO Y LA LOCURA NO TRIUNFEN SOBRE LA CORDURA Y LA SENSIBILIDAD
“Coincidimos con nuestro decano en que sobra espectáculo y falta rigor en el desarrollo, si permitimos que el interés de unos pocos, llene el paisaje de objetos que lo deforman hasta la caricatura”.

Últimamente, los medios de comunicación nos atragantan el desayuno cada mañana con noticias como “el nuevo Manhattan de Cullera”, “Valencia Litoral”, la “Copa de América”, “La Sierra Mariola invadida por molinos, “la intrigante Ruta Azul” o “la construcción en la Torre sobre huerta protegida”. Y más preocupante que los titulares indigestos es que, en la mayoría de los casos, sea la administración pública quien apoya y promueve estos ¿eventos?


Imágenes de Luis Sebastián, para Ibérica 2000... (Enlace...)
Mientras observamos atónitos este diluvio de ocurrencias, reflexionamos y, sin duda, coincidimos con nuestro decano cuando dice “que aquí lo que sobra es espectáculo y falta rigor en el desarrollo, no de Valencia, sino de toda nuestra Comunidad”. Todos aquellos titulares nos recuerdan las múltiples ocasiones en que nos hemos equivocado en el pasado, nos equivocamos en el presente y, por lo que leemos, nos equivocaremos en el futuro.

No aprendemos. Estamos agrediendo nuestros paisajes, algo que nos pertenece a todos y que, por los intereses de unos pocos, estamos permitiendo que desaparezcan, pierdan su identidad o se llenen de objetos que los deforman hasta la caricatura.

Pero creemos que hay otra manera de hacer las cosas, de verlas, de mirarlas. Hay otro punto de vista menos grandilocuente y más eficaz, más participativo, más moderno, en el pleno sentido de la palabra. Por eso, desde la agrupación “Arquitectes pel paisatge” del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunidad Valenciana (Coacv) hemos puesto en marcha un curso denominado paisaje de los paisajes, que se inició hace unas semanas y debe concluir en febrero de 2005. En él pretendemos acercarnos al paisaje, desde ópticas tan variadas como el turismo, el pensamiento, la enseñanza, la identidad y la oportunidad.


Nuestra intención es optar por la reflexión, antes que por el estrellato y subrayar que merece la pena aprender para poder acercarnos a nuestro paisaje desde el respeto, la protección y la recuperación para el disfrute de los seres vivos.

Creemos que sólo debatiendo desde diversas disciplinas (biología, geografía, filosofía, arte, ingeniería, arquitectura, paisajismo…) estaremos más preparados para poder intervenir, cuando sea necesario, sobre nuestro entorno, esta playa, aquella ribera, el otro paseo…

No es demasiado tarde, no crean. Todavía no es el momento de rendirse ante avalanchas poco digestivas como las de los últimos días. Al revés, es el momento de la rebeldía, de levantar la bandera que diga: hay otras maneras, otras reflexiones, otros puntos de vista; hay otros profesionales que entendemos la modernidad como una disciplina respetuosa, innovadora pero próxima, progresista pero que mira a su alrededor, culta pero que debate y razona.

No podemos emborracharnos con tantas palabras que se utilizan como coartada (¿les suena a algo competitividad, civilización, prosperidad, riqueza?) pero que según quién las dice sólo nos suenan a especulación, falta de respeto por la tierra, beneficio rápido y destrucción del medio. Es mejor razonar, discutir, ser comedido y defender aquello que creemos nos pertenece a todos: el paisaje.

Como agrupación, como conjunto de arquitectos preocupados por el territorio, vamos a a aportar nuestro esfuerzo, nuestra discrepancia, nuestro contrapunto. Creemos que no cabe el silencio; nos parece necesario que quienes no estamos de acuerdo con esta vorágine que nos invade, opinemos, utilicemos la palabra, salgamos a la luz e intentemos que el espectáculo y la locura no triunfen sobre la cordura y la sensibilidad.
Tito LLOPIS*

Firman también este artículo: J.M. Vidal. O. Lanzas. R. Rivera. G. Monfort y J. García. COACV. ARQUITECTES PEL PAISATJE.

Información relacionada, en Ibérica 2000:
* Ciudadanos fecundos: participación y calidad de vida (Enlaces...)
* Los vecinos y ciudadanos queremos participar...
* Hay que luchar contra la corrupción y la pasividad institucional...
* Para ser persona y ciudadano hay que volver a pasear sin rumbo......
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* Arquitectura y urbanismo: hablemos del paisaje...
* ¿Para qué sirven las ciudades, si no saben ya latir al mismo ritmo que el corazón de un niño?...
* La cultura, ese innecesario y molesto adorno que a nadie interesa...
* Reflexiones sobre la participación ciudadana necesaria...
* Adela Cortina. ...
* www.pi21.org...
* Nuevos canales de participación ciudadana....

* Toda la información alojada en Ibérica 2000, por este mismo autor... (Enlaces...)

Insertado por: CERCLEOBERT (12/12/2004)
Fuente/Autor: ARQUITECTES PEL PAISATJE
 

          


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NOTA DE PRENSA - SOLICITAMOS QUE LA ALCALDESA DE VALENCIA NO SE APROPIE DE LOS LOGROS Y TRIUNFOS CIUDADANOS. EL PARQUE MUNICIPAL DE BENICALAP ES UN ÉXITO DE LOS VECINOS DE LA ZONA Y FUE INAUGURADO POR EL ALCALDE SOCIALISTA, RICARD PÉREZ CASADO

El presente texto es un documento que figura en la página web de IBERICA2000 Y pretende hacer una breve descripción del parque municipal de Benicalap, fruto de la lucha vecinal.

Lo hemos difundido por la simple razón de que la actual alcaldesa de Valencia, se autoproclama autora y creadora del citado parque.

Queremos pedir a la Sra. Rita Barberá que se asesore antes de apropiarse de los logros vecinales que tanto dolor y esfuerzo nos ha costado a muchas personas.

El citado Parque Municipal de Benicalap fue inaugurado por el alcalde socialista Ricard Pérez Casado hace ya muchos años, estando pendiente de una ampliación, tal y como dispone el Plan General de Ordenación Urbana.

Cercle Obert de Benicalap ha solicitado, de manera argumentada y reiterada, la necesaria y lógica ampliación del parque municipal, procediéndose a hacer efectiva la incoporación de las alquerías, tal y como se indica y expresa en el vigente Plan General de Ordenación Urbana, en los informes del CONSELL VALENCIA DE CULTURA...

No nos sorprende que en la nueva página web de Rita Barberá se acumulen "errores" garrafales y extraños e intolerables datos "falsos" sobre actuaciones y proyectos.

El Parque Municipal de Benicalap y otros equipamientos no son fruto ni obra de la Sra. Barberá. El Parque es un logro vecinal y fue el Sr. Ricard Pérez Casado el alcalde que tuvo a bien aceptar y canalizar las demandas ciudadanas.

Pedimos a la Sra. Rita Barbéra que aprenda a respetar la Historia y la Verdad. Los ciudadanos estamos muy hartos de soportar su victimismo y sus atroces mentiras e insultos.

Aprovechamos la ocasión para recordarle que tiene muchas deudas pendientes con los ciudadanos de Benicalap. Hace ya muchos años que usted y su partido deberían haber acometido la rehabilitación integral de las alquerías de Benicalap, procediendo a la incoporación y ampliación del único parque que tenemos en la zona.

Esperamos que la actual alcaldesa de Valencia cambie de asesores y proceda a investigar en las hemerotecas, en las universidades... antes de seguir apropiándose de logros ciudadanos que no le corresponden de ninguna manera.

CERCLE OBERT DE BENICALAP
INICIATIVAS SOCIALES Y CULTURALES DE FUTURO

Benicalap - Valencia, a 15 de diciembre de 2006





El parque municipal de Benicalap - Valencia

NO SON SIMPLES JARDINES NI PARQUES LO QUE NECESITAMOS LOS CIUDADANOS

Algunos espacios verdes han surgido en el interior de nuestras ciudades gracias al esfuerzo de algunos colectivos cívicos. Hacer historia y mantener viva la lucha vecinal es una necesidad, dado que únicamente la solidaridad y la participación ciudadana es la garantía, la prueba decisiva de que nuestra sociedad sigue manteniendo una buena salud.


Este parque público se encuentra alejado del centro histórico de la ciudad de Valencia. Para llegar a él debemos situarnos en el Puente de San José y desde allí tomar la Avenida de Burjassot. Siguiendo esta avenida hacia las afueras de la ciudad nos encontramos esta área verde comprendida entre las calles Luis Braille, Francisco Morote Greus, Alquería del Moro y la citada Avenida de Burjassot. En este caso sí recomendamos el uso del vehículo particular para llegar a él, y como paso previo para después conocer el parque de Polifilo.

Pero antes de comenzar a describir este parque vamos a remontarnos a varios siglos atrás para comprender su nacimiento. En este caso vamos a recurrir al estudio que aporta Francisco Gamero Lluna, secretario de la asociación de vecinos y cultural “Cercle Obert” de Benicalap – Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro, con el título de “Benicalap, el pueblo perdido”.

En cuanto al topónimo Benicalap, ya sabemos que la partícula Beni suele traducirse como “hijo de...”, sin embargo no está claro el significado de la partícula calap. Sea como fuere Benicalap tuvo su origen en una alquería musulmana del mismo nombre y junto a la Alquería del Moro, aparte de un grupo de casa de agricultores dispersos por la zona de l´Horta. Se estructuraba alrededor del desaparecido camino viejo de Burjassot, que discurría desde el puente de San José, la actual calle Josep Grollo y adaptándose a las márgenes y las acequias, llegaba hasta la Alquería del Moro y al pueblo de Burjassot. Esta vía era de vital importancia, pues comunicaba la parte occidental de l´Horta con la capital del reino, para el transporte de los productos agrícolas que abastecía a los habitantes de la ciudad, así como ser la entrada y salida de viajeros hacia el interior.

Benicalap era en estos momentos un señorío rural (más bien dos, las alquerías de Benicalap y del Moro) de l´Horta. Así era pues a pesar de su cercanía a la ciudad de Valencia, que pertenecía a la realeza, en realidad estaba vinculada a l´Horta y al señorío, pues no se trataba de un término urbano estrictamente dicho.

Por lo tanto estamos ante un típico señorío feudal, donde el señor era el amor y disponía como le viniera en gana de los bienes y personas que estaban dentro de su propiedad, a pesar de la conexión fiscal y eclesiástica existente con Valencia. Afortunadamente esta organización feudal llegó a su fin con la abolición del sistema señorial en 1811, año en que ya podemos considerar la existencia de Benicalap como un núcleo de población ya consolidado.

Ya en el s. XX, Benicalap se ve, por un lado, cerca de dos poblaciones de entidad como son Burjassot y Valencia, pero, por otra parte, ligado a ésta administrativamente y casi engullida por ella pues su desarrollo urbanístico la conectó físicamente la capital con este pequeño núcleo de población. Así es como Benicalap, a pesar de tener una parroquia propia desde 1902, se vincula a la ciudad de Valencia, considerándose entonces como una pedanía de Valencia, una entidad menor que no determina al lugar ni como un pueblo con autonomía propia, ni como barrio del pueblo más cercano o de mayor entidad, ni tampoco de una ciudad.

Así pues tendremos un alcalde pedáneo nombrado por Valencia hasta que, por fin, Benicalap es absorbido totalmente en 1979, convirtiéndose en un barrio más, sin distinción entre otros que ya formaban parte integrante de la ciudad del Turia. Esto no significó, paralelamente, que el Ayuntamiento de la capital se volcara para dotar de los equipamientos básicos a unos habitantes siempre vinculados a la huerta. Construcciones tan significativas e importantes como la alquería de Benicalapech, la casa de Salelles, el arco de Portalet, la ermita de Benicalap, la estación de tren de Benicalap, y un largo etcétera han desaparecido por completo o solo quedan restos irreconocibles. Frente a éstos, ya imperceptibles, sobreviven otras edificaciones que deberían ser restauradas y devueltas para uso de carácter social como son la fábrica de cerámica tradicional “La Ceramo” y al Alquería del Moro, fundamentalmente, así como otras de indudable interés histórico.

Esta falta de atención hace que la población de Benicalap (integrada mayoritariamente por personas nacidas en otras localidades de la España del interior que venían a trabajar y vivir en el litoral mediterráneo atraídos por la incipiente industria y el crecimiento urbanístico promovido en la época del desarrollismo franquista) se levantara en constantes protestas populares reivindicando, entre otras cosas, la realización de un parque. En 1970 este emergente y combativo movimiento vecinal arranca del entonces alcalde franquista, Rincón de Arellano, un compromiso firme para su realización, pero no fue hasta trece años más tarde, el 13 de abril de 1983, cuando fuera abierto al público el muy conocido y popular parque de Benicalap, siendo inaugurado por el entonces alcalde socialista Ricard Pérez Casado.

Los terrenos y el edificio que actualmente ocupa el parque de Benicalap se desarrolla en lo que antes fuera estación de Horticultura de Benicalap, que junto con otras estaciones dieron lugar a la creación del CRIDA 07, y posteriormente en 1984, al actual Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, lugar pues siempre vinculado con todo aquello que signifique huerta y cultivo.

Si entramos al parque por la calle Lluis Braille nos encontramos a nuestra derecha el edificio que sirviera de sede para la estación de Horticultura. Su uso como investigación en temas agrícolas ha sido sustituido por el Patronato de la Universidad Popular y adaptado para la realización de talleres y actividades lúdicas.

A nuestra izquierda una amplia pradera de césped alberga numerosas y diversas especies de árboles entre los que destacamos los ejemplares autóctonos y propios del clima mediterráneo como son cipreses, pino, algarrobos y encinas.

Una alineación de tilos, que queda dibujada entre el edificio y la pradera, enmarca la amplia avenida de acceso realizada en hormigón estampado, como si de adoquines se tratara.

Seguimos andando y nos encontramos a nuestra derecha una gran montaña artificial. Ascendiendo a ella nos encontramos, en primer lugar, una cascada que es salvada por un puente recto de madera. Hay una zona dedicada a plantas crasas de las que destacamos un ejemplar de Euphorbia candelabrum. Podemos en nuestra ascensión captar amplias perspectivas del conjunto de extraordinaria belleza

Retornamos al eje principal hasta llegar a una rotonda que enlaza con el acceso existente por la Avenida de Burjassot. Dejamos atrás una pequeña pieza circular adornada con un hermoso ejemplar de Chamaerops con varios pies, la tierra se ve tapizada con una aptenia de bella floración roja.

Lindando con la calle Alquería de los Moros descubrimos un fuerte contraste con lo visto hasta ahora pues frente al diseño relajado y abierto nos encontramos con una zona de trazado recto y geométrico. En ella hay tres áreas bien definidas: la pérgola, jardines geométricos y la fuente hispano-árabe.

La pérgola es una construcción circular realizada con pilares de ladrillos sobre las que descansan vigas de maderas que sostienen plantas trepadoras. Los jardines geométricos son piezas regulares trazadas con setos bajos de mirto y en su interior existen árboles y algunos ejemplares de pitosporo recortados laboriosamente. La fuente de inspiración hispano-árabe es el elemento central de una plaza abierta con acequias y con cuatro bancos de asiento de ladrillo y respaldar de azulejos.

Tanto los materiales de construcción (en este caso ladrillo) como las especies ornamentales seleccionadas (mirto y palmeras) son acordes con el estilo jardinero que expresan, entroncado directamente con los jardines hispanoárabes.

Seguimos caminando y llegamos a la otra vertiente de la montaña artificial donde hay una vegetación exuberante, compuesta por una infinidad de especies en perfecta conjunción: numerosas coníferas, arbustos de tonalidades moradas en su follaje así como unas impresionantes yuccas. Pero uno de los elementos que más nos llaman la atención es la existencia de una cascada de realización singular pues podemos pasar bajo ella gracias a una estructura metálica que soporta una larga y ancha plancha de metacrilato que impide, a modo de paraguas, que el viandante se moje. Este pasadizo conecta las dos vertientes de la montaña artificial.

De aquí descendemos para conocer otro de los atractivos de este parque: sus instalaciones deportivas. Este polideportivo ofrece al ciudadano dos piscinas, campo de fútbol, pistas de petanca, pistas de tenis y frontón, y otras áreas de uso diverso.

En cuanto a especies ornamentales tenemos que citar la gran diversidad que existe y que hemos descrito, al menos brevemente, en nuestro itinerario.

No es de extrañar pues que en nuestra visita a este parque nos lo encontramos abarrotado de vecinos que abrumados por el discurrir del día a día, opten por expansionarse en su praderas de césped, gozar de los caminos arbolados o simplemente acompañar a los menores para que se diviertan en las áreas de juegos infantiles, o descansar en los numerosos bancos de asientos dispuestos para tal fin.

El parque de Benicalap queda pues como testimonio del logro alcanzado por una población que aún se resiste a integrarse en la gran metrópolis si ello significa perder su historia, siempre vinculada con su pasado hortícola.

La sistemática y constante presión, las luchas vecinales fueron claves y determinantes para lograr la creación del parque de Benicalap. Sin el trabajo anónimo de numerosos ciudadanos, sin las propuestas y campañas vecinales el parque no sería hoy una realidad.

Ahora, el nuevo reto es lograr que el Plan General de Ordenación Urbana se cumpla, procediéndose a la inmediata ampliación del Parque, incorporando los excelentes y extraordinarios conjuntos rurales existentes en su entorno inmediato: Casino del Americá, Alquería de la Torre, Alquería del Moro...

Una ocasión única, pues los huertos, huertas, jardines y edificios que conforman esos conjuntos son de un alto valor ambiental, histórico, artístico.






CERCLE OBERT DE BENICALAP
INICIATIVAS SOCIALES Y CULTURALES DE FUTURO
Nombre: -  (15/12/2006) E-mail: -
 
* Las Alquerías históricas de Valencia peligran por falta de rehabilitación.
El consistorio de Valencia fía una mayor protección al nuevo plan urbano.
SARA VELERT - Valencia - 28/06/2009
A los aspirantes a ordenanza del Ayuntamiento de Valencia les exigían hace unos años conocer la alquería de Volante por ser un edificio relevante de la ciudad. Hoy está abandonada en medio de las obras del AVE. Sufrió un incendio, al igual que otra alquería en Benicalap, una en Torrefiel y otra en San Isidro.
A los aspirantes a ordenanza del Ayuntamiento de Valencia les exigían hace unos años conocer la alquería de Volante por ser un edificio relevante de la ciudad. Hoy está abandonada en medio de las obras del AVE. Sufrió un incendio, al igual que otra alquería en Benicalap, una en Torrefiel y otra en San Isidro. La alquería Dels Moros se mantiene en pie con puertas y ventanas tapiadas, y los muros llenos de graffiti. A poca distancia, la de La Torre se ha convertido en refugio de familias de gitanos rumanos. La alquería Del Pi en la pedanía de Casas de Bárcena se mantiene en pie porque está apuntalada. Llegó a incluirse en un circuito de puntos de interés turístico de L'Horta, pero hoy cuesta imaginar que fue "una atractiva factoría rural del seiscientos valenciano".
Esta descripción es del Catálogo de Arquitectura Rural de Valencia elaborado en 2003 con el fin de reforzar la protección del patrimonio vinculado a la huerta. La intención no pasó del documento, que incluye fotografías de una parte del más de un centenar de alquerías, casas rurales, molinos y otras edificaciones de valor histórico y artístico. En muchos casos, la comparación con el estado actual de los inmuebles es deprimente. La falta de rehabilitación ha acelerado su deterioro. Por el mismo camino de la ruina transitan otra cincuentena de inmuebles que se incluyeron en el catálogo circunscrito al suelo urbano, que también incluye un grupo de alquerías, además de joyas como la fábrica Ceramo en Benicalap o la Casa del Relojero junto a la catedral.
Ambos catálogos están por aprobar, como denunció recientemente el concejal socialista Juan Soto. Su petición de un plan de rehabilitación específico del patrimonio rural y de ayudas a los propietarios pinchó en hueso. El responsable de Urbanismo, Jorge Bellver, replicó que se han recuperado en los últimos años más de 20 alquerías para servicios públicos, con la fuerte inversión que implican estos proyectos. Será la revisión del plan general urbano (PGOU) la que dé "mayores garantías" para la conservación de alquerías y les conceda una protección mayor que la actual, añade.
Pero la protección legal no es suficiente, como demuestra el caso de la alquería Dels Moros en Benicalap, que fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 2004 y está pendiente de restauración. "Se trata de uno de los mejores ejemplos de la arquitectura señorial de los siglos XV y XVI", afirma el catálogo municipal, que destaca también la alquería próxima de La Torre, otra pieza básica de la arquitectura rural pendiente de recuperar. Esta casa, con un antaño fabuloso jardín, está propuesta junto a otras siete como Bien de Relevancia Local (BRL) del nuevo PGOU, lo que subraya su relevancia para el patrimonio.
Una parte de esas alquerías que gozarán de mayor protección está en manos públicas, como la Dels Moros y la Del Pi en Casas de Bárcena, mientras que otras, también necesitadas de rehabilitación, son privadas, como la del Rei (prevista para restaurante en la ampliación del Bioparc), la de Ferrer, la alquería Fonda o la de Rocatí, incendiada en mayo del año pasado. Unas y otras, según insisten los socialistas, necesitan un plan y un sistema de incentivos para no acabar en un montón de ruinas.
El plan territorial de protección de la huerta histórica de Valencia que ultima la Consejería de Medio Ambiente ha devuelto al primer plano la importancia del patrimonio asociado a la cultura agraria de la ciudad y las comarcas de L'Horta, y puede suponer un impulso a su protección, tal vez el último posible. La revisión del PGOU necesariamente deberá coordinarse con el plan territorial, que incluirá las piezas de arquitectura rural más representativas que han configurado el paisaje de la huerta En ese contexto, el término municipal de Valencia destaca con ejemplos de la "mejor arquitectura rural", entre otros motivos porque las grandes familias del reino vivían en la ciudad y solían construir una alquería a las afueras para las épocas de calor o pestilencias, según explica el arquitecto Miguel del Rey, autor del catálogo de arquitectura rural y autor, junto a otros especialistas de Alqueries. Paisatge i arquitectura en l'horta, editado por el Consell Valencià de Cultura. "La arquitectura rural es el símbolo de la raigambre de cualquier sociedad, es el icono básico al que hace referencia la memoria cuando necesita una imagen que simbolice el vínculo con la naturaleza", destaca la introducción del libro. Para no perder esa memoria es esencial que la huerta preserve ejemplos de los distintos tipos de casas, barracas y alquerías. En esa línea, Del Rey, que también colabora en el plan de la huerta de la consejería, subraya la importancia de que las rehabilitaciones sean cuidadosas y estén en manos de profesionales, que respeten las formas y características de los diferentes tipos de edificación. Son los "eslabones" de una cadena que recorre más de 700 años de historia. Que no se rompa.
© EDICIONES EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037 Madrid [España] - Tel. 91 337 8200
valencia

* El paisaje rural valenciano: la alquería.
LAS PROVINCIAS – DOMINGO, 28 DE JUNIO DE 2009
Ni siquiera parajes de tanta belleza como el Saler o la Calderona se libraron de la presión urbanizadora
La raíz árabe de alquería nos habla de su origen medieval
La Carta Europea del Paisaje (Florencia 2000) supuso el reconocimiento de los paisajes que compartimos, como elementos clave de nuestro entorno, fundamento de su identidad, expresión de la diversidad biológica y del patrimonio antropológico y medioambiental. Gracias a ello, la sociedad actual exige tanto su conservación y regeneración, como la armonización entre la naturaleza y la ordenación en favor de un desarrollo sostenible.
El área metropolitana de Valencia vivió en la segunda mitad del siglo XX, un proceso de colonización despilfarradora y vulgarización de su hinterland en base a un planeamiento desarrollista, que apostó pese a sus múltiples disfunciones, por un modelo de «ciudad dispersa» -spraw land.-.
Ni siquiera parajes de tanta belleza y capacidad de evocación, como los parques naturales del Saler, la Albufera y la Calderona, privilegiados ecosistemas periurbanos y verdaderos pulmones verdes, se libraron de la presión urbanizadora que los concibió como mera mercancía y moneda de cambio de insularizados espacios-escaparate virginales.
Afortunadamente, en la última década se ha desarrollado una «nueva cultura de los límites de la urbanización», que rechazando la desarticulación y anarquía planificadora, la destrucción de los conectores biológicos y la alteración de las estructuras y referentes morfológicos ha apostado por defender los derechos a la memoria antropológica, histórica y paisajística del territorio.
Asumida la enorme fragilidad y complejidad de la realidad territorial, que constituye un recurso limitado y no renovable, un bien público esencial dotado de excepcionales valores ambientales, culturales y patrimoniales, resulta inaplazable en beneficio de la colectividad la revisión de la legislación y del planeamiento liberalizador en materia de suelo y paisaje, en favor de un nuevo urbanismo post-Kioto, con conciencia ecológica.
Se ha vuelto así la mirada hacia el medio natural, hacia esa rica huerta valenciana y su magnífico patrimonio agrícola, hidráulico y doméstico. Porque todos esos acueductos romanos, norias, acequias y canalizaciones árabes, fuentes prerrománicas, puentes, bancales, heredades, huertas, barracas, alquerías y masías son hoy piezas imprescindibles para entender tanto la evolución de las técnicas de producción forestal y agropecuaria, como los modos y formas de habitar de las sociedades preindustriales que nos precedieron.
Y esencial a nuestra cultura rural, es la «alquería» (del árabe hispánico alqaríyya, y éste del clásico qaryah). El excelente trabajo del arquitecto Miguel Del Rey Aynat, nos permite aproximarnos desde una perspectiva nueva no sólo a la arquitectura de esta tradicional casa de la huerta, sino también a su devenir y transformación tipológica entre los siglos XIV al XX.
Porque más allá de su escueta definición como casa de labor, con finca agrícola, el término engloba tres prototipos bien diferentes de hábitat, que va del conjunto de casas y dependencias a la casa señorial, burguesa y campesina.
La raíz árabe del vocablo, nos habla de su origen medieval definiendo no sólo un tipo sino sobre todo una manera de asentamiento y de poblar el territorio, que proliferará en nuestro entorno tras la creación de la taifa de Valencia (s. XI). La qaryah sería, pues, una unidad básica de producción familiar o clánica,
perteneciente a una circunscripción administrativa -amal o yuz-, ubicada a su vez bajo la protección de un hisn o castillo.
Tras la conquista cristiana, la alquería islámica experimentará el mestizaje impuesto por los pobladores aragoneses, que introducen el esquema de planta basilical, si bien mantendrán el patio como núcleo articulador y de transición, como estancia íntima y doméstica al aire libre. Además, la mano de obra morisca determinará la continuidad de los modos y prácticas constructivas (tapiales, estucos, azulejos.), presentes en muchos de los elementos que pervivirán tras ser asimilados arquitectónicamente: caballerizas, cobertizos, anejos, corrales, cambras, cisternas, pozos, bancos, aceras, parrales.
El Libre del Repartiment nos provee un valioso registro de la repoblación de las alquerías musulmanas, facilitándonos datos acerca de su importancia, de su extensión y de sus cultivos (olivar, viñas, naranjos.).
Desgraciadamente, son escasas las preexistencias de aquella época, por lo que la Alquería dels Moros, junto al Camí Vell de Burjassot, la Alquería del Rei y la Alquería Fonda, próximas a la ciudad, adquieren un valor excepcional.
Ligadas a la influencia italianizante y clasicista que exporta la corte de Alfonso el Magnánimo, se desarrollará una segunda tipología de alquerías históricas, de la que el Pla de San Bernat ofrece un repertorio único -Alquería del Pi.- tanto a la comarca de L'Horta, como en el resto de la Comunitat.
Si bien éste será el modelo dominante de la casa rural que ha llegado hasta nuestros días, resulta indudable la dilatada coexistencia de las estructuras islámicas, tardogóticas y protorenacentistas, cuya común economía de medios, sencillez y claridad formal posibilitarán su continuidad en el tiempo.
Habría que esperar a la consolidación del imperio de los Austrias y a la nueva estética arquitectónica que dictó la Contrarreforma, para la aparición de una tercera tipología: el palacio aristocrático rural con huerto-jardín, de la que la Alquería de la Serena, de la Sirena o de los Ferragud (1553), como apunta Del Rey, constituye uno de los mejores ejemplos.
La alquería, sita en Alfara del Patriarca, reedificada sobre una anterior, introduce la planta con torre en esquina y cubierta de influencia flamenca rematada en chapitel, que recuerda las torres de Valsain. La coronación con una galería renacentista trazada con arcos de medio punto sobre las fábricas desnudas y soportando imponentes cornisas ofrece claras similitudes formales con el palacio de los Valeriola y con el colegio del Corpus Christi que en ese momento construye el arzobispo Juan de Ribera.
Se consagrará así un tipo de casa solariega que adopta la arquitectura culta de la corte, de la que importa un nuevo y rico repertorio iconográfico: torres, miramares, loggias., del que el periodista Francisco Pérez de los Cobos ha registrado un documentado e interesante catálogo (Alquerías del Magíster, de San José, de Julià, de Parcent, de Sant Vicent.).
Porque, todos esos paisajes y arquitecturas rurales, que ya ilustrara para Felipe II, Van der Wijngaerde en 1563 en sus perspectivas de Valencia, son un eslabón y una referencia imprescindible para comprender e interpretar la memoria histórica y cultural de un territorio que tenemos el deber de preservar.
Nombre: Antonio Valencia  (01/07/2009) E-mail: antoniomarinseg@orange.es
 

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